Aniversario del Sarcófago antropoide femenino

40 años de la sorprendente Dama de Cádiz

  • El Museo celebra el aniversario del hallazgo del sarcófago con una conferencia sobre los avances del estudio del enterramiento, así como varias actividades de difusión en redes

Desde el mismo día en que su bello rostro afloró bajo la tierra de aquel solar de Ruiz de Alda, causando un gran revuelo en todo Cádiz, no ha dejado de sorprendernos. Ni aquel 26 de septiembre de 1980, cuando el maquinista de la obra se topó con los sillares de la tumba que vendría a convertirse en la eterna compañera en la tierra del sarcófago antropoide masculino. Ni 40 años después, a punto de desvelarse de la mano de la UCA nuevos avances sobre los estudios antropológicos que podrían certificar que los restos pertenecen a un hombre.

La Dama de Cádiz, nombre con que la bautizó el periodista de 'Diario de Cádiz' Agustín Merello, siempre tiene algo que contarnos, más allá de los secretos que se llevó a la tumba. La mecen decenas de anécdotas de aquellos primeros descubridores, un jovencísimo equipo de arqueólogos que bajo la directriz del entonces director del Museo, Ramón Corzo, se encargó de excavar minuciosamente aquella joyita. Un buen manojo de historias que volverán a airearse en el seno del aniversario de su hallazgo, según nos cuenta el actual director de la pinacoteca gaditana, Juan Ignacio Vallejo.

“Pese a las circunstancias de pandemia y las limitaciones de aforo, no queríamos dejar de celebrar este aniversario, así como buscar la fórmula de participación del público y de todas las personas implicadas”.Para comenzar la ‘fiesta’, Vallejo ha protagonizado “un vídeo testimonial” de cara al día del cumpleaños este sábado 26, “para al menos decirle felicidades y para felicitarnos por este hallazgo”, comentaba a este medio antes del gran evento.

También moverán la grandeza de este aniversario en redes, donde la pinacoteca tiene gran peso, y desde donde “se recuperará el espíritu ochentero en el que tuvo lugar el descubrimiento tras tantos siglos bajo tierra, además de rememorarse otros importantes hallazgos que tuvieron lugar en aquel 1980”. Para ello han animado a personas vinculadas al ámbito de la cultura y al propio sarcófago a “que nos manden vídeos en los que transmitan su recuerdo” de aquel primer encuentro con la homenajeada.

Se realizará un photocall cerca del sarcófago para todo aquel que quiera inmortalizar el momento durante esta semana de aniversario, y se exhibirá una batería de fotos del hallazgo, además de volver a emitirse el programa Zona Historia sobre el mismo.

Pero una de las actividades más relevantes será la conferencia con el avance de los estudios antropológicos y paleopatológicos que lidera Ana Niveau-de-Villedary, de la UCA. Una investigación que se está llevando a cabo sobre los restos óseos de ambos sarcófagos antropoides fenicios de Cádiz, y que podrían revelarnos si, definitivamente, pertenecen a un hombre o a una dama. Hace ya un año que se recuperó esta teoría que viene arrastrando realmente desde los primeros estudios que se hicieron en su descubrimiento, de la mano de Antonio Álvarez, que entonces era arqueólogo colaborador del Museo. Un informe en el que se reflejaba la robustez del esqueleto y del cuello a través de la apófisis mastoides, así como del fémur y la pelvis, y que avalaron médicos como el catedrático de Historia de la Medicina, Antonio Orozco.

También se sacó a la luz que los restos del masculino podía responder a una mujer, a tenor de estos estudios iniciales. Pero aquello no trascendió de forma oficial, quizás por no eclipsar el mágico descubrimiento de aquella dama que pronto se convertiría en la pareja por el resto de los tiempos del otro sarcófago descubierto en 1887. Y aunque no eran coetáneos, pues el ocupante del masculino debió vivir medio siglo más tarde que ella, sí tienen en común que ambos moradores de estas tumbas encargaron el sarcófago donde serían enterrados en el mismo taller en Sidón. Hay que tener en cuenta que apenas existen estudios antropológicos de los casi 200 sarcófagos descubiertos en Sidón, con lo que estos avances volverán a situar a los iconos del Museo de Cádiz en la primera línea de investigación científica mundial.

Esta investigación vendrá a ampliar los conocimientos de aquel trabajo con el que Ramón Corzo y los suyos firmaron este emocionante capítulo de la historia gaditana. Lo hicieron minuciosamente entre largas jornadas de vaciado del sarcófago de la arena que lo colmaba con cucharillas de café. Veladas maratonianas de trabajo de las que el entonces director del Museo se queda con lo que aquello supuso a nivel normativo: “Conseguimos lo que buscábamos, un cambio en el modo de afrontar la arqueología no sólo en Cádiz, sino en España, con la entonces inminente Ley de Patrimonio Histórico, que poco después se aprobó”.

En aquellos momentos Cádiz vivía un momento de ebullición arqueológica, pues acababa de descubrirse la escultura de Trajano en Baelo Claudia, muchos enterramientos y, en el propio curso de la investigación del sarcófago, llegó a manos de Ramón Corzo el plano de la galería semicircular del Teatro Romano. “Fue una secuencia de sensaciones en medio de este deseo de que la arqueología tuviera la trascendencia que debía tener, y el hallazgo ayudó considerablemente”.

El sarcófago fenicio se convirtió en la prueba evidente de la necesidad de excavar un solar antes de construir, y tras muchas comisiones y reuniones en las que él mismo participó junto a Manolo Fernández, entonces comisario de arqueología, salió adelante la ley. Pero Cádiz, siempre amante de su historia, ya actuó con respeto absoluto hacia la arqueología, porque el sarcófago contó de inmediato con la bendición del pueblo gaditano y de su Ayuntamiento, entonces liderado por Carlos Díaz, con Armando Ruiz como primer teniente de alcalde.

Todos lo acogieron con gran cariño. “Apareció un viernes 26 de septiembre y el lunes 29 ya estaba el solar lleno de prensa y de gente. “La voz se corrió, todo Cádiz lo sabía, toda la ciudad se implicó”, recordaba en este medio al hilo del 30 aniversario Ramón Corzo. Fue tan sonado, que el traslado a su actual casa, el Museo de Cádiz, “fue celebrado en todo su recorrido. “Cuando fue depositado en la cuba del camión, nos colocamos todos a su alrededor. Y la gente no paraba de saludar, parecíamos jugadores del mundial”, rememoraba en aquel reportaje Ángel Muñoz, entonces arqueólogo en prácticas y ahora Jefe de Departamento de Protección de Patrimonio Histórico de la Delegación Provincial de Cultura.

Junto a ellos, trabajaron jóvenes promesas del mundo de la arqueología como Francisco José Blanco, arqueólogo de Procasa; Lola López de la Orden, conservadora del Museo de Cádiz; Carmen García Rivera, directora del Centro de Arqueología Subacuática (CAS); el historiador Luis Parodi; el que fuera director del Museo de San Fernando, Antonio Sáez, así como el también antiguo director del Museo de Cádiz y del Bellas Artes de Sevilla, Antonio Álvarez.

El atractivo del hallazgo también ayudó, por la exquisitez de aquella imagen femenina labrada en piedra 25 siglos atrás, y el gran valor artístico de todo el conjunto, repleto de singularidades que ya lo hacían único en todo el mundo. Sin mencionar el ajuar que quiso que le acompañara en su otra vida: unos colgantes en forma de ureus, la serpiente cobra y un escarabeo signatario. “No sólo nos sorprendió aquel valioso hallazgo que apareció con una costra finita encima, sino la belleza del rostro, una imagen que perdurará siempre en mi memoria”, rememora Ramón Corzo.

El rostro de un hallazgo que “sigue siendo junto al sarcófago masculino de los principales hitos de la institución del Museo de Cádiz”, dice Juan Ignacio Vallejo, que junto a su equipo ha puesto todo el entusiasmo en celebrar estas cuatro décadas de historia. Las de una Dama que nunca dejará de sorprendernos.

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