Ángel Corella: "La danza no es un trabajo, es una forma de vida"

Nada que ver en duración o en intensidad con los homenajes realizados en las últimas ediciones del Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz (FIT). El de ayer al bailarín y coreógrafo Ángel Corella fue un acto breve, en apenas 15 minutos, y sencillo, en comparación sobre todo con el que recibió Concha Velasco y que acabó con el salón de plenos bailando La chica yeyé. Pero no por carecer de duración e intensidad fue un acto desprovisto de carga emotiva y de sentido. La propia sencillez de Ángel Corella se transmitió a un homenaje que esta vez no contó con la habitual presencia de la alcaldesa, siempre cómoda entre la familia fitera, y que fue presidido por el teniente de alcalde José Blas Fernández.

Ángel Corella agradeció un homenaje que, según confesó, le causó "una grata sorpresa" cuando le fue comunicado. El bailarín madrileño se remontó muchísimo años cuando habló de sus primeros pasos de baile: "Mi carrera comenzó porque tenía que comenzar. Mi madre me contaba que apenas con dos años, y aún con el chupete en la boca, ya bailaba imitando a John Travolta, porque entonces estaba de moda con Fiebre del sábado noche".

Reconoció Corella que para él la danza es una forma de expresarse, y no dejó dudas de su entrega exclusiva y completa a esta disciplina artística: "Para mí la danza no es un trabajo, es una forma de vida".

El coreógrafo recordó también su joven marcha a Estados Unidos, con poco más de 18 años. Allí consolidó su carrera internacional y de ahí volvió a España para crear junto a su hermana Carmen una fundación con la que facilitar la formación a los bailarines españoles sin que tuvieran que marchar, como él mismo, al extranjero. Amargamente volvió a recordar Ángel Corella, como lo hizo antes su hermana también presente en el homenaje, que esa loable iniciativa vive en estos días sus últimos espectáculos, entre ellos el que anoche cerró el FIT gaditano. Corella, víctima de la falta de apoyo institucional, regresará a Estados Unidos para ser director artístico del Pennsylvania Ballet, en Filadelfia.

Antes del homenajeado habló su hermana Carmen, quien aseguró que el escenario es el lugar "donde mejor sabe moverse Ángel. Mi sentimiento hoy es doble: como profesional de la danza es un placer compartir mi carrera con él, y como hermana me siento orgullosa". Y recomendó al público: "Espero que disfrutéis de los pocos espectáculos que le quedan en España, porque son joyitas".

El bailarín gaditano Pablo Fornell fue el encargado de presentar a Corella, de quien destacó su "enorme capacidad para comunicarse con el público" y su trayectoria y reconocimiento internacional. Igualmente, alabó su capacidad para superar las dificultades. Fornell leyó unas palabras de Javier de Navascués, presidente de la Academia de Bellas Artes de Cádiz a la que pertenece Corella, y le entregó un retrato del bailarín pintado por el propio Navascués.