Inma Pacheco, de 34 años de edad, ha emprendido una lucha que considera "justa" para que su hija de tres años pueda disponer de una aportación económica de orfandad. La joven perdió a su marido el pasado 6 de enero de un infarto, y tras sacar fuerzas de donde no las tiene y teniendo a su hija como referente, ha empezado una batalla para reclamar la pensión de su pequeña, que de momento le rechaza la Seguridad Social, y ha iniciado una recogida de firmas para exigir el cambio de la Ley de Orfandad "para que ningún menor pase por esta misma situación".

Su batalla administrativa comenzó cuando solicitó la pensión de viudedad y de orfandad, siendo ambas denegadas. El motivo: no ajustarse a los requisitos exigidos. Para Inma, quedarse sin ambas prestaciones "es injusto", pero sobre todo no cree "que un niño se deba de quedar desprotegido por ningún circunstancia". "Pienso que no debería haber requisitos para esa pensión de orfandad", manifiesta.

Y es que a pesar de que su marido estuvo cotizando a la Seguridad Social durante diez años, uno de los requisitos es que estuviese dado de alto o similar en el momento que ocurrió su fallecimiento, una circunstancia que no se daba y siendo éste uno de los principales motivos para denegarle esa prestación. Otro de los motivos, es no tener un mínimo de quince años cotizados, algo que "con 34 años es prácticamente imposible". Además exigen que tuviese 500 días cotizados en los últimos cinco años, que tampoco los tenía, "aunque le faltaban muy pocos".

La consecuencia de todo esto es que su pequeña lo que está recibiendo es una pensión de protección familiar de 25 euros al mes, "ni un euro al día", se lamenta esta joven vejeriega.

Ante esta situación, Inma ha emprendido una campaña de recogida de firmas en el portal de Change.org, en la que solicita al Supremo y al Congreso de los Diputados que se cambie la normativa de la Ley de Orfandad para que "se tenga derecho a ella sin requisitos, ni distinciones". "No sólo para que mi hija tenga derecho a este tipo de prestación, sino para que ningún menor pase por esta misma situación", expone.

En su argumentación explica lo siguiente: "Yo soy joven y llevo toda la vida trabajando, pero los gastos son los mismos, hipoteca, luz y demás. Por eso, aunque todo sea injusto, mi reclamo es para cambiar la Ley de Orfandad para que mi hija y todos los niños que se encuentren en la misma situación y los que por desgracia se vean en el futuro así, tengan su orfandad sin requisitos, ni distinciones para sus estudios y alimentación. Si nos piden que los eduquemos en la igualdad, que tengan todos también igualdad de derechos".

Así, aunque todo se le pone cuesta arriba, asegura que va a seguir luchando y no se va a rendir. "No por lo mío, sino por los años que estuvo trabajando mi marido, que eso está ahí, y porque quiero con esta recogida de firmas intentar cambiar la Ley de Orfandad, para que los niños no estén desprotegidos y que tengan para lo básico, para sus estudios y su alimentación". Su propósito es que lo que su marido ha cotizado, le pueda llegar a su hija para propiciarle una alimentación y una educación adecuada.

Inma se encuentra en estos momentos en desempleo, y ha precisado una intervención quirúrgica en la que le aconsejan mantener reposo. Su sustento actualmente es una prestación por desempleo que se le agotará en unos pocos meses.

Para esta vejeriega "ningún niño es distinto a otro, y todos tienen que tener los mismos derechos, por lo menos para que tengan para lo básico". "Yo creo que es un derecho que tienen que tener sí o sí, independientemente de que su madre o padre estén trabajando o no, es un derecho que le debe corresponder sin distinciones y sin requisitos", incide.

Inma expone que con la ayuda de familiares y amigos va afrontando esta situación y está "muy arropada". "Si se produce ese cambio de ley, y a ella no le llega, que por lo menos le llegue a otros niños", afirma.