No todo vale en las despedidas de soltero

En los últimos años las despedidas de solteros han tomado otro camino muy diferente a lo que era la última reunión de amigos antes del matrimonio de uno de ellos. Ya no solo se conforman con cenas temáticas para mayores de 18 años con stripper y boys sino que van más allá. Ahora lo que está a la oren del día es una fiesta sin límite donde todo vale para despedir la soltería.

Para ello, muchos de estos grupos suelen ataviar al prometido con diferentes disfraces, algunos graciosos pero los hay que rozan lo obsceno y se pasean con ellos por las calles sin importar que el público infantil los presencie. Además la gran mayoría suelen beber sin control provocando muchas escenas incómodas en la vía pública y por supuesto creando ruido y destrozos por donde quiera que pasan.

Por la infinidad de actividades incívicas que en la mayoría de estos festejos se realizan, casi siempre en ciudades que acogen a muchos turistas y en temporada veraniega, municipios cercanos como Tarifa o Conil se han sumado a la iniciativa que tomó Mojácar (Almería), la primera ciudad donde se puso punto y final a este tipo de actos que deterioraban la imagen de la ciudad. Y es que las despedidas de soltero se desmadraban hasta tal punto que durante el pasado mes de mayo tuvieron que tomar duras medidas con más dispositivos policiales en las principales calles de la ciudad y poniendo multas sancionadoras desde 100 hasta 300 euros a todo aquel que no cumpliese con la normativa, que tiene como principal objetivo acabar con las despedidas de soltero indecorosas, lo que no quiere decir que se prohiban definitivamente las despedidas de solteros, siempre que no se pierda el respeto y se celebren dentro de unos límites en los convivencia entre los visitantes y los ciudadanos no se vea afectada.

En los últimos años, El Puerto ha sido uno de los destinos preferidos para celebrar las despedidas de soltero, ya que las zonas costeras son las que más atraen a este tipo de público. Además a partir de 2014 ha habido un incremento del número de despedidas de soltero y este año se ha notado más que nunca.

Uno de los motivos principales de este incremento, además de por las restricciones en localidades vecinas como Tarifa y Conil que son las más demandadas turísticamente, es porque por suerte o por desgracia El Puerto recoge toda una amplia gama de actividades que están de moda dentro del ocio de estos eventos.

En las despedidas de soltero se busca una celebración que se salga de lo corriente, ya que es un último "desmadre" antes de vivir en matrimonio. Por ello realizan actividades acuáticas tales como paseos en velero, surf o paseos en piraguas. También hay quienes se decantan por dejar a un lado el deporte y quieren realizar una fiesta inolvidable alquilando algún barco en Puerto Sherry en el que a partir de 300 euros pueden montarse grupos de hasta 11 personas para estar hasta dos horas de fiesta. Hay también los que prefieren el alquiler de limusina o alquiler de chalets o apartamentos para celebrar su propia despedida de una forma más íntima.

Pero los que realmente preocupan a la hostelería portuense son los que deciden "desmadrarse por la calle". Muchos hosteleros afirman que no solo es por las noches, sino que durante los viernes y sábados de julio y agosto se han podido observar grupos disfrazados, tanto de hombres como de mujeres, desde el mediodía y que luego asisten a las cenas de despedidas con demasiadas copas de más.

Para los locales que tienen reservados como El Chovi o el restaurante del Camping Las Dunas, sus encargados afirman que estos grupos son una inyección económica importante que no molestan a la clientela.

Sin embargo en otros locales como La Venecia, su encargado está en contra de este tipo de festejos ya que la mayoría de estos grupos "miran más por la bebida que por la comida". Además para su establecimiento suponen "pan para hoy y hambre para mañana" porque aunque sea un beneficio económico durante esa noche, "con los diferentes actos incívicos de las despedidas se dañan cosas que no tienen un valor económico como la imagen del local y la pérdida de los clientes habituales, ya que estos grupos no son de El Puerto sino que proceden de distintos sitios como Málaga, Cáceres, Santander... y que se sabe que solo vienen para un fin de semana".

Asimismo algunos directores de hoteles han tomado fuertes medidas contra esta "lacra" de la que afirman que "mancha la imagen de la ciudad y destroza el turismo de calidad". Por ello, la mayoría de los hoteles más importantes de la ciudad han optado por evitar en todo lo posible o incluso prohibir la entrada a este tipo de clientes ya que no permiten el descanso de los demás huéspedes que se alojan en sus establecimientos.

En la misma línea, muchos vecinos de las calles céntricas de la ciudad también se quejan de este tipo de festejos que se prolongan durante todo el día y que irrumpen en la cotidianidad del tránsito por el centro con menores, además de sufrir las molestias de los ruidos y diferentes actividades incívicas hasta altas horas de la madrugada.