La publicación de la Lomce llenó los titulares de un término antiguo que nos retrotraía a la educación franquista: la reválida. No es una palabra que apareciera en la norma, ya que de lo que ahí se hablaba era de pruebas externas y, contra lo que muchos pueden pensar, según revelan desde Apia, no era algo que se viera del todo mal entre el profesorado. Sobre esas pruebas externas pivotaba parte del significado de una ley que lleva el nombre de 'Mejora Educativa'. Pues bien, a día de hoy es quizá lo menos desarrollado de la Lomce.

Hay cuatro pruebas, dos en primaria, una en la ESO y otra en el Bachillerato. Las de Primaria son más orientativas que vinculantes. Nadie se queda atrás por fallar en ellas, ya que hay que seguir el recorrido por la enseñanza obligatoria. La prueba de 6º de Primaria,que habría que realizar este mismo mes en todas las comunidades, según el Ministerio, aún no se ha cerrado, explica José Manuel Sixto. Las de 3º de Primaria sí tienen una directriz algo más clara, ya que la Consejería de Educación ha entregado unos modelos para que se realicen en el centro. Lo que pasa es que no van a ser propiamente unas pruebas externas, ya que se le da autonomía a los centros para su evaluación ante la imposibilidad económica y logística de organizar tribunales en tan poco tiempo.

Pero donde la situación roza lo abstracto es en Secundaria y Bachillerato, donde sí estamos hablando de verdaderas reválidas, lo que a los defensores de la Logse, a la que se le achacan tantos males, les hace poner el grito en el cielo por apartar de las vías a muchos alumnos . Al finalizar 4º de ESO se preveía una prueba externa que era obligatorio superar para obtener el título. Según Nicolas Montero, sobre esta prueba "no tenemos instrucciones concretas". Pero es que ocurre lo mismo con la prueba de 2º de Bachillerato, la nueva Selectividad, que en sí ya era una prueba externa pero de acceso a la Universidad. Ahora es de obtención de título y es obligada para el acceso a la Universidad. Se dijo que seríaun test de 350 preguntas, pero no se ha vuelto a hablar de ello. El cambio es tan radical que es extravagante que no se halla desarrollado la ley, pero es que en en este caso no hay ni instrucciones, lo que tampoco sería lógico para algo que afecta ya a a centros (tendría que haber una coordinación con las universidades) con un funcionamiento tan diferenciado.

Cosas parecidas ocurren en Primaria con la implantación de la segunda lengua extranjera, que obligaría a un movimiento de horarios y de cuadraturas de círculos que los docentes desconocen. Lo que subyace es que, en el fondo, toda la comunidad educativa cree que la Lomce nace muerta, una denominación más para el cementerio de siglas.