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Provincia de Cádiz

Los recortes del 'Brexit'

  • El Campo de Gibraltar deja de percibir 1,2 millones mensuales por la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores del Peñón

Mientras los líderes políticos de Reino Unido y los países de la Unión Europea sientan las bases de la negociación para llevar a la práctica el Brexit, la realidad a ambos lados de la frontera entre España y Gibraltar sufre los efectos del referéndum británico desde el primer día, un problema añadido para una comarca ya de por sí muy castigada por sus altos índices de desempleo. Porque aunque a nivel internacional se hable de un mínimo de dos años para que culmine el proceso, en el Campo de Gibraltar, y especialmente en La Línea de la Concepción, la situación genera temor e incertidumbre a cada día que pasa para las miles de personas que cada día cruzan la Aduana porque tienen su puesto de trabajo en la Roca. Y no es para menos, ya que en la situación actual la comarca deja de percibir un mínimo de 1,2 millones de euros mensuales fruto de la pérdida de poder adquisitivo de las más de 10.000 personas que trabajan al otro lado de la frontera, entre españoles y extranjeros. Un dato demoledor que amenaza con convertirse en costumbre con el paso de los meses.

El primer gran mazazo a la zona fue inmediato desde aquel fatídico 23 de junio con la victoria del en las urnas. Viene dado por el desplome del valor de la libra esterlina con respecto al euro. Una caída que ha hecho perder poder adquisitivo a los más de 7.500 españoles, la mayoría linenses, que tienen su empleo al otro lado de la Verja, situación idéntica a la que padece la mano de obra de otros países que desempeña sus funciones en Gibraltar, pero para abaratar costes hace su vida en La Línea, lo que redondearía la cifra de damnificados a más de 10.000 personas. La cuenta es sencilla: un sueldo de 1.000 libras antes de la celebración del referéndum ofrecía un cambio de 1.305 euros, mientras que el 24 de junio ya era de 1.238 euros y el 27 pasó a ser de 1.199. En esas cifras se ha estado moviendo hasta experimentar cierta estabilidad a un cambio de 1,18, que deja el recorte en esa nómina media en torno a 120 euros, cantidad que pone en jaque la economía doméstica de miles de familias.

Una situación que afecta también al comercio local y que genera incertidumbre en casi todos los sectores, sembrando el pánico ante la posibilidad de que se libre una guerra política por la soberanía de la colonia británica que desemboque en medidas de presión en la frontera, algo que perjudicaría principalmente a los trabajadores.

Ese temor que se palpa en la calle y no es para menos, porque la incertidumbre no se centra solo en la reducción de sueldos, sino que se hace extensiva a la estabilidad laboral dependiendo del camino que tomen las medidas en la frontera. "Lo de cobrar menos es un gran inconveniente, pero ahora mismo mi principal preocupación es conservar mi puesto de trabajo", asegura David, uno de los cientos de empleados que trabajan en las casas de apuestas y juegos online instaladas en el Peñón. La normativa europea las obliga a tener los servidores en suelo comunitario, una situación que pone en jaque su continuidad en la Roca. "De momento solo hay rumores, pero estamos preocupados porque el traslado a otro país es una posibilidad real", añade.

Hay desconfianza, tal y como relata Juan, un albañil que no se fía de la postura que adopte España en el conflicto "sobre todo si sigue Margallo, que ahora tiene manga ancha. Pero los perjudicados somos los de siempre, los que trabajamos allí porque aquí no podemos", lamenta temeroso de que el paso fronterizo se realentice o incluso llegue a cortarse algún día. No obstante, el recorte en la nómina también es un problema de primer nivel para familias como las de Francisco José, "porque trabajamos en el Peñón mi mujer y yo, lo que supone un pellizco de casi 250 euros al mes que no sabemos cómo superar. Antes ya llegábamos justos a final de mes, así que ahora...". Esa desconfianza se refleja también en que la mayoría de los trabajadores prefieren no decir su nombre completo al ser entrevistados por este diario.

El portavoz de la Asociación Sociocultural de Trabajadores Españoles en Gibraltar (Ascteg), Juan José Uceda, entiende a la perfección estos temores, sobre todo "porque va a ser un proceso largo en el que las prioridades de Reino Unido son otras". A su juicio, la postura que adopte el Gobierno español es la que marcará los intereses de su colectivo "pero como siga Margallo todo va a ser más difícil porque antepone la soberanía", aunque espera que "no haya presiones radicales, porque no creo que nadie sea tan estúpido como para cerrar la frontera. Lo importante es mantener los puestos de trabajo y el Gobierno de Gibraltar ya nos ha dado garantías de normalización durante el proceso".

La mayoría de las consultas que recibe Ascteg desde el Brexit están relacionadas con el temor al cierre de la frontera y la bajada de la libra esterlina. En este sentido, sus cálculos establecen que esos más de 1,2 millones de euros mensuales dejan de entrar en La Línea, un problema que se hace extensivo a los comercios de la zona, ya que es dinero que no estará en circulación.

No obstante, esta bajada repercute positivamente a la inversa, ya que ahora el ahorro es mayor que hace un mes en la compra de artículos en el Peñón. Como ejemplo, llenar el depósito de gasolina en la colonia británica resulta en torno a un 35% más económico si se paga con tarjeta de crédito, ya que el cambio a libras es directo. Una situación que incrementa el número de vehículos de residentes en la comarca que aprovechan los horarios no comerciales para acudir a las gasolineras sin soportar colas para cruzar la Aduana. La compra de productos como el tabaco o las bebidas de alta graduación también resulta más rentable por la bajada de la libra, una situación que aprovechan muchas personas para ir ahorrando unos euros y, en muchos casos, compensar el recorte en nómina. Más a largo plazo, otra ventaja para el trabajador español puede estar en la declaración de la renta en España, ya que si Gibraltar sale de la Unión Europea ya no sería obligatoria, según adelantan desde el colectivo laboral.

Sin embargo, esa depreciación de la moneda no ha afectado demasiado a la actividad en las oficinas de cambio. Durante los primeros días sí se dieron situaciones atípicas porque muchos trabajadores optaron por tirar de ahorros y guardar las libras en casa a la espera de alguna subida que resultase más rentable para sus bolsillos, pero la falta de liquidez hace que la ceremonia de cambiar el sueldo semanal de libras a euros ya sea de nuevo habitual y extendida. "Es cierto que quien puede guarda algo de libras y va tirando hasta que el bolsillo se lo permite, pero ya casi todos están hechos a la idea de que es complicado que se den subidas importantes", asegura Félix González, propietario de una de las oficinas de cambio de divisas existentes en La Línea, justo enfrente del acceso a Gibraltar. "Llegar a final de mes es complicado, así que los trabajadores siguen cambiando aunque la libra haya bajado. Muchos nos preguntan cuándo subirá... ojalá pudiésemos saberlo", añade.

Lo que sí tiene claro este empresario es que "todos estamos pendientes de la política que aplique España, hay mucho miedo. Se esperan tiempos convulsos y la incertidumbre es importante, más aún en una zona tan castigada como esta".

La situación, sin embargo, no ha variado demasiado en el sector de la hostelería. Al menos, eso es lo que cuenta Elena Suteu, una empresaria de origen rumano que lleva años instalada en la avenida 20 de Abril con su bar Transilvania, al que acuden decenas de trabajadores de distintas nacionalidades cuando acaban de trabajar y salen del Peñón con destino a sus casas. Una parada a la que siguen siendo fieles, "los clientes fijos no faltan y consumen en una cantidad similar. También es cierto que estamos en verano y hay más turismo, por eso las ventas siguen estables, al mismo ritmo de otros años".

El sector inmobiliario sí que ha acusado en mayor medida la aprobación del Brexit. Las ventas de inmuebles en La Línea o Sotogrande a clientes gibraltareños o británicos está casi paralizada, aunque en cambio el alquiler vive muy buenos momentos, hasta el punto de que la demanda supera a la oferta. Al menos es la experiencia que tienen en la céntrica inmobiliaria linense Intercasa, desde cuyo despacho principal su propietario, Antonio Ramos Partal, confirma que "las ventas a clientes de la comarca siguen su curso, pero es cierto que el mercado británico se ha parado. Había operaciones pendientes que se han esfumado", reconoce, incidiendo en que la situación se compensa "con los alquileres, ya que tenemos incluso lista de espera para ocupar inmuebles. Hay mucha demanda".

El panorama no ha variado demasiado en Promociones Santa Margarita, cuyas oficinas a las puertas de la frontera registran una actividad similar a la que se daba antes del famoso referéndum. Ángel González Espina es su principal responsable y expone que "es verdad que en los primeros días hubo que variar la duración del contrato de un cliente. Nosotros trabajamos el alquiler solo a largo plazo, pero por la incertidumbre que tenía este hombre, que iba a empezar a trabajar en una empresa de juego online, firmó un contrato de seis meses, algo que admitimos por vez primera".

Su mercado se centra en la venta de promociones en zonas residenciales sobre todo a clientes de la zona y también en el alquiler, por lo que la actividad sigue su curso sin alteraciones. "Es cierto que entre colegas hablamos y hay muchas operaciones de compradores ingleses o gibraltareños que se han cancelado incluso cuando estaban solo a falta de firma en la notaría", reconoce, aunque también destaca que el mercado del alquiler sigue al alza, "algo habitual en los últimos años en La Línea".

El grupo empresarial Ángel González también posee comercios dedicados a la alimentación en Gibraltar, un sector que a su juicio tampoco ha sufrido grandes cambios. "Quizás haya aumentado la venta de bebidas de alta graduación al cliente español, pero el gibraltareño sigue haciendo sus compras del mismo modo", concluye.

El tiempo irá marcando nuevas ventajas e inconvenientes tras el Brexit, pero lo que está claro es que en estos inicios de camino el gran damnificado sigue siendo el trabajador fronterizo. Una vez más.

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