Sucesos

La heroína se desboca en la Sierra de Cádiz

  • El aumento de adictos a esta droga mezclada con cocaína provoca que crezcan los robos

  • La Guardia Civil detiene a seis narcos que traficaban con todo tipo de estupefacientes

  • La Sierra huele a 'maría'

Parte de la droga, el dinero, las armas y la droga recuperadas por la Guardia Civil.

Parte de la droga, el dinero, las armas y la droga recuperadas por la Guardia Civil.

La heroína se ha desbocado en la Sierra de Cádiz. El aumento de su consumo, mezclada con cocaína en el denominado rebujito (o rebujo), está doblegando la voluntad de cientos de desafortunados en toda la geografía provincial, aunque esta nueva plaga es especialmente virulenta en la Sierra de Cádiz, donde la proliferación de adictos viene acompañada de una subida exponencial de los robos en viviendas y hurtos a personas mayores.

El fenómeno no es nuevo, ya se vivió en los 80, donde los caminantes blancos paseaban sus miserias por las calles de todo el país. Las campañas contra la droga, el SIDA y la irrupción de nuevas drogas hicieron que la heroína proveniente de Turquía y Afganistán pasara a un segundo plano, pero, como al destino le gustan las repeticiones, el caballo vuelve a galopar amenazando no sólo a quienes consigue contagiar de su frenesí sino también a aquellos que sufren los efectos de un aumento de la inseguridad ciudadana.

La vuelta a la heroína se extiende sobre todo por las barriadas más desfavorecidas

“Sobre todo vemos muchos casos en zonas desfavorecidas de la Sierra de Cádiz, en localidades con paro, familias empobrecidas y cuyos miembros empiezan trapicheando para acabar rendidos en los brazos del rebujito”, comentan fuentes de la Guardia Civil que conocen bien la serranía gaditana.

Una papelina de rebujito con una dosis cuesta diez euros. Así dicho parece poca cosa, pero el perfil de los consumidores es el de hombres, y mujeres, de entre 30 y 50 años sin oficio ni beneficio y que no dudan en robar cuando empiezan a necesitar un nuevo subidón. Por ello, por esa inmediatez, por esa necesidad acuciante que calme el mono, es por lo que no dudan en robar en coches, comercios y a personas vulnerables, preferiblemente ancianos.

Por ejemplo, en un pueblo serrano, la Guardia Civil ha detenido en múltiples ocasiones a una mujer adicta al rebujito que se dedica a robar en los coches aparcados en las calles. Sólo busca la calderilla que pueda quedar allí o algún móvil. El resto lo desecha. Así lleva años, en una bajada a los infiernos de la droga que arrastra incluso a familiares.

Operación Soleado

Pero el problema no es exclusivo de la sierra. De hecho, la Guardia Civil ha llevado a cabo en los últimos días una operación en diferentes localidades de la Bahía de Cádiz y La Janda que ha acabado con seis detenidos. En el operativo, bautizado como Operación Soleado agentes de la Benemérita han desarticulado una organización criminal dedicada a la venta de estupefacientes, arrestando a seis personas en las localidades de Barbate, Conil, y Chiclana, además de hab er una séptima investigada.

El dispositivo arrancó en el mes de enero, cuando los agentes tuvieron conocimiento de un punto de venta de estupefacientes en Conil. La investigación permitió conocer que el principal objetivo de la operación se dedicaba a vender cocaína, heroína, hachís y marihuana en un domicilio particular. Posteriormente, se desplazaba a otra vivienda de Chiclana en la que pernoctaba y que también ha sido objeto de registro, donde se encontraron 115 gramos de cocaína junto con una balanza de precisión.

La Guardia Civil redobla sus esfuerzos y vigila sobre todo los centros escolares

En la operación se realizaron registros en cuatro inmuebles, y los agentes se incautaron, además de la citada cocaína, de 2.280 gramos de hachís, 40 dosis de hachís dispuesta para su venta, 44 gramos de heroína, 16 dosis de heroína dispuesta para su venta, 365 gramos de cogollos de marihuana, 2 plantas de marihuana de gran tamaño, 22 gramos de metanfetaminas, 366 gramos de anfetaminas, 480 pastillas de Viagra, un kilo de sustancia de corte, 8 balanzas de precisión, útiles y recortes para la confección de papelinas, un libro de pagos y debes, 305 cajetillas de tabaco de contrabando, un fusil de asalto, 43 cartuchos de 9 mm parabelum, 4 machetes de gran tamaño, un hacha, una cizalla, seis teléfonos móviles, dos televisores de gran tamaño, tres pasamontañas negros de cara oculta, walkie-talkies, 8.000 euros en efectivo, un vehículo Mercedes Benz y un quad.

La Guardia Civil realiza un gran esfuerzo en la lucha contra la lacra de la droga, poniendo especial hincapié en la vigilancia de zonas cercanas a centros educativos, donde los narcos intentan reclutar entre chicos jóvenes a nuevos clientes para una guerra que parece no tener fin.

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