El campo gaditano, ante la tormenta perfecta de la inflación y la sequía
Economía
Pedro Gallardo, presidente de Asaja-Cádiz, advierte de un otoño muy duro en el que, puntualmente, puede haber desabastecimiento de productos como la leche o el queso
El puertorrealeño Pedro Gallardo, elegido nuevo vicepresidente nacional de Asaja
Sequía, inflación, guerra, carburantes por las nubes... El campo se ve amenazado por una tormenta perfecta cuyos nubarrones empezaron a tomar forma hace dos años y que ahora, con el estallido del conflicto bélico en Ucrania, ha disparado los precios. En el año 2020 Asaja ya comenzó a convocar concentraciones de protesta por los precios que percibían agricultores y ganadores, situación que se agravó en la primavera del pasado año cuando se dispararon los costes de producción, sobre todo los fertilizantes. Esto se hla agravado con la invasión de Ucrania que ha aparejado que la inflación se dispare. “Los abonos se han encarecidos un 300%, algunos de los fitosanitarios un 100%, pero otros un 300. Las semillas se han encarecido un 40%, la electricidad un 100%, la mano de obra un 30%. Los costes de producción han subido mucho pero no lo estamos repercutiendo en precios”, decía a este diario Pedro Gallardo, presidente de Asaja en la provincia de Cádiz.
Este cóctel terrible ha provocado que al agricultor y al ganadero no le salgan las cuentas. El ganadero además está viviendo un año complicado puesto que en mayo no ha llovido, no hay pasto y ha tenido que recurrir a emplear más pienso, lo que encarece su labor. “Lo que están haciendo, el que no está abandonando el sector, es reducir su cabaña, porque ahora mismo cada oveja, cada vaca o cada cabra está en pérdida, por tanto cuantos menos tenga mejor. Ya repondrán en su momento pero ahora mismo están sacrificando ganado y no reponen para reducir las pérdidas”, aseguró Gallardo.
Asaja considera que la ganadería necesita un tratamiento especial, “es un sector muy sacrificado, hay que estar al pie del cañón dos veces al día para ordeñar, situaciones complicadas este año con el agua porque muchos de los manantiales y arroyos de la Sierra se habían secado”. “En Cádiz –sigue– tenemos una ganadería extensiva, el ganado está en el monte, como tiene que ser, en libertad, y no hay agua. El ganadero tiene que contratar una cuba, buscar agua en un pozo legal y transportarla”.
Lo cierto es que el campo lo está asando mal, entre otras cosas, porque sigue sin llover. “No queremos alarmar a la población pero creemos que puede haber un déficit de leche y queso en otoño, puede haber un desabastecimiento puntual. Estamos pidiendo ayuda a todas las administraciones, desde Bruselas al Gobierno central, a la Junta, a las diputaciones, porque, lo decimos claramente, ante un año excepcionalmente malo como es este deben adoptarse medidas excepcionales”.
Pero no sólo los agricultores están padeciendo penurias. También la agricultura. Pedro Gallardo manifestó que “en junio convocamos a cooperativas de Cádiz, hicimos una primera aproximación de cuanto cereal menos iba a tener la provincia y vimos que estábamos en torno a un 16% menos. Pero cuando fue avanzando el verano ha sido más de un 30% de pérdida de cereal en la provincia; a nivel nacional más de un 50% menos. Además, el girasol tiene más de un 50% de merma de la cosecha a nivel nacional y en Cádiz muy parecido debido a las olas de calor y a la sequía”.
Otro problema al que se enfrentan es que cada vez cuentan con menos herramientas a la hora de contar con protección para cultivos en forma de fitosanitarios. “Europa –dice Gallardo– cada vez legisla con más dureza en contra de estos productos, pero les decimos que si quieren quitar un producto que nos den una alternativa. Igual que los humanos toman medicinas para protegerse de un resfriado las plantas necesitan esto para protegerse de las plagas y de enfermedades que antes no teníamos en el campo y que están apareciendo por el cambio climático”.
Según Gallardo, a nivel mundial hay 750 sustancias activas, y sus competidores:EEUU, Brasil, Argentina, Canadá, Japón, China... pueden utilizarlos todos prácticamente, mientras que Europa tiene 420 autorizadas. “Sin embargo traemos productos de esas partes del mundo con estos fitosanitarios a los que les han echado estas sustancias. Si son malos lo son para todos. Si se prohibe en Europa que no entren. Porque eso nos hace daño en nuestras producciones”.
Las dificultades se notarán igualmente en sectores como el vino, donde se espera una merma entre el 40 y el 50%, o el olivar, que empezará la recolección en los próximos meses. “Y la cosecha podría ser la mitad de lo que suele ser en Cádiz, que cuenta con una producción importante en la Sierra. Se le complica la vida al productor”, aseguró Pedro Gallardo.
El problema de los regadíos
Asaja entiende que es necesario que el Gobierno central ponga en marcha una política hidráulica nacional. “Igual que hay autopistas o la línea de alta velocidad del tren, por qué no podemos tener unos canales que lleven agua, de la mucha que se vierte al mar en Aragón sobre todo, a la España seca. Donde hay agua hay riqueza, esos pueblos no desaparecen, los que lo hacen son los que tienen menos regadíos. Hay que ser más sostenible, correcto, optimizando cada gota de agua, bien, pero hay que hacer infraestructuras para tener más agua almacenada, que las desaladoras funcionen de una vez por todas, y por supuesto incrementar los regadíos”, dice Gallardo.
El presidente de Asaja apuesta por más trasvases. “Esa es nuestra idea. Donde hay agua hay mano de obra. Cuatro millones de hectáreas de regadío producen lo mismo que 12 de secano. Eso crea empleo, la economía circular que genera ese regadío. No sé si algunos políticos quieren que volvamos a la azada y que dejemos las ciudades y vamos todos a volver a una huerta, porque si no es gracias al agua no hay producción de frutas y verduras que hay en España.
Gallardo cree que necesitan que la ley de la cadena alimentaria se aplique bien. “Esa ley dice que por lo menos se cubran los costes de producción. No está claro cuánto cuesta producir un kilo de patatas, si son 25 céntimos, pues ya sabemos que cualquier contrato que se nos presente por menos de ese precio es ilegal. El coste de producción habría que fijarlo entre las organizaciones agrarias, las cooperativas, las universidades y las administraciones”, indicó.
Otro problema para Asaja es que se necesita un sistema de cooperativas. “Si en una mesa hay dos compradores no puede haber 20.000 vendedores. Si en un lado hay dos compradores que haya dos vendedores, y esto se consigue montando una estructura de cooperativas de segundo grado como hay en Francia, Holanda, Dinamarca, que son macrocooperativas que concentra mucho volumen donde negocian dos en nombre de 40.000 agricultores. O que se fusionen cooperativas”.
20 Comentarios