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El futuro de la ganadería en la Sierra gaditana

  • El relevo generacional en la Sierra de Cádiz está garantizado. Un ejemplo claro es el ganadero y asociado de ASAJA Cádiz, Mateo Benítez Barragán, apasionado de un trabajo que le viene de tradición familiar

El futuro de la ganadería en la Sierra gaditana

El futuro de la ganadería en la Sierra gaditana

De todos es sabido que la Sierra de Cádiz es un paraíso en todos los sentidos. Gran parte de este mérito lo tienen los agricultores y ganaderos que con su esfuerzo y dedicación han conseguido mantener y mejorar este espacio natural, declarado en 1977 como la primera Reserva de la Biosfera en el territorio español, con una superficie de 51.695 Ha. Estos agricultores y ganaderos, con todo su esfuerzo y con las dificultades añadidas, que no deberían de ser tales, se enfrentan a diario a multitud de trabas y requisitos que se les imponen por el hecho de estar en un Parque Natural, pero que son los primeros en defender con orgullo el entorno que han ayuda dado a crear y mantener con su labor diaria, y que lejos de quejarse, valoran todo lo positivo que les suponen formar parte de este espacio único.

Un ejemplo claro lo representa el joven ganadero y asociado de ASAJA Cádiz, Mateo Benítez Barragán, quien con 39 años, y desde que era niño, continúa con la labor que llevaba a cabo su abuelo, y posteriormente su padre.

Hace dos años es cuando, ante la jubilación de su padre, se hace cargo de la explotación ganadera haciéndose titular de ella, aprovechando, la convocatoria de las Ayudas a la Incorporación de Jóvenes Agricultores a las Empresas Agrarias ITI-Cádiz, puesta en marcha por la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía.

El futuro de la ganadería en la Sierra gaditana El futuro de la ganadería en la Sierra gaditana

El futuro de la ganadería en la Sierra gaditana

Se instala como joven ganadero en la explotación denominada La Mesa y Garganta de Barrida, ubicada en Villaluenga del Rosario, en pleno Parque Natural Sierra de Grazalema, un entorno extraordinario donde el ganado pastorea libremente y donde produce a diario leche y carne con una calidad excepcional, respetando al máximo y valorando que el bienestar animal es una pieza fundamental e indispensable en la gestión de la explotación. Mateo cuenta en esta explotación con unas 200 Ha de monte y pastos y con una cabaña ganadera consistente en 25 vacas serranas, 150 cabras de la raza Payoya y 269 ovejas de la raza Merina de Grazalema, estando estas últimas acogidas a un plan de recuperación y mantenimiento de Razas Autóctonas en Peligro de Extinción e inscritas en la Asociación de Criadores de la Raza Ovina Merina de Grazalema.

El destino de su producción, en este caso la leche, se lleva a las queserías de la zona para su posterior trasformación, principalmente en esos magníficos quesos que luego ganan importantes premios nacionales e internacionales, así como en otros productos lácteos. En cuanto a los cabritos, corderos y becerros, normalmente los vende a cebaderos, y en menor medida a mataderos directamente.

El día a día de Mateo, pasa por empezar hacer las faenas desde muy temprano, a eso de las 6 de la mañana, hasta última hora de la tarde. Las faenas que realiza dependen de la estación y ciclo en que se encuentre el ganado, así en invierno que es cuando las reproductoras de ovino y caprino paren, todo el día se está atendiendo los partos y aportándole alimentación complementaria con algún pienso por ser la estación más dura. Después en primavera es cuando más trabajo hay, ya que hay que ordeñar de mañana y tarde tanto las cabras como las ovejas, y ya en otoño el trabajo se reduce un poco, pero es una época delicada ya que el ganado ovino y caprino está en gestación y hay que cuidarlas muy bien.

En cuanto a la opinión de la situación en el campo, nos comenta que“siempre es dura e inestable, pero, por ejemplo, en los últimos meses la leche tenía un precio más o menos aceptable, y lo mismo pasaba con los borregos y los becerros, no tanto con los chivos, pero vamos se podía vivir. Ahora mismo, debido al impacto del coronavirus, la situación es muy difícil para los agricultores y ganaderos. En mi caso he tenido que reducir la producción de leche ya que me han cortado los ordeños de la tarde al no recoger la quesería más leche, me han bajado el precio de la leche de cabra, y los precios de los chivos, becerros y borregos por los suelos y sin saber el final de todo esto”.

Desde ASAJA Cádiz se trabaja para que jóvenes agricultores y ganaderos, como Mateo, tengan las mismas facilidades, comodidades y acceso a nuevas tecnologías que las personas que viven en una ciudad. Si queremos garantizar el relevo generacional y que la gente viva en los campos y pueblos esto es imprescindibles. La Administración debe poner todo su esfuerzo y dedicación para que así sea. La profesión de agricultor y ganadero, no es un trabajo cualquiera, es una forma de vida que hay que fomentar y defender.