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Provincia de Cádiz

"Familias de acogida siempre hacen falta"

  • “El acogimiento facilita mucho la recuperación de los niños” que han sufrido maltrato

  • La nueva Ley de Infancia de Andalucía busca que no haya menores de 13 años en centros

La directora del Programa de Acogimiento Familiar de Márgenes y Vínculos, María Jesús Fernández.

La directora del Programa de Acogimiento Familiar de Márgenes y Vínculos, María Jesús Fernández. / Lourdes de Vicente

Aarón fue el primer niño que tuvieron en casa Maru y Pepe, una familia gaditana que se ‘jubiló’ en julio tras 15 años acogiendo a menores en su casa, hasta 23 niños y niñas pasaron estos años por su hogar, puente clave para su futura adopción. “Si están pensando en dar el paso, no se van a arrepentir”, contaba Maru al teléfono, recordando que fue un reportaje en este mismo medio, donde se hablaba de la necesidad de familias de acogida, lo que les hizo animarse.

Quizás también este nuevo artículo sirva para encontrar a más Marus y Pepes, porque se siguen necesitando, igual que entonces. “La realidad es que hay muchos más casos de maltrato de lo que la población se cree y familias siempre hacen falta”, explica María Jesús Fernández, directora del Programa de Acogimiento Familiar de la Fundación Márgenes y Vínculos, institución colaboradora de la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales desde hace 25 años en esta materia. Coincide con Maru: como normal general las familias se “enganchan” y repiten. “Te dicen que ellos vienen para ayudar y al final los niños le dan más. Porque cuando entran vienen tan mal y cuando se van están tan bien, que las familias son conscientes de lo importantes que han sido para esta transformación”.

Y es que está más que comprobado que “el acogimiento familiar facilita mucho la recuperación de estos niños, porque les permite ver una realidad que nunca han vivido en sus casas”. “Vienen de un entorno desestructurado que para ellos es lo normal. Cuando experimentan lo que es vivir en una familia normalizada pueden entender mejor el maltrato al que han estado sometidos y obtienen un patrón familiar que pueden desarrollar cuando sean mayores”, añade esta profesional.

Ana Fidalgo, delegada territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación. Ana Fidalgo, delegada territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación.

Ana Fidalgo, delegada territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación. / Fito Carreto

Por eso el esfuerzo de la Junta es que cada vez haya menos en centros de menores y la nueva Ley de Infancia y Adolescencia de Andalucía, aprobada este pasado mes de julio en el Parlamento ampliará esta apuesta, tal y como apunta la delegada territorial de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Ana Fidalgo. “Antes la recomendación era que no hubiese en los centros menores de siete años –no está permitido para menores de 3–. En la nueva Ley se aumenta esta edad hasta los 13 años porque entendemos que hasta los 12 años deberían sí o sí estar en familias, a no ser por circunstancias excepcionales”, apunta la responsable de la Junta.

Y para ello se necesitan a familias, porque aún hay niños que están en centros, sobre todo a partir de los 7 años. “Hay una especie de estigma de que los niños de protección tienen muchísimas dificultades y da mucho más miedo meter a menores de determinadas edades en casa. Pero cuando conocemos a esos niños, que con esa edad son aún muy pequeños, se te parte un poco el alma”, cuenta María Jesús. “Desgraciadamente han estado más tiempo expuesto al maltrato y vemos la necesidad de cariño que tienen”, manifiesta.

Actualmente, y con datos de finales de julio ofrecidos por la Delegación Territorial, 485 menores están en el programa de acogimiento familiar en Cádiz, que se lleva a cabo con entidades colaboras. Además de Márgenes y Vínculos, también está ACCAMPA y la Asociación de familias solidarias con sede en Chiclana, que atiende y asesora a las familias de acogida y que sirve de intermediación entre estas y la administración.

En total, 304 están con familia extensa –tíos, abuelos,.. que es siempre la primera opción aunque no siempre es posible– y otros 145 están con familia ajena, es decir, personas que se han ofrecido para hacer esta importante labor y para la que han pasado un proceso de unos tres meses hasta obtener la idoneidad. Sin embargo, alrededor de 250 siguen en centros. Hay 18 de 7 a 10 años, 124 de 11 a 15 años y 115 de 16 y 17 años.

La Junta busca especialmente hogares que estén dispuestos a comprometerse en ayudar a menores con más edad, a partir de 7 años, para dos modalidades de acogida en familia ajena; la temporal (máximo dos años hasta adopción) y la permanente, niños a partir de 11 años que puedan estar con una familia hasta cumpla su mayoría de edad. “Hay una realidad de menores de 6 a 9 años que siguen siendo chiquitines, que están en centros, y que para esa horquilla es muy difícil encontrar. Por eso tratamos de sensibilizar a la población para captar familias con un perfil más altito. Es la que más falta hace ”, cuenta la profesional de Márgenes y Vínculos.

Desde la asociación estarán pendiente de todo el proceso. Las familias, que reciben una remuneración según el tipo de acogimiento, cuentan con asesoramiento jurídico, información, formación, apoyo profesional y seguimiento desde el comienzo hasta la finalización del acogimiento, hasta la preparación de ambas partes para su salida hacia la adopción “que suele ser al final la parte más dura”. También trabajan para la reparación del daño a nivel terapéutico.

El trabajo no para. Al Servicio de Protección de Menores, “donde trabajan personas con un enorme compromiso con el bienestar de los menores”, siempre van llegando casos de derivaciones tras situaciones de negligencia, malos tratos u otras circunstancias dolorosas y traumática, explican desde la Junta. Aunque con el confinamiento no han notado la diferencia en cuanto al número, sí acentuó, notaron desde la asociación, “ las negligencias relacionadas tras despuntar algún tipo de trastorno mental que estaba quizás encubiertos en los padres”.

De ahí, la importancia de este programa. La delegada Ana Fidalgo incide que "sin el acogimiento familiar, nuestra labor para salvaguardar el bienestar de los menores no sería posible, o sería mucho más difícil”. “La administración cuenta con residencias de menores (cuatro en la provincia) y entidades sin ánimo de lucro con plazas concertadas. Y aunque, -apunta la delegada– “en estas residencias y entidades, están muy bien atendidos y protegidos, se apuesta por el acogimiento porque tienen derecho a crecer en un núcleo familiar, institución que creemos la idónea para su desarrollo, educación y protección”.

“Creo que si más gente conociera este programa de acogimiento familiar se apuntaría”, dice la directora de Márgenes. 

Acogimiento Familiar Márgenes y Vínculos

Acogimiento Familiar Andalucía

"Si están pensando en dar el paso que no duden, no se van a arrepentir"

Homenaje a Maru y Pepe. Homenaje a Maru y Pepe.

Homenaje a Maru y Pepe.

Maru Cardenete y Pepe Luna, se ‘jubilaron’ el pasado mes de julio como familia de acogida. Tras estar 15 años de la mano de Márgenes y Vínculos en el programa de la Junta, dejan paso a la juventud, dicen, dejando un legado importante que bien merecía un homenaje como el que le hicieron en Cádiz por su marcha. Nada menos que 23 niños y niñas han pasado por su hogar, compartiéndolo también con su hijo.

“Fue muy emocionante, pero hay muchas familias que hacen la misma labor que nosotros que se lo merecen igual”, contaba Maru, que no dudaba en animar a otras personas en seguir ese camino. “Si está pensando en dar el paso que no duden, que no se van a arrepentir, te llenan la vida”, afirmaba. Y eso que las despedidas “son mortales”. “Un niño un año en tu casa y se va, imagina. Pero te pones muy contenta por él porque lo van a adoptar y tiene por fin una familia”.

El matrimonio, tras consultarlo con su hijo, entró en esta aventura “ya mayores”, tras leer un reportaje en Diario de Cádiz y desde entonces no habían descansado. “Al poco tiempo de tener la idoneidad (el proceso por el que tienen que pasar ser familia de acogida) llegó Aarón, nunca se me olvidará. Le faltaban cuatro días para cumplir los dos añitos, fue una alegría enorme, era precioso”, recuerda. Ha tenido en casa desde recién nacidos hasta una niña de 9 años y si se le preguntan, “a todos los he querido igual”. “Quien está en ese momento es el que más se quiere”, añade Maru, que ha mantenido la relación con muchos de ellos, que incluso participaron en su homenaje.

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