El gaditano Juan Antonio Mora viajó hasta Sudáfrica el pasado 13 de febrero por motivos laborales. Lo hizo junto a más de 40 españoles para trabajar en la instalación de un parque eólico en Somerset East, ciudad de la Ruta de la Grúa Azul, en el Cabo Oriental. En esa fecha, el Covid-19 ya causaba estragos en China y en Italia ante la mirada impávida de otros tantos países que no imaginaban lo que se les venía encima.  

Sudáfrica, que registra oficialmente 1.800 contagios y tres fallecidos por coronavirus, decretó el pasado jueves el cierre de sus fronteras durante 21 días. Juan Antonio y su equipo se encuentran, por tanto, atrapados allí. "La empresa compró nuestros billetes de vuelta pero el vuelo se canceló, así que estamos alojados en un apartahotel en Johannesburgo, cerca del aeropuerto", explica este gaditano. 

"Estamos algo hacinados, porque los apartamentos son para dos personas y los compartimos tres. Solo vamos al supermercado, de uno en uno y guardando las distancias de seguridad. De momento, estamos abastecidos, aunque no sé qué pasará según vayan avanzando los días", comenta Juan Antonio sobre su confinamiento diario.

El gaditano afirma que ya se han puesto en contacto con representantes de la embajada española y de Asuntos Exteriores, si bien no han conseguido su pasaje de vuelta. "Tienen nuestros datos, sí, pero no pueden hacer nada. El país está en cuarentena hasta el próximo 16 de abril y nuestro temor es que el confinamiento se prorrogue por más tiempo; según el Gobierno sudafricano, la situación se puede prolongar hasta tres meses y nuestro visado caduca el 15 de mayo".

"Quiero volver a España, aunque sé lo que me espera a mi regreso: el paro", reconoce Juan Antonio, que sopesa las dos caras de la moneda. "Por un lado, quedarnos aquí nos da miedo. Tenemos seguro médico, claro, si bien desconocemos cómo funciona el sistema sanitario en Sudáfrica. Por otro lado, regresar a España nos supone quedarnos sin trabajo. No sé qué es lo mejor". 

En caso de poder volar, Juan Antonio es consciente de que el regreso no será fácil. "Estamos hablando de más de 30 horas de viaje en la que tendremos que atravesar muchos países. A esto hay que añadir otro hándicap: si logramos aterrizar en España, lo haríamos en Madrid. ¿Cómo nos desplazaríamos hasta Cádiz?".

Por el momento, este gaditano afincado en Jerez mantiene el contacto con su familia vía móvil y pasa los días con sus compañeros de trabajo al sur de África a la espera de que las crisis sanitaria del coronavirus arroje una mínima tregua.