concert music festival 2023

Rod Stewart: conexión Escocia-Ucrania-Chiclana

El británico Rod Stewart y parte de su banda durante el concierto este pasado sábado en Sancti Petri.

El británico Rod Stewart y parte de su banda durante el concierto este pasado sábado en Sancti Petri. / Lourdes de Vicente (Chiclana)

Al menos tres paradas en ruta y un buen puñado de éxitos conformaron el viaje que propuso el cantante y compositor británico Rod Stewart al público que lo disfrutó y mucho este pasado sábado en Concert Music Festival 2023.

Con güisqui escocés, de su propia marca llamada Wolfie’s, y como mandaba la ocasión, el artista invitó a sus seguidores –mitad españoles, mitad guiris– desde la pantalla que dominaba el escenario al primer trago con la intención de beberse la noche entera a gollete. Como buen anfitrión, les abrió las puertas de su más de medio siglo de carrera musical con una energía y actitud envidiables. Tras hora y media sin descanso, Stewart salió coronado de Sancti Petri, punto de partida y llegada, a base de éxitos, desparpajo y actitud roquera.

No obstante, un olvido imperdonable sería no destacar el buen trabajo ejecutado por sus compañeros de camino en la cita chiclanera. El espectáculo se mantuvo en un constante binomio entre el artista y su lujosa banda. Stewart dio el cien por cien pero el abrigo sonoro que trajo a suelo gaditano elevó el nivel de salida rumbo hasta lo estratosférico. Arpa, violines, saxo, piano, guitarras, bajo, contrabajo, percusión,... Un despliegue melódico de altura para arropar a una gran leyenda de la música.

Seis mujeres todoterreno le dieron la réplica al artista con su gran talento musical

Y sin embargo fueron ellas las que tomaron el pulso de la noche. Seis mujeres todoterreno le dieron la réplica al británico al demostrar su talento como coristas, instrumentistas y bailarinas sin darle tregua al aburrimiento, atreviéndose además a deslumbrar en sendos interludios del concierto mientras el protagonista se cambiaba de vestuario con versiones de I’m so excited, de The Pointer Sisters, y Lady Marmalade, más cercana a Moulin rouge que a Patti Labelle, pero tan efectiva al oído como irresistible para los pies.

Stewart y su acompañamiento femenino sobre el escenario. Stewart y su acompañamiento femenino sobre el escenario.

Stewart y su acompañamiento femenino sobre el escenario. / Lourdes de Vicente (Chiclana)

El trayecto partió en origen de Escocia, al sonido de las gaitas y del tema Addicted to love, para recorrer, a continuación, un mapamundi musical donde se degustó la mezcla exacta de diversión, emoción y nostalgia que se espera siempre de una figura mítica del mundo del espectáculo. En este sentido, no decepcionó con el repertorio el cantante de voz rasgada. Prendió la mecha con Having a party, para seguir con un bonito homenaje a otro icono recientemente fallecido, Tina Turner. Con su imagen y recuerdo interpreto It takes two, tema que compartió en su momento Stewart con la reina del rock. A otra fémina de rugosa garganta, Bonnier Tyler, le rindió tributo con It’s a heartache.

“Gracias por venir esta noche”, saludó el británico al respetable antes de convertir Chiclana en Las Vegas al ritmo de Some guys have all the luck, sabiéndose de antemano el ganador de la velada, y justo antes de declararse, sin atisbo de duda y a tenor de su electrizante energía y coloridos atuendos, Forever young. Los viejos roqueros nunca mueren, sólo se transforman.

Stewart mostró su apoyo al pueblo ucraniano, con imagen de Zelenski incluida

Stewart se despidió de Escocia tras cerrar la primera parte del concierto con bailes tradicionales, violines y otro guiño a su lado comercial, con el logo de Wolfie’s en el bombo que portaba una de las talentosas artistas de su equipo. Preguntó el británico al respetable mientras se insinuaba bromista eso de Da ya think I’m sexy?, en clara alusión a uno de sus más inmensos éxitos que serviría más tarde para cerrar el espectáculo con broche de oro. “Es demasiado temprano”, contestaba a pesar de ser sábado noche y de contar con los ánimos ya caldeados.

Antes tocaba ponerse solemne y, en plena jornada de reflexión preelectoral en España, el británico quiso lanzar un alegato por la paz en la segunda parada de este trayecto. Ucrania y su resistencia ante la guerra se hicieron presentes en imágenes y en la melodía de Rhythm of my heart. Rod Stewart, ataviado con chaqueta y pitillos del color de la bandera de aquel país en conflicto, saludó con gesto militar desde el escenario al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que asomó su rostro por la pantalla.

Después del reivindicativo impasse, no tardó la velada en recuperar la energía y Chiclana, el privilegiado destino del viaje de Rod Stewart –literalmente, como última fecha de la gira ibérica del artista antes de poner rumbo a Norteamérica–, siguió entusiasmándose a base de canciones como I don’t want to talk about it, The first cut is the deepest, Hot legs, Maggie May –en una versión algo más etérea en su comienzo que la original–, I’d rather go blind, Tonight’s the night, Have I told you lately that I love you? y Baby Jane.

Atracado ya el barco de las melodías en Sancti Petri tras una completa y entretenida travesía, Rod Stewart quiso pasar revista a la tripulación que, ataviada con gorro marinero a tono con esta tierra hecha de viento y sal, se despidió con un brindis con –ahora sí– licor de verdad y el bis de Sailing por la música y las emociones. En Cádiz, el último puerto a conquistar, el capitán Rod Stewart dejó el recuerdo de una historia de amor que perdurará en la memoria.

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