Dos carpinteros de Conil restauran un ballenero del siglo XVI en Guipúzcoa

Desde Cádiz hasta Pasaia, Antonio y Pedro Muñoz, hermanos con más de 35 años de trayectoria en la construcción y reparación de embarcaciones, han llegado a Albaola Itsas Kultur Faktoria para calafatear la nao San Juan, un ballenero del siglo XVI que está siendo reconstruido con técnicas tradicionales en Guipúzcoa

Los hermanos carpinteros Antonio y Pedro Muñoz / D.C.

Herederos de una larga estirpe marinera, los carpinteros Antonio y Pedro Muñoz han levantado más de 40 embarcaciones —de madera y fibra— en su taller de Conil. Hoy, su experiencia da vida a un proyecto internacional que une pasado y presente a través de un oficio casi desaparecido.

Pregunta.¿Cómo os iniciásteis en vuestra carrera profesional?

Somos dos hermanos de Conil de la Frontera. Venimos de una familia de pescadores: nuestros padres, abuelos y antepasados lo fueron. Empezamos a aprender el oficio en la almadraba, donde nuestro padre trabajaba. Él nos consiguió un puesto en el varadero, en el taller donde se reparaban las embarcaciones. Ahí aprendimos el oficio. Llevamos ya unos 35 o 36 años trabajando juntos.

P.¿En qué consiste vuestro trabajo actual en Albaola?

Estamos aquí para calafatear la nao San Juan. Eso consiste en introducir estopa (cáñamo) en las juntas de las tablas para que el barco no haga agua. Es un trabajo artesanal, muy específico. Nosotros tenemos un taller en Conil donde reparamos y construimos barcos, tanto de madera como de fibra, aunque la madera se está perdiendo cada vez más.

P.¿Cómo ha sido vuestra trayectoria profesional hasta llegar a este proyecto?

Aprendimos en Barbate y luego regresamos a Conil, donde empezamos a trabajar por cuenta propia. Primero hacíamos reparaciones, luego comenzaron a encargarnos barcos de pesca de madera. Con el tiempo, al decaer la demanda de madera, nos pasamos también a la fibra. Entre los dos, hemos construido más de 40 barcos, la mayoría entre 10 y 12 metros de eslora.

Uno de los hermanos frente la nao 'San Juan' / D.C.

P.¿Cómo llegasteis a colaborar con Albaola?

Fue Albaola quien nos encontró. Xabier Agote, presidente y fundador de Albaola, estaba de visita por la zona y alguien le habló de nosotros. Vino a conocernos, nos visitó y quedó encantado. Nos propuso venir a echar una mano cuando fuera posible… y la verdad es que, con su poder de convicción, como decimos en Andalucía, nos 'cameló'.

P.¿Cómo está siendo la experiencia?

Muy buena. Nunca habíamos trabajado en un barco de estas características. Además, estamos conociendo a mucha gente, aprendiendo otras formas de trabajar, compartiendo con personas de distintos lugares y países. A nivel profesional y personal, está siendo muy enriquecedor. Ya tenemos una edad (yo 56 y mi hermano 59), pero lo estamos disfrutando muchísimo.

P. —¿Qué le diríais a alguien que no conoce este oficio?

Es un oficio muy bonito, apasionante. Te engancha. Hay que sentir atracción por el mar y por los barcos. Cuando sientes esa conexión, ya no hay marcha atrás. Un barco tiene vida. Cuando vemos uno de nuestros barcos navegando, sentimos que ese 'niño' es nuestro. Cada maestro tiene su forma de construir, y ver algo que tú has hecho en movimiento es un orgullo enorme.

6 Comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último