Desde la todopoderosa Twitter no cesaba Alejandro Sanz de transmitir las ansias por visitar Cádiz. “Lo presiento. Hoy va a ser uno de esos días”, expresaba este mismo jueves, su segunda cita del verano con Concert Music Festival, igual de multitudinaria –no cabía un alma en el recinto– y exitosa que la anterior, el pasado 8 de julio.

Era sin duda especial el encuentro del artista con su adorada tierra gaditana al menos por dos motivos. Por saberse de nuevo querido hasta los topes en Chiclana y por suponer Sancti Petri la última parada de la gira Sanz en vivo en España. Las emociones se palpaban encima y debajo del escenario, con su equipo desde las mesas de sonido y realización entregados al baile y los abrazos del reto conseguido.

Máxima era pues la expectación y Sanz superó la prueba con un espectáculo similar al precedente y una impresionante banda de diez músicos que merecerían un capítulo de halagos aparte. Porque No es lo mismo ser que estar, el cantante y compositor estuvo y retuvo con su propuesta el cariño de un público cuya emoción, incluso llevada al llanto, reflejaron las pantallas constantemente.

Alejandro Sanz, este jueves en Sancti Petri.

La entrega incondicional en los rostros se intercalaba en imágenes con la vegetación, las lluvias de estrellas, los atardeceres –¡cuánto saben estos lares de arrebolados horizontes!– o el fuego incandescente, un contacto catódico con la naturaleza para vestir las canciones y llevarlas a ras de suelo y directas al sentimiento.

Con la garganta algo arrastrada enfiló Sanz los primeros compases del espectáculo –un temazo como Quisiera ser deslució vocalmente–, no sin retomar el pulso en el trascurso del recital y enfilar la madrugada –dos horas y media duró el show– con el motor a todo trapo y el pecho ya en llamas.

No cesó el artista de preguntar a la audiencia eso de “¿todo bien?”, cual anfitrión de una boda en la que el protagonista mima cada uno de los detalles con el fin de dejar un indeleble recuerdo del momento a los invitados. Pero cada instante que pasa ya no vuelve más y hay que sacarle su máximo jugo. Así, sin cesar, se sucedieron temas como Lo que fui es lo que soy, El alma al aire, Mi marciana, La fuerza del corazón, Siempre es de noche, Deja que te bese –“y cuando la luz de Cádiz se va es para iluminar al resto del mundo entero”, finalizaba la melodía con las gradas retumbando de locura–, Looking for paradise, Amiga mía o una versión de Contigo, entre muchas otras. “Yo no quiero París con aguacero ni mi Cai sin ti”, confesaba alterando la letra de Sabina.

Los jóvenes de la Fundación Alalá y el cantante Danny Ocean fueron también protagonistas de la velada

El futuro doctor honoris causa de la Universidad Cádiz le guiñó el corazón a la otra esquina del Malecón, a esa isla soñada en la canción Labana, que dedicó al maestro Chucho Valdés, presente en Sancti Petri, y a Pancho Céspedes. “¡Viva Cuba!”, gritó el artista.

No fueron los únicos nombres ilustres de la noche. Al escenario subió un artista que “es canela fina, al que quiero mucho. El aplauso que tenían reservado para algún momento, lo quiero ahora”. Danny Ocean, que actuó en Sancti Petri justo un día antes que Sanz, prestó su talento en Correcaminos.

Irse de Cádiz sin honrar a Cádiz es imperdonable. El artista se guardó el último as en la manga con los jóvenes de la Fundación Alalá, que le acompañaron en Corazón partío y a una pataíta final por bulerías que supuso el mejor broche para una velada que, como prometió, fue más que especial.

Nadia Calviño visita de nuevo Concert Music Festival

La vicepresidenta Nadia Calviño ha acudido al concierto de Alejandro Sanz.

Como es habitual desde los inicios de este macroevento veraniego, Concert Music Festival recibió este miércoles la visita especial de Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Calviño pudo disfrutar en Sancti Petri del segundo concierto que Alejandro Sanz ofreció en Chiclana este verano.