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María Malo (Madrid) Mala Mujer Tarifa by María Malo

"La administración quiere ayudar pero embarra mucho el camino"

200 camisetas y una caja de zapatos para guardar el dinero fue el primer inventario de la firma de moda Mala Mujer, nacida fiel al espíritu del estilo de vida desenfadado y juvenil de Tarifa pero con el claro convencimiento de que la moda surfera, hasta el momento, no estaba hecha para las mujeres.

Desde que entró el primer billete en la caja de zapatos han pasado ya ocho años en los que María Malo, una madrileña afincada en la localidad donde el viento es tema de conversación recurrente, ha crecido como empresaria a pasos agigantados. "Elegí Cádiz porque vine a Tarifa por primera vez cuando tenía 14 años. Desde entonces supe que quería vivir aquí", señala.

Malo estudió Ciencias Ambientales aunque la carrera le decepcionó. En su lugar, junto a otras dos chicas, fundó Mala Mujer con el fin de "ganarse la vida" y mantener el estilo de vida que habían elegido: vivir en Tarifa en contacto con la naturaleza y la práctica de los deportes de viento. El gran despegue vino cuando la revista Elle eligió a la coqueta tienda como el comercio con más estilo de Tarifa. "Fue cuando fui consciente de lo que había nacido y me dio la confianza para seguir adelante. Antes habíamos vendido las camisetas directamente o distribuido a las tiendas de amigos", recuerda.

Al poco tiempo de nacer la marca, las vidas de las tres chicas tomaron vías separadas. Así nació Mala Mujer Tarifa by María Malo, el nombre exacto de una firma de moda cuya sede social está en la pequeña localidad tarifeña pero que se vende en numerosos países de Europa como Italia, Holanda o Francia y que ahora estudia dar el salto comercial a Estados Unidos y Australia. La ubicación de la sede social no deja de ser un paradigma de la crisis: antes era un concesionario de coches. Ahora luce el aspecto de un loft con tonos blancos. "El empresario gaditano es valiente, pero a veces falta apoyo, en todos los sentidos", destaca la joven, quien además de dirigir la empresa, es la responsable de los diseños que se estampan en las camisetas. La firma genera doce empleos directos en Tarifa, más los indirectos e inducidos en la red de ventas, producción y distribución de las prendas.

Malo considera que la provincia de Cádiz tiene potencial en todos los aspectos: cultural, gastronómico, turístico o deportivo. "Se puede aprovechar todo. Son los puntos fuertes de esta tierra", comenta. Frente a ello, trabas burocráticas y la restricción del crédito son los principales obstáculos para el empresariado, según la joven. "La Administración quiere ayudar, pero embarra el camino con mucha burocracia. Los empresarios necesitan soluciones rápidas, justo lo que no se encuentra. Esas dificultades pueden hacer, y de hecho lo hacen, que se pierdan oportunidades", sostiene Malo, quien también reclama una mano más abierta a los bancos. "No se puede esconder la cabeza debajo de la manta. Deberían entender que es ahora cuando se puede apostar", apunta.

A pesar de las dificultades inherentes a cualquier proyecto empresarial, Mala Mujer Tarifa by María Malo se distribuye a unas 150 tiendas multimarca (llegaron a ser 200 pero la crisis obligó a cerrar muchas de ellas); en 15 centros comerciales de El Corte Inglés (en cinco con espacio propio) y posee otras cinco tiendas exclusivas en España (Zarautz, Cartagena, Badajoz y dos en Tarifa, una de ellas outlet).

Al principio, la firma nació con el fin de adaptar la moda surfera al gusto femenino con mensajes reivindicativos y un diseño rompedor: un corazón cornudo que representa, según Malo, la pasión latina y la forma de ver las cosas en estas latitudes. Una mujer del siglo XXI. "Con el tiempo creamos las marcas Malo, para hombre, y Malote, para niños. Cubrimos un amplio espectro de público que se identifica con nuestra ropa, con nuestro mensaje", explica a la hora de dar cuenta de la diversificación que también alcanza la producción de complementos como bolsos, collares o pulseras.

La producción se realiza, fundamentalmente, en Portugal -una fábrica textil depende en exclusiva de los pedidos de Malo- mientras que tareas como bordados y lentejuelas se manufacturan en Asia. Al hablar de Portugal, a María Malo le viene a la cabeza una nueva debilidad de la provincia: la laxitud a la hora de los plazos. "La fábrica de Portugal trabaja muy bien, en tiempo y sin problemas. Cumplen con sus compromisos. Es difícil encontrar esa seriedad para los negocios aquí. Eso debería mejorar porque cuando un empresario dice que mañana, debe ser mañana o, al menos, demostrar que se ha hecho lo posible para cumplir los plazos. A la hora de trabajar, es importantísimo", critica.

Sin embargo, las comunicaciones en la provincia de Cádiz no son una carga para esta empresaria. "Son suficientes. Es cierto que trabajar aquí puede ser algo más caro que en otros puntos de España por este motivo, pero es un precio que pago a gusto", concluye, no sin antes animar a los emprendedores a llevar a cabo sus ideas "con cabeza y los pies en la tierra".

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