Tribunales Cádiz

Un acusado de asesinar a su esposa a martillazos en Jerez se enfrenta a prisión permanente

  • La Fiscalía sostiene que el procesado mató a la mujer tras golpearle la cabeza, al menos, en seis ocasiones mientras dormía

Vivienda donde se produjeron los hechos, situada en la calle Justicia de Jerez.

Vivienda donde se produjeron los hechos, situada en la calle Justicia de Jerez. / Miguel Ángel González

La Audiencia Provincial de Cádiz celebrará la próxima semana en la Sección Octava con sede en Jerez un juicio con jurado a un hombre acusado de matar a su esposa tras golpearle la cabeza con un martillo mientras dormía. La Fiscalía pide para el procesado prisión permanente revisable como autor responsable de un delito de asesinato en el concurre, por un lado, la agravante de parentesco y, por otro, la atenuante de confesión.

Según expone el fiscal en sus conclusiones provisionales, el encausado, M.C., estaba casado desde enero de 1986 con E., quien, a la fecha de los hechos (septiembre de 2020), tenía 53 años de edad. El matrimonio tenía en común once hijos, todos mayores de edad entonces.

Al menos desde el año 2013 M.C. y E. fijaron su domicilio en Jerez, en concreto, en la calle Justicia del barrio de San Mateo. La mujer, precisa la Fiscalía, tenía limitaciones para moverse de forma autónoma al haber sufrido en 2008 un ictus que le dejó como secuelas una hemiparesia derecha residual (disminución de la fuerza motora o parálisis parcial que afectaba tanto al brazo como a la pierna derecha) y disartria (dificultad para la comunicación verbal). Además de esas secuelas, la mujer había sido intervenida quirúrgicamente en 2015 de una grave lesión cardíaca (doble lesión mitral reumática severa) con colocación de una prótesis valvular mitral. Como consecuencia de tales padecimientos, caminaba con dificultad y sólo podía hacerlo en trayectos muy cortos y con ayuda, desplazándose normalmente en silla de ruedas.

El escrito de calificación fiscal recoge que el procesado no trabajaba, sino que se dedicaba a la recogida de chatarra o a la mendicidad, actividad esta última que realizaba con su esposa, a la que llevaba a la puerta de las iglesias en su silla de ruedas a pedir limosna. Sus ingresos provenían de ahí, si bien la familia recibía ayuda económica de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Jerez.

Entre las 6:30 y las 7:00 horas del 10 de septiembre de 2020, prosigue el fiscal, la mujer se encontraba acostada en la cama de matrimonio, tumbada sobre su lado derecho y de cara a la pared. “Estaba dormida o semidormida”, concreta la acusación pública. En esa situación “y con la clara intención de causarle la muerte a su mujer, el acusado se acercó a ella desde atrás con un martillo de obra de doble cabezal con el que propinó al menos seis golpes en la parte izquierda y posterior de la cabeza”.

El informe forense no descarta que fueran más de seis los martillazos dados por el encausado, ya que en el supuesto de que más de uno de los golpes propinados por él impactaran en la misma zona de la cabeza de la víctima, sólo se apreciaría una lesión anatómica que, en ese caso, habría sido causada por más de un golpe.

A raíz de la brutal agresión, E. falleció “en pocos minutos” como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico abierto con destrucción anatómica de centros neurológicos vitales.

“La mujer no presentaba ninguna herida de defensa. Eso es consecuencia de no haber tenido la más mínima posibilidad ni de reaccionar ante el ataque (estaba dormida o semidormida y el acusado se le aproximó por la espalda) ni de huir (teniendo en cuenta que las importantes limitaciones de movimiento que padecía por sus enfermedades le hubieran impedido por completo hacerlo)”, apunta el fiscal para luego recordar que esas circunstancias de la víctima “eran perfectamente conocidas por su marido”.

Después de llevar a cabo los hechos descritos, el hombre se tomó unas veinte o treinta pastillas de Losartam, un fármaco que tomaba para la hipertensión, “al parecer con la intención de quitarse la vida”. Fue asistido tras su detención en el hospital, donde se le realizó un lavado gástrico. “En ningún momento la ingestión de medicamentos puso en peligro su vida”, subraya la Fiscalía.

A continuación, el acusado soltó el martillo en el suelo de la zona de la cocina, salió al patio de vecinos de la casa y se sentó en una silla. Allí, sobre las 7:00 horas de esa misma mañana, lo encontró uno de los vecinos, que le preguntó que qué hacía allí. El procesado le confesó que había matado a su esposa.

Según el fiscal, el vecino llamó a otra vecina del edificio, familia del matrimonio, que entró en la habitación y comprobó que era cierta la confesión.

Una vez que llegó la Policía a la vivienda, “el acusado explicó a los agentes que había matado a su esposa por gestos, ya que no hablaba bien castellano (era rumano)”, afirma la Fiscalía en su escrito de calificación.

“En el momento de los hechos el procesado se encontraba en pleno uso de sus facultades intelectivas y volitivas”, concluye la acusación pública.

Además de la pena de prisión permanente revisable, la Fiscalía solicita que el hombre indemnice a cada uno de sus once hijos en la cantidad de 25.000 euros. El encausado se encuentra en prisión provisional por esta causa desde el 12 de septiembre de 2020.

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