Así se vivió la marea histórica Lo más llamativo en el litoral de la Bahía, en imágenes

Oleada de visitantes

  • Miles de personas se lanzaron a las playas para disfrutar de la primera gran bajamar del fin de semana · La Caleta, la Punta del Boquerón y Sancti Petri se convirtieron en auténticas ferias desde muy temprano

Ayer fue un día histórico. No porque las grandes mareas anunciadas desde la Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía batieran un récord. Aún tienen que confirmar los coeficientes registrados, altísimo en la bajamar de las 8:45 y mucho menor en la pleamar de las 15:00 horas. Fue un día histórico en la Bahía de Cádiz porque nunca un fenómeno natural sin consecuencias negativas para la población ni para el entorno había despertado un interés tan masivo entre nativos y foráneos.

Miles de personas -miles- disfrutaron desde muy temprano con un entusiasmo casi infantil en La Caleta de Cádiz; en la Punta del Boquerón, de San Fernando; en Sancti Petri, en Chiclana, desde el paseo marítimo de Puerto Real y desde la ribera del Guadalete, en El Puerto, de unos paisajes que volverán a verse esta misma mañana, algo más tarde, en torno a las 9:30 y las 15:45 horas.

El poder de la convocatoria fue tal que en la capital el tráfico se colapsó varias veces y eclipsó en público los actos de 'La Pepa'. Todo el que en Cádiz madrugó se acercó y echó la mañana en la playa. Pero sobre todo en La Caleta, que se convirtió en un hervidero de gente. Al rocoso perímetro del castillo de San Sebastián le dieron la vuelta caleteros de toda la vida, jovencitas con tacones, mariscadores con y sin licencia, octogenarios con bastón, un ciclista con su bici al hombro, madres con sus cochecitos y arqueólogos aficionados en busca del farol fenicio de Pericón. Antes, en los bares de El Balón y de La Viña se habían acabado el pan, los churros y casi el café.

"Esto parece una feria", era la frase más recurrente entre los madrugadores que ayer se desplazaron hasta Sancti Petri. Y no les faltó razón, porque a las ocho y media de la mañana se formó una caravana kilométrica de camino hacia ese punto. Atascos y hasta bronca de conductores se producían en la carretera, mientras que cientos de personas observaban el Castillo desde la playa. Estos dos enclaves casi se unieron a través de la lengua de un banco de arena. Las imágenes eran impresionantes e inusuales. A las nueve de la mañana ya era casi imposible circular. Coches-patrulla de la Policía Local y la Guardia Civil se vieron desbordados por la concentración. Los caños que rodean al Poblado también depararon bellas estampas, con embarcaciones varadas en el barro.

En San Fernando, cientos de isleños se levantaron temprano para recorrer el sendero de la playa de Camposoto, que conduce hasta la Punta del Boquerón y disfrutar del espectáculo natural. La bajamar acercó el histórico castillo de Sancti Petri como jamás hasta ahora se había visto, separado tan sólo de la playa por unos 500 metros de agua. Desde primerísimas horas, el aparcamiento de la playa estaba al completo. Y en la playa, los isleños, cámara al hombro, inmortalizaron el momento.

En El Puerto, la expectación que despertó la 'marea del siglo' se centró sobre todo en las orillas del río Guadalete a la hora de la pleamar. Numerosos portuenses se concentraron en su ribera urbana para contemplar la imagen del río casi desbordado, con sus aguas a punto de salir de su cauce, aprovechando el buen tiempo para disfrutar de una visión inédita del Guadalete. El vapor Adriano III aparecía prácticamente subido al cantil del muelle y su pasarela de entrada, que suele instalarse en la cubierta superior, se colocó en la parte baja del barco.

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