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"En Inglaterra, el precio del litro de aceite de oliva está a unos 4,70 euros y aquí en Cádiz ya cuesta más de 9 euros, no es normal"

Una feria dedicada al aceite de oliva, en una imagen de archivo

Una feria dedicada al aceite de oliva, en una imagen de archivo / EFE

Los precios del aceite de oliva están disparados. Centenares de consumidores acuden cada semana a los pasillos de supermercados para pensarse una y dos veces si comprar este oro líquido envasado. A pie de calle, hay desconfianza, nadie se cree que los precios vayan a mejorar ni a corto ni a largo plazo. Distribuidores y productores intentan explicar los porqués de este difícil contexto que hace que muchos gaditanos ya se planteen dejar de consumir aceite.

El lamento de los gaditanos: “La verdad que 9 euros y pico el litro es una pasada

Rosa, cliente usual de la cadena Lidl en Cádiz, afronta cada escalada de precios con el evidente miedo de toda casa en la que entra un solo sueldo. “La verdad que 9 euros y pico el litro es una pasada”, asegura. Ella está acostumbrada a variar entre tipos: “Utilizo los dos porque el de girasol lo utilizo para la freidora. Últimamente, estoy comprando el de orujo porque es más barato y para mi bolsillo el de oliva virgen extra es muy caro”.

Innumerables declaraciones hablan de lo mismo, de pasarse a otro tipo de aceites más económicos. En este momento, el consumo del aceite de oliva en España ha bajado un sorprendente 51% en el primer semestre de 2023. Una cifra obtenida por el Observatorio de Consumo del Máster de Empresas Oleícolas de la Universidad de Jaén.

Aún así, Carlos Yagüe, responsable de comunicación de Acesur, empresa con marcas reconocidas como Coosur o La Española, sostiene que, teniendo en cuenta el momento de los precios, "el consumo está teniendo un buen comportamiento”.

Pese al difícil contexto, algunos siguen fieles al aceite de oliva. Es el caso de Antonio, que compra en diversos supermercados de Cádiz. “Nosotros (refiriéndose a él y a su mujer) de momento seguimos comprando el aceite de oliva. Creo que es sano y no nos planteamos utilizar el aceite de girasol porque nunca lo hemos utilizado. Utilizamos el virgen extra para casi todo. Lo vamos a seguir comprando siempre que nos lo podamos permitir”, asevera. Sin embargo, no es ajeno a la realidad. "Es alarmante que el precio esté alcanzando casi el 50% más de los precios que teníamos anteriormente. En mi supermercado habitual, la botella de 3 litros que compraba hace unos meses que estaba entre 13,50 y 14 euros me ha costado hoy 25 euros”. Sobre el futuro, se muestra pesimista: “Mi opinión es que estos precios que está alcanzando el aceite de oliva se van a mantener en un tiempo y posiblemente no vayan a bajar, porque en el mercado estamos acostumbrados a que cuando hay una subida de precio estos se van manteniendo en el tiempo".

Precisamente, amparándose en esta idea, hay personas como Daniel, trabajador en Minimarket Ares, que sospechan sobre este incremento de los costes para el consumidor. “Hay una mano que está intentando elevar el precio”, sentencia. El hecho de que en países europeos no productores donde tiene familiares, como es Reino Unido, esté más barato le hace activar sus sospechas: “Allí el aceite virgen extra está a 4,70 el litro”, se queja. A su vez, apunta que el importe del litro en estos momentos supera los nueve euros. En estos momentos, según la OCU, el precio medio del aceite de oliva virgen extra de marca blanca en España es un 6% más caro que en Italia, un 16% más caro que en Francia y un 27% más caro que en Portugal.

Los profesionales del sector salen al paso de la incertidumbre tratando de arrojar luz sobre lo que ocurre con el aceite de oliva en estos días. “Normalmente cuando uno vende a la distribución vende para un plazo determinado. Por ejemplo, cuando se vende a una cadena de supermercado se vende para dos o tres meses”, aclara. Y prosigue detallando que “una cadena de supermercado puede tener aceite 'barato' ahora pero cuando tenga que volver a pedir sí lo hará a precios caros. Lamentablemente a la larga esa subida va repercutir en el consumidor, solamente que tardará un poco más. La distribución también ejerce de colchón en ese sentido para no golpear al bolsillo del consumidor”.

Los pedidos que hacen los países extranjeros suelen ser también pedidos para varios meses y tardan más en llegar que un pedido dentro de España, por lo que se compran con más antelación. Esto se une a otro factor importante: el consumo de España es muy superior que en el resto de países europeos. Por lo que en Irlanda o Suiza, no existe la misma necesidad en los establecimientos de pedir tantos litros de aceite y no han de enfrentarse a la presión de los mercados tan a menudo, pues no tienen tantos problemas de stock.

"La rotación del producto en España no es la misma que en el extranjero. Aquí se vende muchísimo más aceite que el que se puede vender en Irlanda, Reino Unido o en Alemania. Entonces la actualización de los precios se va haciendo conforme tu vas comprando; como el de Irlanda hace tiempo que no compra pues tiene un precio de cuando él compró hace más tiempo”, matiza Julio Marcos, vendedor de Acesur.

En conclusión, aquí se van actualizando más rápido los precios por la demanda, con lo cual todavía en el extranjero lo que está pasando es que no han repuesto mercancía a precios actuales.

Los distribuidores: "Hemos tenido la peor cosecha de los últimos años"

El principio de la temporada de aceite ha venido marcado con precios históricos. Nunca antes se han tenido costes tan excesivos como los que se están alcanzando este año, afirman los profesionales del sector.

Rafael Muela, director gerente de la empresa de aceites Mueloliva y presidente de la denominación de origen protegida Priego de Córdoba, achaca a la sequía esta subida. Hay menos producción y prevé que así será también para la de 2024. 

“Normalmente en la series históricas siempre ha habido una cosecha mala. Una que, por cuestiones de lluvia, climatología o problemas con la floración, ha estado a la mitad de lo que normalmente suele ser”, expone Rafael Muela. “Este año, tenemos una circunstancia que agrava mucho la situación y es que no vamos solamente a encadenar una cosecha mala sino que vamos a encadenar dos”, expresa con preocupación. Refiriéndose a la la campaña de 2022-2023, lamenta que "hemos tenido una de las peores campañas de los últimos doce años".

Dentro del ambiente pesimista, la previsión para 2023-2024 es mejor, ya que esperan 750.000 toneladas este octubre frente a las 660.000 toneladas del año pasado. "Eso sigue siendo insuficiente para abastecer el mercado nacional y el de exportación", según Rafael. Esta situación de precios caros, adelanta, “al menos se va a mantener hasta finales de año con toda seguridad”. Y añade: "Ahora mismo es evidente que el precio está muy caro y no descarto que de aquí a final de año suba otro poco. Calculo que hasta un euro más, aproximadamente. Es muy probable que continúe con esta tendencia hasta finales de año”.

Por su parte, Carlos Yagüe, responsable de comunicación de Acesur, declara con cautela: "Estimamos los costes en origen, son previsiones. Si en los meses de septiembre y octubre hay lluvias abundantes y mejoran las perspectivas de la campaña 2023-2024, pues lo mismo llega un punto en el que los precios se  estabilizan".

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