laboral

Firmas en la plaza del Palillero de Cádiz para dignificar la labor de las matronas

Una matrona atiende a una mujer y a su recién nacido.

Una matrona atiende a una mujer y a su recién nacido. / Agencias

Subrayar las competencias, a menudo olvidadas, de la figura de las matronas; así como lograr una mayor visibilidad y estabilidad laboral son algunos de los objetivos de las acciones que el colectivo ha ido organizando a la sombra del 5 de mayo, Día Internacional de la Matrona, y que piensa continuar. Bajo la proclama ‘Mujeres! Familias! Uníos a vuestras matronas!’ el sector organiza hoy, de diez a dos del mediodía, una recogida de firmas en la plaza del Palillero de la capital gaditana. Una acción que pretende replicarse en otras localidades de la provincia y de Andalucía, ya que las reivindicaciones tienen carácter regional.

Las matronas recalcan que pueden ser útiles más allá del parto: consultas de suelo pélvico, de lactancia materna, educación sexual, consulta de menopausia, menarquía, preconcepción... Unos servicios que, apuntan, se asumen ya en otras comunidades: “Pretendemos comunicar a la población todas las competencias que podríamos desarrollar y no podemos debido al escaso de número personal –indica Rosa Girón, a modo de portavoz–. También queremos que si en un centro no hay matrona o está de baja y su plaza no se ha cubierto, las usuarias reclamen”.

Una de las claves del asunto está en la forma de calcular el número de matronas necesarias: si es a partir de los nacimientos, lo que vamos a tener es una cifra exigua y menguante. Andalucía tiene el ratio más bajo de matronas a nivel nacional, que arroja a su vez un índice jibarizado a nivel europeo: “En otros lugares –afirma Rosa Girón–, la ratio se hace a partir del número de mujeres". Eso sería lo ideal ya que, con el reparto actual, las actividades del matronaje varían según centro, “porque hay quien tiene una carga brutal de trabajo y sólo puede atender embarazos; o, en los hospitales, no puede llegar siquiera a la planta de maternidad para acompañar a la mujer en la lactancia”. Más matronas supondría también poder desarrollar de rutina cuestiones como las visitas a domicilio en el puerperio, “algo ahora imposible en muchos pueblos y centros”.

“A las matronas se nos pide una alta formación pero luego, en la práctica, no se nos deja desarrollar todas nuestras competencias –prosigue–. En los papeles, nuestra figura está presente en el proceso de embarazo y puerperio, pero tampoco se determina que sea indispensable. Sin embargo, con nosotras, lo que tiene una mujer, en un proceso de gran incertidumbre como puede ser el embarazo, es una continuidad de cuidados y una atención mucho más integral. Una citología la puede hacer cualquiera, pero si tiene un problema de incontinencia o cualquier otro, hago la cito y atiendo también a esas demandas”.

El diferencial entre territorios incide en la inestabilidad de la profesión: “Si terminas y te ofrecen un contrato de mes y medio sin garantía de continuidad, lo más seguro es que te vayas a otra comunidad que te lo ofrece de seis, y con posibilidades. Y además, se rifan a las matronas andaluzas, porque se llevan a una profesional formada y con experiencia”.

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