Curiosos hallazgos de la arqueología gaditana
Patrimonio
Los trabajos en los más importantes enclaves arqueológicos de la provincia se rodean de llamativos datos, acontecimientos e incluso de personajes con rostro propio
Cara a cara con Mattan
¿Quién era Junia Rufina? La prestigiosa aristócrata romana
Viajar por la historia de Cádiz es más apasionante si cabe cuando nos adentramos en las curiosidades de sus enclaves y yacimientos arqueológicos. Recorrer los caminos que siglos atrás paseaban los romanos, visualizar las primeras viviendas de los colonizadores fenicios, proyectar cómo eran y cómo se vestían, conocer que comían o cómo sustentaban sus economías es un apasionante ejercicio abierto a la imaginación. Pero la experiencia se enriquece si la historia se nutre de todas aquellas curiosidades que los arqueólogos han descubierto a pie de estas tierras centenarias. Aquí algunos de los atractivos hallazgos que nos han destapado en los enclaves más relevantes de la provincia.
Junia, la romana poderosa de Baelo
Junia Rufina fue una prestigiosa aristócrata romana enterrada en el conjunto arqueológico gaditano.
El último hallazgo relativamente reciente -año 2018- que nos descubrió su poderío fue el de la inscripción de su nombre en su tumba, que además es única en Hispania, por haber mantenido intactas todas y cada una de sus letras en bronce.
La cuestión es que Junia se enterró en un imponente monumento de gran altura que ella mismo sufragó, algo muy inusual en la época, donde la mujer romana estaba totalmente relegada a un segundo plano.
Su cuerpo yacía justo donde se enterraban las personas más poderosas de la ciudad, poco antes del acceso de la puerta de Carteia.
Otra curiosidad o casualidad, según se mire, es que la inscripción sufrió un gran impacto tras caer cuatro metros abajo como consecuencia del terremoto que azotó la hermosa Baelo Claudia en el siglo IV d.C. Un tremendo temblor que derribó parte de la ciudad, pero que también catapultó este rótulo hasta el punto de mantenerlo a salvo del expolio.
Mattán, el fenicio que murió en un incendio en Gadir
En el yacimiento fenicio de Gadir aparecieron dos cadáveres, ambos fallecidos en accidente, aunque en distinta época. Mientras uno quedó soterrado de forma accidental bajos escombros de una vivienda en el VIII a.C., el que pone cara al enclave, Mattan, falleció en un incendio en los aledaños del yacimiento en el sigo VI a.C., del que parece que se encontraba huyendo. Una historia que, a su vez, centra la trama del guión casi cinematográfico del que parte la visita en Gadir.
Estos hallazgos fueron muy importantes porque habitualmente los fenicios eran cremados, de modo que ofrecieron importantes datos. Por ejemplo, de Mattan se sabe que era sordo de un oído y tenía 35 años. Su rostro fue desvelado bajo las más avanzadas técnicas de diseño en 3D, y su ADN también fue estudiado, ofreciendo marcadores genéticos vinculados a poblaciones geográficamente coincidentes con la antigua Fenicia, así como al grupo de mayor presencia en Europa Occidental
Una casa romana única a los pies de Trafalgar
A los pies del Faro de Trafalgar, con excepcionales vistas al mar, se erige la villa romana más importante hasta ahora localizada en todo el litoral andaluz, pues los últimos trabajos realizados hablan de una entidad que triplica la extensión hasta ahora conocida.
Los restos de esta vivienda constituían el hogar de sus fundadores itálicos, fue construida de forma aterrazada en el terreno y bajo el mismo se expande un vivero excavado en la roca, el primero que se conoce de toda la Baetica en el que conviven las actividades de acuicultura, producción de garum y salazones de pescado.
Se trata de unas viviendas con varias estancias habitacionales junto a la que pueden verse unas grandes piletas de 1,5 a 2 metros de profundidad pertenecientes a una fábrica de salazones. Como novedad, en su interior apareció un gárum único realizado con restos de pescado de roca, además de restos de erizos y cangrejos. Además, destaca el conchero romano que viene a mostrar que las tareas de marisqueo fueron muy importantes en estos yacimientos.
Acusación de Balbo Ladrón en el Teatro de Gades
En enero de 2009 se dio a conocer el curioso fragmento de mármol que muy pronto se hizo famoso por la inscripción que portaba: Latro, Balbe o Balbo ladrón. Una pieza que causó revuelo y cuya recreación se exhibe en el propio centro de interpretación del Teatro Romano. Los investigadores hablaban nada menos que del primer caso de corrupción documentado en Cádiz. El protagonista fue Balbo el Menor, sobrino de Lucio Cornelio Balbo, que fue cargo público y gobernador provincial y abandonó este cargo cometiendo un hurto, extorsionando a los aliados romanos y llevándose un buen botín. Y así se argumentó aquella inscripción en piedra de mármol de carrara de 80 centímetros por 15 de alto, que parece que se hizo de forma ocasional durante las obras construcción del teatro. Se manufacturó con un cincel dentado y se colocó boca abajo en un asiento de la grada senatorial en el justamente tomaría asiento Balbo el Menor.
El búnker de la guerra escondido en Carteia
Llama la atención el búnker construido en la II Guerra Mundial en pleno yacimiento arqueológico de Carteia, en San Roque. Un conjunto de búnkeres que desvelan la importancia estratégica del lugar y que se completan con un sistema de trincheras y pozo de tiro en las inmediaciones. Este búnker ha sido musealizado y fue inaugurado en 2013, aportando un valor añadido al importante y completo circuito romano, este singular punto y final.
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