Provincia de Cádiz

Cádiz, de romería

  • La ciudad se llena de ambiente y colorido para despedir a la hermandad de El Rocío en el inicio de su camino a Almonte, donde llegará en la tarde del viernes

Colorido, palmas, trajes de gitana y sevillanas. La ciudad amaneció ayer como si celebrara una feria o romería. La salida de la hermandad de El Rocío hacia Almonte estuvo arropada por cientos de gaditanos (en su mayoría mujeres) que como viene ocurriendo en estos últimos años no dudaron en vestirse de flamenca y echarse a la calle para acompañar a la comitiva rociera en su trayecto de despedida por distintos puntos de la ciudad.

A las siete y media de la mañana comenzaba la primera de las maratonianas jornadas que tienen por delante los rocieros gaditanos. A esa hora se celebrara un rosario en San José al que seguía la misa de romero -que este año no estuvo presidida por el nuevo obispo, Rafael Zornoza, como era habitual con Ceballos, oficiando en su lugar el párroco Óscar González Esparragosa-. Acto seguido, el Simpecado de la hermandad se echó a la calle para iniciar su andadura hacia el Coto de Doñana.

Antes de eso, la carreta tirada por dos mulos (aunque después en el camino serán seis los que tiren del Simpecado) se dirigió al centro de la ciudad, para cursar las tradicionales visitas al Ayuntamiento, a la Patrona y a María Auxiliadora, en Salesianos. Un recorrido que, eso sí, ya se hace sin los tradicionales cohetes que acompañan a las hermandades rocieras debido a la prohibición que tiene la hermandad para ello debido a las protestas ciudadanas de años atrás.

A las diez y cuarto de la mañana llegaba la comitiva a la plaza de San Juan de Dios. Y allí, también vestida de flamenca, esperaba la alcaldesa de la ciudad y hermana honoraria de El Rocío de Cádiz, Teófila Martínez, que entregó un ramo de flores al Simpecado y acompañó a la corporación a Santo Domingo.

Allí fue la hermandad la que hizo una entrega floral que quedó a los pies de la Patrona, en su paso procesional, mientras el dominico Pascual Saturio deseaba un buen camino a los rocieros. "Siempre es una mañana bonita", dijo Saturio, quien lamentó "que todavía no podamos tener a las personas mayores asomadas a los balcones" y encomendó por ello a los rocieros que pidieran a la Blanca Paloma que intercediera para que pronto puedan abrir las tres residencias de mayores -una de ellas en el propio convento dominico- que pese a estar completamente equipadas siguen esperando las ayudas de la Junta de Andalucía para ponerse en marcha.

El canto de la Salve y unos vivas del hermano mayor, Francisco Ghersi, pusieron fin a la visita y dieron comienzo al camino de los rocieros hacia la barriada del Río San Pedro, con la parada previa en el colegio de Salesianos para realizar el rezo del Ángelus.

Con el cortejo -que encabezaban las banderas de la hermandad, del grupo joven, de la ciudad, de Andalucía o de España, así como el guión corporativo- marchando ya por extramuros, el centro de la ciudad se quedó plagado de mujeres vestidas de trajes de gitana que durante toda la mañana siguieron cantando y bailando sevillanas, celebrando de esta forma el inicio del camino de El Rocío de Cádiz.

El viernes será cuando la hermandad llegue a Almonte, en un recorrido que este año realizan apenas 170 rocieros, muchos menos que en ediciones anteriores a consecuencia, posiblemente, de la crisis económica. Hasta la tarde del jueves de la próxima semana, un día después de lo que era habitual hasta el pasado año, no volverán a la ciudad estos peregrinos, quedando de nuevo el Simpecado en la iglesia de San José.

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