Caballitos de mar afrodisíacos en un comercio asiático de El Puerto

La Guardia Civil investiga a dos ciudadanos chinos por comercializar productos eróticos sin control sanitario

El portavoz de la Guardia Civil de Cádiz, Manuel González, mostrando algunos de los caballitos de mar.
El portavoz de la Guardia Civil de Cádiz, Manuel González, mostrando algunos de los caballitos de mar. / Julio González
Pedro M. Espinosa

Cádiz, 11 de marzo 2017 - 02:15

El millonario y filántropo Rockefeller decía que el motor que mueve el mundo es el dinero. Por su parte Freud, el padre del psicoanálisis, era más, digamos, ardiente, así que opinaba que el universo gira en torno al sexo. Pero claro, los hay que consideran que no hay por qué excluir a ninguno de estos motores y que unir sexo y dinero puede ser no sólo divertido sino ventajoso. Lo malo es que si esto se hace de aquella manera, con menos papeles que un coche robado y saltándose a la torera las normas sanitarias y de consumo pues aparece la Guardia Civil y se acabó el negocio y la diversión.

Eso es lo que le ha pasado a dos ciudadanos chinos que regentan una tienda de alimentación en El Puerto de Santa María y que están siendo investigados por el Seprona por ofrecer en su comercio caballitos de mar y productos supuestamente afrodisíacos sin garantías para el consumidor.

Porque la tienda investigada por la Benemérita parece ser que no sólo ofrecía alimentos sino que también daba la posibilidad de comprar consoladores con spray incluidos o ungüentos para mejorar las relaciones sexuales a base de caballitos de mar machacados con unos aceites especiales.

La actuación se produjo durante la inspección de una tienda de productos asiáticos, realizada por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), y la Patrulla Fiscal Territorial (Pafif). Nada más entrar los agentes al interior del establecimiento, la responsable de la misma, cogió una bolsa de plástico y la lanzó a un establecimiento contiguo, aunque pudo ser recuperada de forma inmediata por los guardias civiles.

En el interior de la bolsa, los agentes encontraron un total de 34 especímenes desecados, 26 machos y 8 hembras, pertenecientes todos ellos a la especie Hipocampus reidi, denominado caballito de hocico. Es de reseñar que todas las especies de Hipocampus se encuentran incluidas en el Apéndice II del Convenio CITES, y que desde el año 2013 estas especies figuran en la Lista Roja de Especies amenazadas de la IUCN (Internacional Union for Conservation or Natrue ans Natural Resources), motivo por el que la responsable del establecimiento pretendía deshacerse de los mismos. Dichos especímenes son muy apreciados en la medicina tradicional asiática, por sus supuestas propiedades afrodisíacas.

Durante la actuación también se intervinieron 900 dosis de productos con propiedades supuestamente afrodisíacas y terapéuticas y que no ofrecían garantías sanitarias alguna, con etiquetado completamente en chino, por lo que tras su incautación, se remitieron para su análisis a la Agencia Española del Medicamento.

Tras comprobar la comercialización ilícita, los guardias civiles levantaron acta de la actuación, quedando a la espera de los análisis del Centro de Investigaciones y Estudios Marinos (CICEM), en la localidad de El Puerto de Santa María y dependiente de la Junta de Andalucía, que determinaría de que especie de hipocampo se trataba, aunque todas ellas se encuentran protegidas por el Convenio Internacional CITES.

De la misma forma, muestras de los medicamentos incautados, fueron remitidos a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), Departamento de Inspección y Control de Medicamentos, al objeto de que se informara sobre la consideración legal de dichos productos y peligrosidad para la salud pública.

Tras recibir el informe respecto a los caballitos de mar, y visto que pertenecían a la especie, objeto de especial protección, se procedió a la investigación de los responsables del establecimiento como presuntos autores de un delito contra la flora y fauna, por comercializar una especie protegida y cuya población en Cádiz, debido al furtivismo, está casi esquilmada.

El informe de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios determinó que se desconoce la composición de los medicamentos y que nos encontraríamos ante remedios secretos, cuya comercialización está totalmente prohibida, ya que carecen de garantía alguna en cuanto a que se hayan observado las condiciones de almacenamiento y conservación, por lo que puede verse comprometida su calidad, seguridad y eficacia, lo cual supone un riesgo de salud pública por su consumo.

Por todo esto se procedió a investigarles como presuntos autores de un delito contra la salud pública, por el comercio de sustancias que pudieran ser nocivas para la salud.

Las diligencias policiales junto con los investigados y efectos intervenidos, fueron puestas a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de guardia de El Puerto de Santa María y de la Fiscalía de Medio Ambiente de Cádiz.

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