El Boletín Oficial del Estado del pasado viernes publicó la resolución del 14 de febrero de 2023 por la que la Secretaría General de Pesca dispone la asignación final de cuotas de atún rojo para este año. Finalmente se ha confirmado la cifra que se barajaba para las cuatro almadrabas gaditanas, que tendrán un total de 1.643,167 toneladas. El reparto será el siguiente: la de Barbate dispondrá de 454,124 toneladas; la de Conil, 426,325; Zahara de los Atunes dispondrá de 413,264 y, por último, Tarifa, la más pequeña de las cuatro, podrá capturar 349,454.

Hay que decir que la subida es muy inferior a lo que reclamaba el sector almadrabero, que durante años sufrió en sus carnes los recortes de cuota provocados para fomentar la recuperación de la especie. Fueron ellos quienes alertaron a las autoridades del descenso de túnidos, los primeros en dar la voz de alarma y quienes en los años más duros, 2008 y 2009, llegaron a quedarse con una cuota que no llegaba a las 700 toneladas para las cuatro almadrabas.

El pasado año la cuota para el sector del atún rojo en Cádiz fue de 1.475 toneladas, lo que quiere decir que la subida es apenas de 168 toneladas.

España va a disponer durante 2023 de una cuota de atún rojo de 6.783,67 toneladas, una cifra sensiblemente inferior a lo que se venía reclamando desde el sector, que considera que la especie ya está más que recuperada y pedía que el Total Asumible de Capturas (TAC) soporte una subida del 20%, y no del 10 como está siendo la norma en las últimas reuniones del ICCAT ( Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico).

La última de estas reuniones sectoriales que se celebran con carácter anual tuvo lugar en Portugal, y se cerró con una elevación de la cuota de un 10%, pasando de las 36.000 del año pasado a las 40.570 toneladas para los tres próximos años, de las que 6.784 serían para la flota española, quedando la cuota anual para la Unión Europa (UE) en 21.503 toneladas, 2.043 más que en 2022.

Diversas voces del sector almadrabero han alertado de lo injusto que resulta que ahora que llegan las vacas gordas y que el sector se va recuperando se premie cada vez con más toneladas a las flotas del Estrecho o de Canarias, sin tener en cuenta que fueron los almadraberos quienes más sufrieron los momentos más duros de la crisis.

Al no crecer los porcentajes, almadrabas como la de Barbate se ve obligada cada año a comprar a precio de oro cuota a otras pesquerías, como la vasca o la cántabra.