Atracan un banco en Jerez a plena luz del día y a cara descubierta

Tres personas atracaron ayer a cara descubierta la sucursal de La Caixa situada en el Parque Científico Tecnológico Agroindustrial, en Guadalcacín, en Jerez, y se llevaron parte del dinero que había en la caja fuerte. Alrededor de las 13 horas, los individuos, varones y aparentemente con una edad que no superaba los 30 años, accedieron a la oficina sin esconder sus rostros y con un arma de fuego y un cuchillo que posteriormente utilizarían para amenazar al empleado y al cliente que se encontraban dentro de la oficina en el momento del suceso. Al parecer, estaban apoyados por otros dos hombres que esperaron fuera de la entidad bancaria a que se realizara la operación para después darse a la fuga. La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta -UDEV- ya ha abierto una investigación sobre lo acaecido y estudia las cámaras de seguridad situadas en el lugar.

El aviso del suceso hizo saltar todas las alarmas en Guadalcacín. No obstante, en la única oficina de La Caixa situada en la localidad pedánea de Jerez no había ocurrido nada. La Guardia Civil se personó en dicha oficina al momento, pero los trabajadores negaron que allí hubiera ocurrido nada y remitieron a los agentes a la sucursal del Parque Tecnológico Agroindustrial, donde sí se había perpetrado el atraco. Una vez llegados estos agentes a esta nueva oficina, la Policía Nacional ya se había hecho cargo del caso.

Afortunadamente, no hubo heridos. La ambulancia se personó en el lugar del atraco para atender al cliente que se encontraba dentro de la oficina en el momento del suceso. Este hombre, de avanzada edad, había sufrido anteriormente ataques al corazón y los servicios sanitarios llegaron hasta la calle De la Patente para preocuparse por su estado de salud. No obstante, a pesar del nerviosismo vivido, no hubo que lamentar más que el robo.

Tampoco sufrió daño alguno el empleado de la entidad bancaria, al que los atracadores amenazaron poniéndole un cuchillo en el cuello para que les diera el código de seguridad. Asimismo, los malhechores lo ataron de pies y manos ayudándose de unas bridas que llevaban preparadas para la ocasión. Fue el propio cliente quien tuvo que liberarlo de tales ataduras una vez fugados con el botín los asaltantes.

La profesionalidad del grupo de cinco personas estaba en duda momentos después de perpetrarse el robo. Uno de los atracadores iba en camisa y corbata para aparentar 'buena' presencia y que el empleado le abriera las puertas del banco. Esto permitió el paso de los tres individuos, que al parecer se comunicaban a través de un pinganillo con los dos colaboradores que estaban fuera de la sucursal. Sin embargo, todos estos signos de preparación chocaban con una huida a la carrera por medio de un parque empresarial por el que pasean pocas personas a esa hora del día y una equivocación anterior: minutos antes de perpetrar el robo, los atracadores entraron en la oficina colindante a la sede de La Caixa para preguntar si esa era la entrada del banco.