ayuntamientos. relevo en la alcaldía de sanlúcar

Adiós sin el corazón

  • La dimisión de Irene García al frente del Consistorio sanluqueño no conmueve a su pueblo, que está harto de los políticos El cambio es sólo un tema de charla

La dimisión de la socialista Irene García como alcaldesa de Sanlúcar no ha sido algo que precisamente haya conmocionado a esta población gaditana. No cabía esperar otra cosa en una ciudad donde casi la mitad de los electores no votó en los comicios locales de 2011. El hartazgo de la política y los políticos es más acusado que nunca entre los sanluqueños. Así que de "adiós con el corazón", como decía la canción, nada de nada.

Este medio pudo comprobar ayer a pie de calle los efectos de la "bomba controlada" de la regidora dimisionaria. Pudo oír opiniones críticas para todos los gustos -sí, también algunos elogios- y tuvo la oportunidad de conocer, incluso, la valoración repentina de ciudadanos que, aunque parezca mentira en estos tiempos que corren, se enteraban de la renuncia justo al ser preguntados.

José Manuel, un joven hostelero del centro, figura -ya no- en la lista de despistados. No sabía nada, pero, sin solución de continuidad, hilvana su propio análisis político-familiar de la situación: "el sucesor es Víctor Mora porque su padre tiene mucho poder en el PSOE de Sanlúcar. Ángel Mora quitó a su hermano Germán, metió a su sobrina Irene y ahora pone a su hijo". Casi nada. A este sanluqueño le parece mal que la regidora saliente "deje tirado el pueblo que confió en ella" pero, al mismo tiempo, considera que su sustituto "tiene capacidad para afrontar la Alcaldía".

No muy lejos de allí, un grupito de cuatro señoras mayores discrepan amigablemente: "Está bien que se vaya, porque no hacía nada". "A mí no me disgustaba, charloteaba muy bien". "Ha hecho como Griñán". La cuarta mantiene un misterioso silencio. Otra vez será.

Pasando junto a un bar se apresuran a darnos su opinión ante de escuchar la pregunta. Intuyen cuál es el tema. Los jubilados de las tabernas leen el pensamiento. "De sorpresa nada. Irene ya estaba esperando a ver si la cogían de consejera y viendo que no ha sido así, ha picado billetes. Y ahora, sin haberlo elegido el pueblo, tenemos a Víctor Mora y a su mujer". "¿Ahora se ha dado cuenta de que tenía a Sanlúcar abandonada?". "Los intereses personales y políticos son muy 'joíoporculos'".

A diez pasos de esta encendida charla, Mercedes está "triste". Tiene 52 años y trabaja en el servicio de limpieza de un centro de salud. "Me gustaría que se hubiera quedado, porque estaba llevando muy bien la ciudad". "¿Víctor Mora? Yo no he visto trabajar a ese muchacho, pero si va por el mismo camino que Irene, a lo mejor lo hace igual de bien".

Juan Carlos, de 50 años, afila cuchillos en la Plaza de Abastos. "Si quiere dimitir, que dimita". Parece que el tema ni le va ni le viene, pero suelta una retahíla de problemas del municipio: socavones en las calles, matojos en las vías públicas, el mal estado del carril bici. Un desastre todo, dice. Pero, bueno, le da "un voto de confianza" al futuro alcalde.

A Cristóbal le encanta leer en la calle. "Entiendo que una persona que se presenta a la Alcaldía tiene un compromiso con su pueblo, con su partido y, me imagino, también con sus militantes y el hecho de que los deje ahora así no dice mucho de la política". Para este profesor de instituto de 56 años, lo que ha hecho Irene García "es una espantada como la de Rosa Aguilar en Córdoba". Ahora le sucederá Mora "porque alguien tendrá que hacerlo, aunque sea a dedo, como Susana Díaz", en alusión la nueva presidenta de la Junta de Andalucía. "No puede ni debe haber elecciones municipales por el capricho del partido y de esa señora", sentencia sobre la renuncia de la dirigente socialista a la Alcaldía. Y sigue leyendo 'Rhadopis', del Premio Nobel egipcio Naguib Mahfouz. "De este autor os recomiendo 'El callejón de los milagros'". Tomamos nota.

Lola limpia casas y no se ha enterado de la susodicha "bomba controlada". "Precisamente anoche estuve hablando con mi hermana y mi cuñado de los políticos que roban en la Junta y salió el nombre de Irene, pero no escuché nada de eso". "De política entiendo poco, pero me parece mal que dimita, porque si todos los que la votamos confiamos en ella porque lo estaba haciendo bien, ahora me siento un poco defraudada". Al concejal socialista que saldrá de alcalde en los próximos días "lo conozco de vista, pero, vamos, que yo voté a Irene".

Ana, ama de casa de 64 años, está aún más "indignada". "Lo veo fatal que se haya ido fuera de Sanlúcar dejando el pueblo 'comío' de mierda. Antes de irse debería haberse solucionado antes los muchísimos problemas que tiene la ciudad". Le preguntamos por el sustituto sin mencionar su nombre. "Me he enterado que es un cuñado o el marido de la hermana, ¿no?". Otra vez los apuntes político-familiares. "¿No es Germán Mora?". No, señora, Víctor Mora. "Ah, su sobrino, el hijo de Ángel. Es que los tres son políticos y me confundo, pero ponlo bien que no quiero meter la pata". De lo que sí está segura es de que "debe haber elecciones para que el pueblo vote y decida quién quiere que sea su alcalde". "¿Cómo van a poner a dedo al que les dé la gana?", concluye.

José Antonio, pensionista de 68 años después de una vida y media trabajando. "Normal que se tenga que ir. Estaba cobrando por un lado y por otro. Prometió que se iba a bajar el sueldo y, nada más entrar, se lo subió". Y, a renglón seguido, la queja más compartida: "Sanlúcar es el pueblo más sucio del mundo". Mantiene la crítica al valorar el relevo. "No veo a Víctor Mora con capacidad. Y la gente que va mirando por encima del hombro no me gusta". Dicho queda.

Buscamos gente joven. José Manuel, 28 años. Afortunadamente tiene un trabajo. "Ha dejado tirado al pueblo porque supuestamente dice que ha cogido otro cargo. Éste no es motivo para dejar a la ciudad colgada con tantos problemas". "De Víctor Mora no puedo opinar porque no lo conozco, pero, bueno, a ver qué hace". Aunque no lo crea, ésta también es una opinión.

Daniel, 18 años. Este mismo mes empieza a estudiar Medicina. Echa por delante la consabida muletilla de "no entiendo de política". Además, nunca ha votado hasta ahora. Sabe que, a partir de ya mismo, será convocado a las urnas todos los años. "Sí, pero estoy muy perdido en esas cosas. A mí eso de la alcaldesa ni me va ni me viene". "Si lo ha dejado es porque quiere dar un paso más en su carrera, pero me llama la atención que lo haya hecho de forma repentina". "De todas maneras, tampoco lo estaba haciendo bien". ¿Y el alcalde entrante? "No le conozco, no le he visto ni en fotos".

Rocío, una joven de 30 años que la próxima semana empezará a estudiar Formación Profesional, no está al tanto de la noticia. "Muy mal por ella, porque ahora deja el Ayuntamiento de Sanlúcar a la aventura. No puede dejar a nuestra ciudad colgada para irse a Cádiz". De Mora sabe poco y no opina. Pues eso.

Daniel y Laura, de 27 y 26 años respectivamente, regentan una céntrica papelería. De sol a sol entre periódicos y revistas. "Si se va, un sueldo menos que tenemos que pagar los sanluqueños". "Sanlúcar ha estado un poco abandonada este verano en cuanto a limpieza y turismo, no sé si porque la alcaldesa ya se estaba preparando para irse". "La persona que ocupe ese cargo debería ser votada por los ciudadanos, porque nosotros elegimos a Irene. ¿Por qué tiene que haber ahora un nombramiento a dedo?". Otra queja más anotada.

Un paseo largo por Sanlúcar preguntando sobre cómo ve cada cual el presente y el futuro político de la ciudad de la manzanilla y los langostinos da para mucho. Siempre es un ejercicio saludable, porque el pueblo siempre tiene razón. O no.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios