Lo que fue AESA tras Matagorda

Con una inversión de más de 8.000 millones de pesetas, el gran astillero de la Bahía, con el mayor dique de Europa, representaba un auténtico desarrollo industrial y económico para la zona

Botadura del primer barco construido en la factoría, en octubre de 1975.
Botadura del primer barco construido en la factoría, en octubre de 1975.
Diego Joly Cádiz

28 de septiembre 2015 - 05:01

El 6 de abril de 1972 publicaba Diario de Cádiz, a toda página, la adjudicación de las obras para la construcción del gran astillero en la Bahía de Cádiz, en los terrenos colindantes a la factoría de AESA en Matagorda.

El día antes, el entonces gobernador civil de Cádiz, Nozal López, convocó una rueda de prensa a la que asistieron los medios de comunicación, así como el director de la zona Sur de AESA, Luis Delgado; presidente de Diputación, Antonio Barbadillo; alcaldes de Cádiz y Puerto Real, Jerónimo Almagro y Caro Serrano, respectivamente; el delegado de Trabajo, Pérez de León; de Información y Turismo, Landín Carrasco, y de Sindicatos, Márquez Sánchez.

El gobernador civil, tras agradecer la presencia de los medios de comunicación, dijo que el motivo de la llamada era para comunicarles la importante noticia, ya con carácter oficial, de haber sido adjudicadas las obras para la construcción del gran astillero en la Bahía, con una inversión que entonces cifró en 7.000 millones de pesetas. "Ello va a representar para toda esta zona un auténtico desarrollo industrial y un cambio total de la fisonomía económica", dijo. Añadió que "España va a contar con el dique mayor de Europa, de 525 metros de eslora y 100 metros de manga, superando incluso el de Belfast. Pudiendo construirse seis barcos anuales de 230.000 toneladas".

Desde el 14 de junio de 1969 en que se firmó el 'Acta de Concierto' entre la Administración y Astilleros de Cádiz S.A., Sociedad Española de Construcción Naval y Compañía Euskalduna, que se obligaban a fusionarse, entre sus cláusulas figuraba las construcción de un nuevo astillero en la Bahía de Cádiz, antes del 31 de mayo de 1973. Desde esa fecha partieron los estudios de AESA, con trabajos efectuados de reconocimiento geotécnico en terrenos propiedad de esta empresa en las inmediaciones de la factoría de Matagorda, que fue el sitio elegido para su ubicación.

Los objetivos y las razones que AESA fijó en el estudio para la construcción del nuevo astillero en Puerto Real a comienzos de los años 70 fueron las siguientes: Aumentar de manera espectacular la productividad, lo que permitiría a este nuevo astillero en la Bahía de Cádiz doblar la proporción de la participación nacional en el mercado mundial de petroleros y mantenerse en forma competitiva cuando el coste de la mano de obra en España se aproximara al resto de los países europeos, asegurando la presencia de España en el mercado naval del mundo, a medio y largo plazo. Necesidad acuciante de modernizar las instalaciones hasta conseguir los niveles de productividad obtenidos en otros países para no desaparecer del mercado en un futuro, sino también la creación de nuevos puestos de trabajo con las industrias subsidiarias y encargadas de suministrar materiales y equipos. La razón de construir este gran astillero también se debía a que era tal la diferencia de escala entre los buques, que podía ser necesario construir en el futuro, que en los restantes astilleros que poseía AESA no se podían ampliar, ya que el problema planteado no era la construcción de un buque, sino la construcción económica de varios buques, en trabajo simultáneo, con una técnica que permitía en cada momento la estructura adecuada de costes.

El 18 de octubre de 1975, "como un simple acto de trabajo más", se realizó en la nueva factoría de Astilleros Españoles, en Puerto Real, la puesta a flote del buque petrolero Aragón, que fue el primero de los que se montó en el gran dique de construcción en Matagorda. El petrolero se destinaba a la compañía Fletamentos Marítimos S.A., con sede en Madrid. Las características del buque eran las siguientes: Eslora total 328 metros; eslora entre puntales, 313; manga de trazado, 51; puntal, 26,18 metros; calado, 20,31 metros; peso muerto, 238.000 toneladas; registro bruto, 122.000 toneladas.

Con dicha construcción entró en funcionamiento parte de las instalaciones del astillero, las cuales estaban proyectadas para poder construir una gran gama de tipos y tamaños de buques.

Al acto de botadura, hace cuarenta años, asistieron el subsecretario de Industria, Alvaro Muñoz, y el presidente del Instituto Nacional de Industria, Juan Miguel de Antoñanzas. Fueron atendidos por el presidente de AESA, Juan Antonio Ollero, y por el director de la factoría de Puerto Real, Luis Nadal.

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