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España

Rajoy se crece con Rivera y no piensa rendirse si fracasa

  • El candidato está dispuesto a volver a intentarlo si no lo logra esta semana. Hoy pretende persuadir a Sánchez.

Un pequeño paso para la investidura de Mariano Rajoy, un gran paso para elevar la presión sobre Pedro Sánchez. El presidente en funciones ya tiene en la mochila el apoyo de 169 diputados de cara a la votación del miércoles -los 137 populares y los 32 de Ciudadanos- después de que ambas formaciones formalizaran ayer su acuerdo con el apretón de manos entre el aspirante y su valedor, Albert Rivera.

Ambos escenificaron en el Congreso la culminación de un acuerdo después de un proceso lleno de altibajos -con ultimátum incluido de Ciudadanos (C's), que el jueves le dio 48 horas al PP para aceptar sus exigencias- y tras el que la pelota ha quedado situada donde siempre ha estado, en el tejado del PSOE, aunque con mayor nitidez. A los 169 votos a favor del candidato a la investidura se sumará el de la diputada Ana Oramas, de Coalición Canaria, una cifra insuficiente que pone a los socialistas bajo el foco del bloqueo de esa formación de Gobierno que se resiste desde hace ocho meses tras dos elecciones generales. La luz verde a Rajoy sólo puede encenderla el primer partido de la oposición, ya que el resto de formaciones parlamentarias también le niegan el pan y la sal al candidato popular, que se reunirá hoy con el líder socialista para arañarle esa abstención que le daría el pasaporte a la permanencia en el poder.

Tras la firma de su acuerdo con C's, Rajoy puso en valor los 170 apoyos con los que contará para la investidura, cuando en otras ocasiones se ha elegido presidente con "bastantes menos", y subrayó por eso que el PP "ha cumplido con su deber", abogando por un cambio de actitud del PSOE, que sigue enrocado en el no al candidato del PP, con el que, dijo, "España recuperará la normalidad".

Por eso explicó que hoy le hará a Pedro Sánchez una pregunta: "¿Quieres que repitamos otra vez las elecciones?". Y también le expondrá que es de "razón y sentido común" que sea el PP el que gobierne y que el PSOE se lo permita.

La presión sobre Sánchez también la alimentó Rivera, advirtiéndole de que "no vale abstenerse de España" tras el acuerdo de investidura que ha cerrado su partido con el PP.

En su llamamiento al PSOE, el líder de C's subrayó que de los 150 compromisos suscritos con el PP un centenar estaban tal cual en el texto que pactó con Sánchez la pasada legislatura.

Rivera dedicó buena parte de su comparecencia ante la prensa para subrayar el papel que ha tenido Ciudadanos desde que llegó a la política nacional, por haber logrado de la "vieja política", antes del PSOE y ahora del PP, compromisos para acometer las reformas que necesita el país.

Incluso aseguró que el pacto firmado ayer se compromete a impulsar ""el mayor conjunto de reformas para el país en los últimos 35 años".

Rivera puso en valor, entre otras cosas, que con este acuerdo se hayan "acabado" los recortes en políticas sociales, subrayó la reforma del CGPJ que permitirá "despolitizar" la justicia y glosó otros compromisos, como el de simplificar el tipo de contratos, recuperar parte de lo "perdonado" en la amnistía fiscal o abrir el compromiso de estudiar una reforma constitucional.

También defendió que el pacto recoja un recorte de gasto en las diputaciones o una reforma del Senado con reducción de senadores, a pesar de que su partido no haya conseguido suprimir, como quería, ninguna de estas instituciones.

Mientras Rivera ponía el foco en su rutilante acuerdo, su inopinado socio hasta no hace mucho -el líder naranja se hartó de pregonar en campaña que bajo ningún concepto haría presidente a Rajoy- ponía las luces largas, con la vista puesta en una intentona de investidura que se prevé fallida, aunque no piensa tirar la toalla si tras las dos votaciones de esta semana -el miércoles precisaría una mayoría absoluta y en la del viernes le bastaría la simple, más síes que noes- fracasa.

"Si no es posible (la investidura esta semana), aquí mi obligación es perseverar en el intento", dijo ayer Rajoy, que está tan empeñado en intentarlo que precisó que una segunda investidura "no tiene por qué" celebrarse "necesariamente" tras las elecciones vascas y gallegas, que se celebran el 25 de septiembre, como se ha especulado en las últimas semanas, por aquello de un posible apoyo del PNV, cuyos cinco diputados le dejarían a Rajoy a un pasito, a un voto, de la mayoría absoluta.

De momento, el horizonte inmediato es la sesión de investidura que arrancará mañana con el discurso de Rajoy. Al día siguiente, calcando el formato que le criticó a Sánchez en su fallida investidura en marzo, llegará el turno del resto de grupos en el Congreso. El líder socialista articulará su rechazo centrando en la corrupción parte del discurso. Además, criticará el acuerdo de los populares con C's, al considerar que es "conservador" y supone una continuidad de las políticas del PP, según informaron a Europa Press fuentes socialistas.

Estas mismas fuentes explicaron que Sánchez aludirá al discurso de Rajoy en el debate de investidura de Sánchez, pero "eludiendo el tono displicente que utilizó Rajoy para menospreciar el acuerdo con C's", algo que no hará "por respeto a las formaciones que ahora lo han alcanzado".

Un acuerdo que la tercera fuerza, Podemos, resume con una metáfora futbolística. "Era cuestión de tiempo que el filial del PP quisiera dar el salto al primer equipo", rezaba un mensaje de Pablo Iglesias en Twitter. El líder de Podemos explicó ayer que la formación morada se mantendrá en el no porque "el Gobierno del Partido Popular, de los recortes, de la desigualdad, de las injusticias y de la impunidad de la corrupción no se merece repetir, no se merece la confianza".

El lehendakari, Íñigo Urkullu (PNV), advirtió a su vez que el acuerdo entre PP y C's es "muy preocupante" para el autogobierno de Euskadi, y se preguntó por qué motivo habría de apoyar el PNV la investidura de un Mariano Rajoy que "desprecia" las demandas de los vascos, mientras se apoya en un partido que ha "vetado" a la formación jeltzale y al resto de partidos nacionalistas.

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