El Puerto: Los vecinos de Jardín de Cano exigen más recursos para la zona
Urbanismo y Seguridad
Suciedad, falta de mantenimiento, solares vacíos, droga y prostitución afectan a familias y residentes
Levantadas más de cien actas por consumo o tenencia de drogas en la zona de Jardín de Cano, en El Puerto
Los problemas en la zona de Jardín de Cano se agudizan por la falta de mantenimiento
Existe una teoría que dice que si la ventana de una casa se rompe y no se repara, en poco tiempo todas las ventanas acabarán destrozadas. Algo similar ocurre en los barrios de una ciudad. Si no hay mantenimiento y se van dejando, acaban degradándose y con problemas sociales y de convivencia. Es lo que está ocurriendo en la zona de Jardín de Cano, un elegante residencial situado junto al colegio La Salle, entre las calles De la Rosa, Parra, avenida de Sanlúcar y Santísima Trinidad.
El complejo está formado por cinco bloques, donde residen unas 350 familias, junto al cual hay varios solares que no se construyeron en su día y que carecen de limpieza y mantenimiento, por lo que todo el entorno se ha ido deteriorando, pese a que un piso medio en Jardín de Cano paga casi 800 euros de IBI al año.
Los solares son la clave del mal estado de la zona, ya que proliferan en ellos la maleza y las ratas, y los desaprensivos arrojan basuras, muebles y colchones abandonados. Además, son frecuentados por toxicómanos y personas que ejercen la prostitución, que han transformado el lugar en foco de marginalidad.
El entorno enseguida se ha resentido: mobiliario urbano destrozado, orines y excrementos, iluminación deficiente, droga y prostitución, han creado mal ambiente social y en la convivencia, además de preocupación entre las familias residentes, muchas de ellas con niños pequeños. La plaza Hermano Ignacio, que debía ser lugar de expansión infantil, tiene serios problemas de iluminación y está deteriorada, por lo que es misión imposible jugar en ella. Tampoco los mayores de la residencia de Diputación pueden apenas usarla.
Se están volviendo a ver escenas de hace 30 años, toxicómanos sentados en los bancos o en cuclillas inyectándose droga, una imagen que se traslada a las zonas comunes, jardines y escaleras del residencial. Las jeringuillas usadas se quedan durante días en el suelo, en los solares, sin que sean retiradas, con riesgo para los escolares de los centros de enseñanza .
Ya se han producido discusiones entre residentes, toxicómanos y prostitutas. Y aunque la Policía Local y la Policía Nacional están en la zona, no es suficiente para disuadir y dar seguridad al vecindario, que está viendo cómo la ‘ventana rota’ que comenzó con los solares abandonados se ha trasladado al residencial y a otros lugares de uso público, que se degradan social y urbanísticamente a marchas forzadas.
Pérgolas en mal estado que amenazan con desplomarse, baldosas sueltas, jardines descuidados, iluminación deficiente para andar por la calle, aceras por las que muchos residentes caminan con temor, junto a unos terrenos con hierbas y maleza frecuentados por personas con problemas de toxicomanías.
Los vecinos exigen que se intervenga con urgencia y se destinen más recursos a la zona, dado el deterioro que está sufriendo: que se mejore la iluminación, se arregle la plaza, se renueven las escaleras del residencial, se baldeen y desinfecten las aceras, acribilladas por excrementos y orines de perros, y sobre todo que se limpien y desbrocen por completo los solares, se cierren y se impida el acceso.
Advierten además que recurrirán al Defensor del Menor si no se pone freno a esta situación y continúa la inseguridad y el deterioro social y urbanístico.
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