Tribuna Libre

Las tecnologías y el Covid-19

Valeria Gil Llano.

Valeria Gil Llano.

La llegada a nuestro país del COVID-19 ha supuesto el repliegue de millones de familias en casa, limitando a las personas de todo tipo de contacto físico durante más de tres meses de estado de alarma.

¿Qué papel han tenido las tecnologías de la relación, la información y la comunicación (a partir de ahora TRIC) en toda esta situación? Es innegable que las TRIC nos han brindado la oportunidad de seguir en contacto con nuestros seres queridos, continuar trabajando, divertirnos, mantenernos informados y, en muchos aspectos, facilitarnos la vida. En definitiva, todo aquello que ya hacían por nosotros pero que, en las condiciones que nos hemos encontrado, han sido de gran ayuda. A pesar de esto no podemos perder de vista que para que las TRIC sean una herramienta útil y beneficiosa su uso debe ser limitado y equilibrado con respecto al resto de actividades cotidianas como el descanso, el deporte, el trabajo o los estudios, el tiempo en familia o en pareja etc… además de que a pesar de sus numerosas ventajas, las TRIC siguen sin poder aportarnos las mismas sensaciones que una mirada, una caricia o un abrazo, haciendo que sigamos necesitando del contacto real con los otros.

Móviles, tabletas, ordenadores, televisión, videojuegos e Internet en general nos han servido como nexo de unión con el exterior de nuestros hogares. Por otra parte, el confinamiento ha supuesto un aumento generalizado de las TRIC, de hecho, en lo que va de año 2020 se están atendiendo a 20 personas con problemas relacionados con el abuso de las TRIC en nuestro programa de tratamiento Proyecto Joven, que se encarga de trabajar con jóvenes y adolescentes de entre 12 y 21 años, problemáticas relacionadas con el abuso de las TRIC y/o juego patológico (videojuego, ruletas, bingos, apuestas deportivas…), consumo incipiente de sustancias o problemas de comportamiento. En este espacio, jóvenes, adolescentes y familias aprenden a gestionar dificultades y conocer nuevas herramientas para evitar conductas disruptivas y conocer el foco del problema.

¿Existe la adicción a las TRIC? Realmente no se habla de adicción como tal, sino de abuso y/o uso problemático de las TRIC y lo cierto es que, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) no incorpora esta problemática como una adicción como tal, su funcionamiento y consecuencias son muy parecidas a otro tipo de dependencias que sí que se consideran adicciones. El abuso y/o uso problemático de las TRIC se traduce en un desequilibrio entre el tiempo que la persona dedica a las tecnologías y el que dedica al resto de las parcelas de su vida, como: estudios, deporte, vida social o en familia, ya la relación que una persona puede crear con alguno de estos aparatos tecnológicos puede ser muy compleja.

Ya existen estudios, como el que realiza el Gobierno de España tras este confinamiento, que nos desvelan que el aumento del uso de las TRIC es un hecho. Así un 68,9% de las personas que realizaron la encuesta han aumentado la frecuencia de uso de Internet (Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, julio de 2020), y analizan que, de ese 68.9%, según la escala Compulsive Internet use scale (CUIS), presentaría un posible uso problemático -que tendría que ser analizado con mayor profundidad- un 37,4% (el 27,8% representado por personas de entre 14 y 17 años y 9.6% que corresponde a personas adultas).

Esto hace que nuestra preocupación por un posible abuso y/o uso problemático de las TRIC, sobre todo los más jóvenes, sea cada vez mayor desde que en 2002 tratamos a la primera persona por esta problemática.

Desde Proyecto Hombre provincia de Cádiz entendemos que en etapas como la niñez y la adolescencia todo referente educativo debe realizar una labor de acompañamiento y supervisión, ya que nos referimos a edades en la que las inseguridades, complejos o dificultades por falta de herramientas pueden hacer que encuentren en las TRIC el lugar perfecto para refugiarse.

Es por ello que, desde nuestro Equipo de Prevención, a través del cual se han atendido en el año 2018-2019 a 4.511 personas en la provincia de Cádiz, se realiza una labor preventiva a través de talleres, escuelas, formaciones… que tienen como objetivo informar, asesorar, orientar y trabajar factores de protección con jóvenes, adolescentes y sus familias. De esta manera se consigue empoderar a la población objeto para que sepan afrontar y solventar diferentes problemáticas relacionadas con este y otros aspectos y no adopten este tipo de conductas disruptivas. Por otra parte, se ayuda a padres y madres a educar de la manera más sana dotándoles de nuevas herramientas y formas de comunicarse con sus hijos/as.

Para estos casos es importante conocer recursos como el Programa de tratamiento de Proyecto Joven desde el cual trabajamos factores de protección como la gestión de sentimientos, los vínculos familiares sanos y el ocio saludable, mitigando los factores de riesgo como la impulsividad, la incapacidad para sostener límites o la falta de seguridad, trabajando desde una perspectiva holística y siempre contando con el apoyo y la implicación familiar.

A modo de conclusión lo que se pretende es que las tecnologías sigan acercándonos a los demás sin alejarnos de nosotros mismos y que aprender a utilizar una herramienta tan potente como las TRIC o Internet sea responsabilidad de todos/as y así, no frene nuestro desarrollo personal, sino que lo potencie.

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