El Obispo de Jerez bendice la Capilla de la Plaza de Toros de El Puerto, recién restaurada

El obispo, junto al resto de los asistentes a la inauguración de la Capilla.
El obispo, junto al resto de los asistentes a la inauguración de la Capilla.

El Puerto/El obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez, José Rico Pavés, ha bendecido este sábado la Capilla de la Plaza Real de Toros de El Puerto, tras las obras de restauración acometidas en los últimos meses, una intervención destinada a dignificar aún más este singular espacio de culto, enclavado en el interior del histórico coso taurino portuense, inaugurado en 1880.

El acto contó con la presencia del concejal delegado de la Plaza de Toros, Carmelo Navarro; el diestro José Luis Galloso; Antonio Andrades, jefe de personal del coso; su hermano Miguel Andrades; Francisco Martín Arroyo Moreno y Francisco Javier Borras Suárez. Acompañaron al obispo el diácono permanente de la Parroquia de San Francisco, Juan Luis Izquierdo Fernández, actual capellán responsable de prestar los auxilios espirituales en la capilla de Plaza Real, que estuvo encomendada hasta octubre de 1985 a la Santa Iglesia Mayor Prioral de Nuestra Señora de los Milagros.

Este espacio, que en el año 2013 cambió del bodegón 38 al 37 en el marco de una reforma general de la Plaza para crear la sala de toreros, ha sido cuidadosamente restaurado y ornamentado gracias a la generosa colaboración de particulares, profesionales y entidades. De profundo valor espiritual y cultural, ha recuperado su esplendor original, respetando su esencia histórica. Su función como lugar de recogimiento y oración trasciende lo taurino, constituyéndose en un símbolo de introspección, fe y tradición.

Carmelo Navarro ha subrayado que la intención del Ayuntamiento es abrir la capilla a las visitas como un lugar emblemático, para dar a conocer su riqueza patrimonial y espiritual. Una historia que se remonta incluso a dos años antes de la inauguración oficial del coso, conservando piezas originales de la época y reflejando el alma de la tauromaquia portuense. Navarro ha expresado su más sincero agradecimiento al obispo por su cercanía y por haber querido bendecir personalmente el espacio, así como a todas las personas e instituciones que han contribuido a su restauración y conservación.

Ubicada junto a la sala de diestros y la enfermería, la capilla ha sido durante generaciones el refugio de oración de los toreros antes de cruzar la arena. En sus orígenes, estos espacios eran custodiados por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl del antiguo Hospital San Juan de Dios, que tomaron posesión el 15 de febrero de 1874 y mantuvieron su presencia hasta 1958. A partir de ese año, el sacristán de la Prioral, Manuel Girón Ceballos, asumió el cuidado de la capilla por acuerdo entre la empresa y el capellán. Desde 1986, fue José Manuel Castillo Franco quien, de manera altruista y con gran devoción, se hizo cargo del altar y del exorno de la capilla, perpetuando la tradición.

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