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Relevo familiar en un comercio señero en El Puerto

Las tres niñas de Roque

  • Paloma, Laura y Carmen Morales Carmona llevan un año al frente de la droguería familiar, tras perder por el Covid a su padre y a su abuelo

Las hermanas Paloma, Carmen y Laura, las tres niñas de Roque.

Las hermanas Paloma, Carmen y Laura, las tres niñas de Roque.

La vida a veces nos sorprende con desenlaces inesperados y es parte de la sabiduría humana poder adaptarse a ellos y tratar de salir a flote. En el caso de las hermanas Paloma, Laura y Carmen Morales Carmona su vida cambió el 18 de febrero de 2021, cuando fallecía su padre, José Roque Morales Vega, a los 57 años de edad víctima del coronavirus.

Apenas unos días antes, el 2 de febrero, había fallecido también a causa del Covid el abuelo de las tres hermanas, José Roque Morales Augusto, el fundador de la Droguería Roque, un conocido negocio cuya tienda matriz se encuentra en pleno centro de El Puerto de Santa María, entre las calles Ganado y Nevería.

La muerte de Roque padre ya fue un mazazo en El Puerto, ya que era un comerciante muy querido y conocido, pero se producía a los 92 años de edad y fue algo que podría considerarse ley de vida. Lo que para nada esperaba su familia era el prematuro fallecimiento de Roque hijo, después de estar ingresado a causa del virus durante varias semanas en el hospital.

Dos de las hermanas, en el mostrador de la céntrica Droguería Roque, en la portuense calle Ganado. Dos de las hermanas, en el mostrador de la céntrica Droguería Roque, en la portuense calle Ganado.

Dos de las hermanas, en el mostrador de la céntrica Droguería Roque, en la portuense calle Ganado.

Aquel 18 de febrero de hace un año cambio la vida de las tres jóvenes, que con 26, 23 y 15 años pasaron de tener una vida de estudiantes ajena por completo al mundo de la empresa familiar a tener que decidir, casi sobre la marcha, tomar las riendas del negocio para mantenerlo abierto.

Paloma, que ahora tiene 27 años, estudiaba hace un año el último curso de Terapia Ocupacional en Cáceres; su hermana Laura, de 24 años, estudiaba en Melilla la doble titulación de INEF y Magisterio y la pequeña cursaba el último curso de la ESO.

Una foto familiar con sus padres. Una foto familiar con sus padres.

Una foto familiar con sus padres.

Tras fallecer su padre y casi de inmediato las tres hermanas decidieron seguir adelante con la saga familiar y ponerse al frente del negocio, siempre con la ayuda de su madre, Carmen Morales -también trabajadora de otro conocido comercio familiar, una mercería- y de un empleado que sigue trabajando en la tienda.

Paloma, la mayor, terminó sus estudios a distancia y hoy en día es la que pasa más tiempo ocupándose de la droguería. Su hermana Laura trasladó su expediente desde Melilla a Sevilla para estar más cerca de su familia, y aunque no vive en El Puerto se ocupa también de algunos aspectos del negocio, mientras que Carmen, la benjamina, cursa primero de Bachillerato en el IES Tejada y pasa los sábados atendiendo a los clientes.

Paloma asegura no estar arrepentida de la decisión tomada hace un año, ya que en este tiempo le ha tomado el pulso al negocio y ha podido comprobar el aprecio que sienten sus clientes y proveedores por su familia. “Yo nunca había trabajado en la droguería, aunque venía de pequeña y mi padre me iba enseñando algunas cosas del negocio. Yo creo que esto ha sido un golpe que nos ha dado la vida pero hemos sabido reaccionar como a mi padre le hubiera gustado”, dice.

Unas siemprevivas que depositó un cliente en la droguería siguen recordando a Roque

Detrás del mostrador un jarrón con unas siemprevivas recuerda a su padre. Son las mismas flores que alguien depositó a las puertas del negocio cuando se conoció el fallecimiento de Roque hijo, una noticia que conmocionó a muchos portuenses por lo que tuvo de inesperado.

Paloma Morales, con unos diez años a las puertas de la droguería. Paloma Morales, con unos diez años a las puertas de la droguería.

Paloma Morales, con unos diez años a las puertas de la droguería.

La hija mayor de Roque solo tiene palabras de agradecimiento para su clientela, que ha permanecido fiel durante este tiempo. “Gracias a ellos seguimos”, afirma, y no puede más que sentir orgullo cuando recuerda cómo muchos representantes le relatan anécdotas de su padre, a quien consideraban un amigo.

Roque Morales Vega murió un jueves y al lunes siguiente la droguería ya estaba de nuevo abierta al público, con sus hijas al frente. “Ha sido lo mejor que hemos hecho”, concluye Paloma.

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