Homenaje a Pedro el de los Majaras en El Puerto: Aventuras y desventuras de un comparsista de leyenda

El musical 'Pedro, Majara toda una vida' se estrenó en el portuense teatro Muñoz Seca con lleno hasta la bandera

Este viernes arranca en el Pedro Muñoz Seca de El Puerto la renovación del abono de la temporada de Otoño 2025

Un momento del musical 'Pedro, majara toda un a vida'. / Lourdes de Vicente

Para no llamarse Pedro, a Antonio Rico Segura el apodo le vino que ni pintado. Como Pedro El Grande conquistó territorios donde los compases del Carnaval gaditano eran todavía desconocidos. Como el alarmista Pedrito, del cuentecillo infantil, anunció un buen puñado de veces su retirada, pero siempre volvía, subyugado por el veneno de las tablas, ese que giró en sus venas desde muy joven, cuando recorrió España con Los Bartolos Ye-ye (junto al Chusco, Caraballo y otros imprescindibles) y se codeó con grandes figuras del momento. Y como San Pedro, el primer líder de la Iglesia católica, edificó, sobre la piedra de su propio talento, toda una religión que no ha ido sino acumulando adeptos a la largo y ancho del Universo conocido, consistente esa doctrina en adorar con fe ciega todo lo relacionado con el legado de Los Majaras, un reino fabuloso del que él mismo es el incuestionable Sumo Pontífice.

Antonio Rico Segura, Pedro el de los Majaras, en el palco del teatro. / Lourdes de Vicente

Muchos de los seguidores de esa manera tan particular de entender la música del tres por cuatro, la poesía que se teje con las manos del pueblo y el entusiasmo de compartir todo eso en comunión se dieron cita en el Teatro Muñoz Seca - orilla derecha de los últimos kilómetros del Guadalete y a unas pocas esquinas de la calle Ganado, donde tomó forma el mito de Los Majaras- el jueves, 16 de octubre, para asistir a una valiente propuesta surgida del interés de un grupo de buenos discípulos de Antonio Rico Segura, Pedro para la eternidad, y el patrocinio del Ayuntamiento portuense, por homenajear con un registro diferente los más de sesenta años de trayectoria de uno de los símbolos del Carnaval de Cádiz, seguramente el más relevante nacido fuera de la capital, si excluimos a Paco Alba y Enrique Villegas, quienes, aunque no paridos en la Tacita de Plata, cimentaron allí sus carreras. Ya cruzada la frontera de los ochenta, pocos reconocimientos le faltaban a Pedro, que por tener tiene el Antifaz de Oro, una plaza con su nombre, el nombramiento como pregonero del Carnaval de Cádiz y la Medalla de oro de su ciudad.

Otro momento de la representación en el teatro municipal Pedro Muñoz Seca. / Lourdes de Vicente

Con dramaturgia de Juanma Romero Bey, el musical 'Pedro, Majara toda una vida' se estructura en dos actos y se acoge a las formas del romancero, que no es el único vehículo de la narración, porque es el propio autor del texto quien, haciendo las veces de un Cervantes del siglo XXI, también empuja el desarrollo del relato, que no es otro que la trayectoria del inigualable protagonista. Se suceden, con desparpajo y ritmo medido, escenas de la vida carnavalesca del verdadero alma de Los Majara, que aciertan a evocar episodios impagables. Hermoso es el cuadro en el que un corro de chiquillos se dan cita en el cementerio para cantar, y cómo cantan, el pasodoble “Con la gorrilla”, de Los cacos, primer flechazo de Pedro por lo que en algún momento se llama “la trampa de febrero”. Ahí arranca su primera etapa que supuso un crescendo de calidad con agrupaciones como Los Hindúes, Los Charlots o Alegrías de Cádiz – una joya que nunca debería dejar de escucharse-, preludio de lo que sería la trilogía dorada que llevó al Falla tres de las comparsas más perfectas de la historia: Raza Mora, Cantares y Los simios. Con acierto, el recuerdo de esos hitos no los trae en exclusiva el grupo que defiende el repertorio, sino que se van entreverando con interpretaciones en solitario o con pocos componentes, que hace más valioso aún degustar las coplas cantadas por una alineación de ensueño, con figuras consagradas como Lores, Ramoni, Gran Visir, Javi Noriega, los hermanos Gamaza o Francisco y Antonio Rico, hijos del agasajado. La emoción alcanza sus más elevadas cotas de intensidad en dos cuadros de antología: el 'Cuatro de diciembre', de Raza mora, bordado por Sandra Cabrera, y oír el pasodoble de presentación de Los simios en la voz de un hijo del Loro, guitarrista inolvidable.

Tras el éxito incontestable en Cádiz de aquellos “forasteros” portuenses, llovieron las envidias, las maledicencias y los cajonazos, uno tras otro, pero que tuvo el más ignominioso en Israel, que está entre las mejores agrupaciones de los años ochenta. Pero Pedro nunca se rindió y siguió insistiendo con perlas como Gigantes, Caballos andaluces – que sí llegó a la final del Falla- Maharajas, Andaluces de Jaén o El Fantasma de la ópera, hasta completar un camino de gloria del que disfrutó un público entregado gracias a un espectáculo honesto, perfectamente engrasado y a la altura del personaje, que contó con cameos de lujo como El Barrio, Selu del Puerto, Ángel Subiela o Carli Brihuega. Confiemos en que el montaje gire, se expanda y sean muchos los aficionados que puedan disfrutar de un regalo que suena de maravilla.

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