Feria de El Puerto 2025: Las casetas se ponen guapas

Montar una caseta de Feria no es tarea fácil, y si no que se lo pregunten a alguna de las entidades que instalan este año algunas de las 65 casetas del recinto de Las Banderas.

Uno de los que más sabe de esto es Vicente Rodríguez, que desde que tenía apenas doce años ha estado vinculado, de una manera o de otra, al mundo de la decoración efímera, con el montaje, diseño y decoración de estructuras de todo tipo, desde casetas de Feria hasta carrozas, pasando por escenarios para cualquier tipo de evento.

Lejos han quedado aquellos tiempos en los que el recinto vivió su máximo esplendor, con imponentes fachadas decorativas en los años 90 y un gran cuidado por los detalles, como las torres del alumbrado decoradas con celosías pintadas.

Vicente se ha encargado este año de la decoración de cinco casetas, dos de las cuales, La Charanga y Por estos ratitos, se han llevado respectivamente el primer y segundo premio del certamen de decoración que organiza el Ayuntamiento, aunque el premio no conlleve ninguna satisfacción económica y se reconozca ese esfuerzo con un simple diploma.

El montaje de las casetas ha cambiado mucho en las últimas décadas, ya que quitando algunas entidades cuyos miembros siguen arrimando el hombro, como algunas hermandades o asociaciones de diversa índole, la mayoría de las peñas son grupos de amigos que aportan una cantidad económica y luego encargan los diferentes trabajos necesarios para la apertura y puesta en marcha de la caseta, apareciendo por la misma justo en la noche de la Velada.

En el caso de la ganadora de este año, La Charanga, el contacto con el presidente y su directiva se remonta a varias semanas antes de la Feria, cuando deciden las líneas generales de la decoración de ese año. La mayoría de las casetas cuentan con materiales que se guardan de un año para otro, como las telas para las paredes y los techos, pero cada año es necesario encargar nuevos elementos que le den a la caseta la impronta especial de cada edición. En este caso, para La Charanga ha servido de inspiración el cartel de la caseta, obra de Fernando Quirós, junto a unos grandes ojos de buey imitando piedra.

En el caso del segundo premio, Por estos ratitos, se han utilizado colores complementarios como el azul verdoso y el naranja, con un escenario junto al que se ubica también una reja y una buganvilla, así como un reservado decorado con visillos de encaje.

La horquilla de precios para decorar una caseta va desde los 1.500 euros, aproximadamente, hasta los 5.000 euros, en función de si la caseta cuenta con suelo de madera y otras mejoras como elementos de madera o pladur.

En lo que coinciden los responsables de todas las casetas es en que hay que darle una vuelta a la organización de la que es la principal fiesta portuense, ya que la improvisación de los últimos años, sobre todo de este, perjudica mucho al resultado final, y ha habido casetas que apenas se han podido decorar por la falta de tiempo que han tenido desde el montaje de la estructura hasta la apertura, en la noche del miércoles.

En el caso de Vicente, su empresa trabaja a destajo desde algunas semanas anteriores a la Feria para que todo esté a punto, pero dependen de otros factores ajenos a ellos que no pueden controlar, como ha ocurrido este año con el retraso en el montaje de las casetas. Un equipo de seis personas se ha encargado de atender la decoración de las cinco casetas que han llevado, una de ellas la de Badalona, la ciudad homenajeada este año.

Vicente cumple ahora 25 años con su empresa, que realiza también nacimientos y distintas exposiciones y que para la próxima Navidad instalará una muestra en el centro cultural Alfonso X El Sabio.

En cuanto al aspecto exterior del recinto, es hora ya de pensar en el futuro porque la estética del festejo se ha ido quedando un tanto desfasada, siendo necesario un replanteamiento para evitar que, por desgaste, Las Banderas se deteriore sin que se preste atención a los detalles estéticos y de organización.

Unificar el hilo musical de las atracciones, una tarea imposible

Antes de que comenzara la Feria de Primavera el concejal de Fiestas, David Calleja, lanzó una idea que pasaba por unificar el hilo musical de las diferentes atracciones de la calle del Infierno, una propuesta que si bien podría ser una buena idea, para evitar la locura que supone estar escuchando a todo volumen distintos estilos musicales prácticamente a la vez, ya se veía de antemano que no iba a dar resultado. Y efectivamente, cada atracción sigue yendo por libre, cada cual con sus gustos y estilos musicales, fieles a la tradición de utilizar su música como reclamo. Este año de nuevo ha habido dos días del niño en la Feria, la noche del miércoles y la jornada del jueves, con tarifas a mitad de precio, lo que supone un alivio para los bolsillos de las familias. También se ha puesto en marcha por primera vez una medida para evitar que los niños con trastorno del espectro autista hagan cola en las atracciones, evitándoles precisamente la espera en medio de esa vorágine de ruidos a todo volumen, una buena idea aunque habrá que mejorar el procedimiento de entrega de los carnets para próximas ediciones.