El Puerto

Se reduce la actividad laboral en la marina seca de Puerto Sherry

  • Las empresas de reparación de barcos advierten que la subida de las tarifas de los amarres y la incertidumbre económica les está afectando de forma negativa

La nueva política económica que está aplicando la empresa Marina del Puerto desde que recuperó la concesión administrativa de Puerto Sherry está provocando un efecto 'bola de nieve' que parece afectar de forma negativa a distintos sectores portuarios. La subida de las tarifas anuales de los amarres que ha impuesto la concesionaria a las embarcaciones de recreo tras recuperar la explotación de la dársena (que llega incluso a doblar lo que pagan actualmente algunos usuarios), está repercutiendo también en la actividad de las empresas que prestan servicios de reparación y mantenimiento a dichos barcos.

Es habitual que los dueños de las embarcaciones de recreo aprovechen los meses de invierno para sus reparaciones, cuestiones como el pintado de los cascos, revisiones en profundidad y arreglos que requieren el trabajo de varios operarios durante un periodo prolongado de tiempo. Sin embargo, estos trabajos de larga duración prácticamente han desaparecido, tal como han denunciado algunas de las empresas que prestan servicios de varadero en el puerto deportivo. Aunque a simple vista se puede observar que hay barcos en la marina seca, muchos están por reparaciones menores, y además su número es menor que el de otras temporadas.

Empresas de reparaciones asentadas desde hace años en el puerto deportivo no dudan en achacar esta pérdida de trabajo a la subida de las tarifas a los barcos de sus clientes, un incremento que la Asociación de Usuarios de Puerto Sherry considera "astronómico", a la que deberán acogerse antes del 31 de diciembre, y que está llevando a algunos aficionados a la vela y la pesca deportiva a plantearse abandonar las instalaciones de Puerto Sherry y trasladar sus veleros al Algarve portugués.

Las empresas de reparación se consideran las primeras afectadas por esta situación, que hace que los dueños de embarcaciones se retraigan de efectuar desembolsos para sus barcos ante las anunciadas subidas de los atraques, lo que podría agravarse en enero cuando se hagan efectivas dichas subidas. A esto habría que añadir la situación de incertidumbre por la crisis económica, a la que también estas empresas reconocen su parte de responsabilidad en la reducción de carga de trabajo en el varadero, donde apenas se producen movimientos de grúa para bajar y subir barcos del agua, como era habitual otros años por estas fechas.

Cabe señalar que estas empresas han funcionado durante años mediante el pago de un canon por los metros cuadrados que utilizan dentro de las instalaciones de Puerto Sherry, una situación que podría cambiar en enero, cuando deben renovar sus contratos. Desde alguna de las empresas se especula con la posibilidad de que Marina del Puerto rescinda sus contratos y saque a subasta el servicio de reparación de embarcaciones para asignarlo a una sola empresa.

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