El Puerto

El abanico se queda en casa

  • El calor sigue ausentándose de Las Banderas aunque se prevé que el tiempo mejore a partir de hoy · El Ayuntamiento asegura que en los primeros días de fiesta no ha habido incidentes reseñables

"Este año tenemos la negra. Llovió en Carnavales, en Semana Santa y en la Motorada y anoche [anteayer] también en la Feria. No hay ni una fiesta tranquila". Este es el comentario que realiza uno de los miembros del jurado del premio de casetas minutos después de dar a conocer el fallo de este concurso. Y no le falta razón. El cielo ha querido que haya agua en todas las celebraciones de guardar de esta ciudad, y eso que dicen los expertos que estamos en un periodo de sequía. En Feria, llovió a última hora de la noche del jueves y ayer amenazó durante toda la tarde aunque no llegó a romper. Eso sí, los servicios meteorológicos apuntaban que se tenía previsto activar la alerta amarilla ante el riesgo de fuertes lluvias a partir de la medianoche.

Sin embargo, aún no ha visitado Las Banderas ese calor pegajoso que provoca que el 'rebujito', o cualquier otro líquido frío que se precie, sea el oasis que todo feriante busca con ahínco. De hecho, en la tarde de ayer fueron muchos los que optaron por la manga larga. El mantón de un traje de sevillanas volvió a tener su verdadera utilidad perdida por el capricho de la meteorología para volver a ser una prenda de abrigo en lugar de un mero complemento. Pero también hubo otras que optaron por alternativas menos glamurosas como la rebeca o la chaqueta vaquera sin importar que no fuera a juego con el traje de volantes. Lo importante era no pasar frío.

Pero si ha habido un complemento que por ahora se mantiene en el ostracismo es el abanico. Ante la ausencia de calor este elemento se desecha por su inutilidad, por lo que se queda en casa. Incluso, hubo quien, lo sustituyó por un paraguas en previsión de que una nube traicionera quisiera hacerse protagonista durante las horas de vivencia en la Feria. De hecho, ni las jóvenes azafatas de Osborne repartían ayer abanicos y optaban por otros productos de 'merchandising' de la firma bodeguera. "Chiquilla, ¿no estarás hoy repartiendo abanicos?", le decía una mujer a una de las muchachas frente a la Caseta Municipal en un tono casi de regañina. Los que trabajan se tienen que tomar con algo más de paciencia la actitud de algunos que solo van a Las Banderas para disfrutar y, de paso, molestar al que trabaja.

Transcurre así una Feria en la que, por el momento, y según datos aportados ayer por el Ayuntamiento, no se están produciendo incidentes destacables. Eso sí, la tónica de los últimos años se sigue repitiendo y el público comienza a abarrotar Las Banderas conforme entra la tarde. Según el concejal de Cultura y Fiestas, Millán Alegre, la única explicación es la crisis económica. "Ayer vi a dos mujeres sentadas en un banco de la Feria comiéndose un bocadillo de tortilla que se habían traído de casa". Este medio buscó con ahínco esta estampa tan sintomática de la crisis aunque no hubo suerte. Sí se vio, y eso no es nuevo, a algunos grupos (y no tan adolescentes sino ya entrados en años) que optan por hacer 'botellón' junto a alguna caseta, y eso que hay una zona habilitada para esta práctica que, en la tarde de ayer, no estaba demasiado concurrida. Pero llegó a haber un grupo más osado que con sus bolsas de Mercadona no dudó en buscar acomodo en el recibidor de la Caseta Municipal. Y allí, sin pudor algo, abrieron su botella de ron Almirante, su Coca Cola de dos litros y su bolsa de hielo (el 'pack' habitual de este tipo de concentraciones). Y no eran los únicos. Otros optaron por los bancos de cualquiera de las calles del recinto, un espacio muy cotizado entre ese colectivo que se plantea la Feria con el objetivo de beber lo máximo y de pagar lo mínimo.

Pero la Feria, que es camaleónica como ella sola, poco a poco se va adaptando a ese visitante que ya viene comido. De hecho, no son pocas las casetas que ya ofrecen café. Ya solo queda un buen dulce para que la sobremesa sea casi perfecta para los más tradicionales.

La gran fiesta de la ciudad sigue su curso con el único objetivo de que sirva de evasión. A pesar de las malas previsiones para la próxima madrugada, los partes meteorológicos apuntan que irá mejorando conforme avance la jornada pero no se espera que el calor vaya a venir con fuerzas a esta ciudad que es durante unos días el recinto de Las Banderas. La probabilidad de lluvias irá decreciendo progresivamente hasta prácticamente desaparecer a partir de la media tarde. No habrá un ascenso apreciable de las temperaturas puesto que un ligera brisa de poniente hará más soportable la presencia en la Feria.

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