Una tarde de duende, donde el arte Flamenco y la vergüenza torera, que van de la mano, se fusionaron, y José de los Camarones demostró que sigue siendo un cantaor de altura.

José de los Camarones, de nombre real José Galán, nació en 1955 en el barrio flamenco de San Miguel, en Jerez. Desde niño participó en el marisqueo con su padre, desarrollando su amor por el flamenco. Su amplio repertorio abarca diversos palos, destacando soleás y seguiriyas. Reconocido con premios, también es conocido por su filantropía, llevando el flamenco a niños. 'Anclé mi alma', su obra, combina poesía y sonidos diversos. Además, colabora en películas y ha capturado la atención de la moda, posando para Gucci. Destacó su aprendizaje en el amor propio y el respeto en un recorrido de niño con su padre entre grandes aficionados y tabancos. 

Primera tarde flamenca y recital después de la Navidad, con nueva gestión de la barra de bar de la peña El Nitri, con típicas comidas nuestras. Compartiendo mesa con el periodista francés y residente en El Puerto, dueño de varios periódicos en la zona sur de Francia, conjuntamente con ediciones del País Vasco Rolan Machenaud. Presenta el acto Tolo, presidente de la recientemente condecorada tertulia flamenca Tomás El Nitri. No es fácil  traer a José de los Camarones, y se consiguió a través del guitarrista Santiago Moreno. Se dedica este acto a dos socios, Diego Saborido y María Soto.

Comienza José por tonás haciendo un repertorio del palo profundo, origen en ellos del preflamenco antiguo, con una voz rota propia de su cante natural.

José halaga y agradece su presencia a los socios y mantener la peña que con ello tienen el cielo ganado tal como está los tiempos hoy, por mantener una peña y traer a los artistas tanto noveles como consagrados.

Continúa con un tema de los considerados de poderío, tientos por tangos con fuerza por arriba y el toque clásico de Jerez en las manos de Santiago Moreno, demostrando en el toque de guitarra su calidad y sabiduría y el conocimiento de la guitarra típica y el toque Jerez, arrancando al público los primeros oles sentidos y espontáneos, este jaleo que sale de las entrañas propias del público  espectador y cuando se denomina 'el duende' se desarrolla en el sentimiento del público hacia al artista.

Cambia hacia tango con lo que Santiago aprovecha para demostrar su toque al estilo primero por Cádiz terminando por Jerez, cambiando a los cantes de Levante terminando por taranta, un cante qué hace recordar como él mismo dice a un amigo que le enseñó el cante  por los medios largos en interpretación terminando justo y con fuerza en el propio cante que domina los tarantos.

Santiago cuenta una anécdota que le sucedió en el toque en una soleá que el propio José quería meter en un repertorio con su hermana María del Mar Montero, bailaora de prestigio y hoy precisamente la quiere interpretar para el público

Comienza por un repertorio de soleá con una voz natural grave, rota con el quejido propio de la gitanería del propio estilo de Jerez, juega con las tonalidades del cante, un repertorio a la que la guitarra de Santiago le  canta por arriba dependiendo el estilo interpretativo del cante.

Granaína que graba en su disco Getsemaní, un cante que es toda una alegoría del sufrimiento de la mujer, este amor de la madre hacia un hijo, el sufrimiento que todo lo perdona al sufrir.

El cante entre malagueña por granadina, esa mixtura, alto del cante abandolao de los montes de Málaga, por arriba del cante y fuerte y al estilo Verdial y con ello termina la primera parte.

Comienza por alegrías de Cádiz con el típico tirititrán al estilo gaditano por alto, jugando con el cante y terminando con los famosos tiribundis.

Por petición del público fandangos al traste por dos, fandangos naturales con fuerza por arriba y demuestra el querer no poder y ver romperse. Como gitano, de entusiasmo se rompe la camisa sabiendo estar en el escenario como un gran profesional que se entrega al público, dedicando al socio fundador Carrasco un cante.

Cuenta anécdotas de toda una vida flamenca y vivida.

Se escucha el toque de Santiago Moreno que lo va metiendo en el dolor del cante de penuria y de las miserias cantadas que es la seguiriya, pone el traste al tres canta y en los quejidos largos rajando hasta el alma demuestra que está a gusto canta como lo siente y sin ojana con su verdad cantaora silencio absoluto del cante de hondura, así término José el de los Camarones.

Un cantaor que llenó la peña de sentimiento. Llegó, canto, se rompió la camisa cantando y el repertorio lo supo defender a su edad con todo el conocimiento. Si hay similitud entre el arte de cuchares y el flamenco es la vergüenza torera y José supo estar a la altura de la plaza entregándolo todo.

Así lo viví, así lo presencié, así lo sentí y así me gustaría transmitir.