El Ateneo del Vino, continuando su labor de profundizar en la cultura vitivinícola, organizó el último sábado de octubre una visita a las Bodegas Barón de Sanlúcar de Barrameda.

Barón son, sin duda, una de las más antiguas del Marco del Jerez, hundiendo sus raíces en unas bodegas que datan de 1631 y que continúan albergando las antiquísimas soleras de Anselmo Paz.

El complejo bodeguero ubicado entre la calle Molinillo 2ª y la carretera de Chipiona lo forman varios cascos. En estas bodegas, de diferentes épocas y estilos, envejecen los vinos de crianza biológica (manzanillas, finos y amontillados) y los vinos de crianza oxidativa (oloroso, moscatel, pedro ximénez, cream y medium).

Los asistentes fueron recibidos por Pepe Rodríguez (hijo de José Rodríguez Carrasco, copropietario de Barón) y Manuel Torres Zarzana, enólogo de la casa que procedieron a realizar un amplio recorrido por los diferentes cascos.

La bodega San Juan, la bodeguita morisca San Dimas, la bodega granero San Pedro ―en su planta alta está la sala de recepción y degustación Don Manuel, en honor del Manuel Barón Fernández, propietario que dio nombre a las bodegas―, paralela con la bodega San Justo, la bodega manzanillera San Agustín ―construida en 1871―, la bodega Gracia y Esperanza ―para la crianza de los vinos oxidativos―, la bodega La Oración en el Huerto y, además, El Rincón del Abuelo. Todas las bodegas con bajetes ―sobre los que se apoyan las botas de la solera― de piedra ostionera y el uso de términos manzanilleros "espolonazo", "desplomar un oloroso" o "manzanilla pollitos".

Finalmente se dirigieron a la Viña El Poedo, entre el río Guadalquivir y Costa Ballena, donde sirvieron un almuerzo.