Pedir lo mismo, por menos dinero

El sector inmobiliario salda el verano con un balance positivo, a pesar de que algunas agencias se han visto obligadas a bajar el precio del alquiler. Las viviendas baratas vuelan sin dejarse ver por las inmobiliarias y los inquilinos más pudientes discuten con ahínco el precio final.

"Este verano he alquilado. Mucho no, ha sido un veranito medio bueno, como el año pasado más o menos. Ni mejor ni peor. De cara al mes de septiembre está la cosa fatal", explica José Román, de la inmobiliaria Larga 70. Sin embargo, en la oficina de Tecnocasa Vistahermosa hacen un balance positivo del verano. "Todos los inmuebles no se han alquilado, pero tal y como está la cosa no nos quejamos", dice María, trabajadora de la agencia, quien afirma también que los alquileres se han bajado este verano un poco porque la gente venía demandando una rebaja en el precio final. Los alquileres se han producido especialmente desde la segunda quincena de julio hasta finales de agosto, empezando ya a flojear en el presente mes de septiembre. En esta inmobiliaria, con viviendas de alquiler en la Costa Oeste principalmente, también han empezado a contratar alquileres anuales, sobre todo aquellos que realizan los marinos trasladados a la ciudad por motivos laborales. En otra oficina de Tecnocasa, ubicada en la avenida Libertad, este año ya llevan también varios alquileres de carácter anual. "La gente que alquila es sobre todo porque han tenido un traslado laboral y esos no se arriesgan a comprar, por si dentro de unos años le vuelven a trasladar", comenta Soraya. Respecto a los portuenses que se animan a alquilar una vivienda, en esta inmobiliaria afirman que la gente de aquí suele disponer de un presupuesto medio de 350 y 400 euros para el alquiler de una vivienda. Sin embargo, según afirma, las viviendas que se alquilan a estos precios no llegan ni siquiera a sus oídos, ya que los propietarios negocian de forma directa con el inquilino sin que las agencias puedan llegar a ofrecer su servicio de mediación.

En la inmobiliaria Urvasa, la temporada estival la han salvado "a trancas y barrancas". "Ha sido una tendencia a la baja, que este año se echa la culpa a la crisis, pero que también se ha dado en otras épocas", analiza Alberto, quien defiende que no ha sido un desastre de temporada pese a la alarma social existente. En su empresa las quincenas malas se han equilibrado con las quincenas que han ido mejor. Sin embargo, en septiembre sí han anotado una mayor caída de alquileres, quizá, como sospecha Alberto, propiciada por el temprano inicio del curso escolar. "Esto se veía en julio, que es cuando la gente alquila para septiembre con antelación, y vimos que no se iba a producir una reserva fuerte". Los alquileres de estancia prolongada también les favorecen ahora después de las vacaciones, cuando los obreros de Astilleros o Dragados trabajan en grandes infraestructuras y se trasladan a la ciudad de 5 a 8 meses aproximadamente, algunos incluso hasta un año. Esto provoca que se trasladen con el final del verano, cuando los alquileres son más económicos. Asimismo, con el inicio del nuevo curso escolar muchos profesores interinos también buscan alquileres en la ciudad. Respecto a las ayudas de fomento del alquiler, Alberto apuesta por ampliar esta subvención a todos los ciudadanos y no sólo a los jóvenes, promoviendo así la recuperación del sector.

"Se ha alquilado todo, no se ha quedado nada vacío", confirma Carmen, de la inmobiliaria Guadalmar, con alquileres en la Costa Oeste. Sin embargo, para ello han tenido que trabajar duro, porque los inquilinos han sido muy exigentes y han pretendido hasta el último momento bajar el precio. "Los que han venido a alquilar una casa se creían que iban a tener los duros a 4 pesetas y decían que en Madrid estaba mucho más barato. Pues oiga usted tome el sol en al Castellana", ironiza. Por otro lado, Carmen explica que la próxima temporada va a ser difícil encontrar un apartamento asequible, porque los precios son altos y las casas no están impecables. "El mercado de El Puerto de Santa María es diferente al de Cádiz porque aquí viene gente con muy alto poder adquisitivo buscando más calidad de vida. Aquí puede jugar al golf, practicar vela en Puerto Sherry o montar a caballo", esgrime.

"Hace ya tiempo que no se nota mejoría. Los propietarios no bajan los precios, lo que es un problema, y piden muchos más requisitos de solvencia económica. Aunque es normal, con lo que valen los pisos, no se quieren arriesgar a perder la casa por 300 euros", dice Montse, de Inmobiliarias Retamar, quien afirma que el propietario sigue con los mismos riesgos, pese a la nueva legislación sobre alquiler. Su oficina alquiló el año pasado una casa en Chiclana, cerca de Conil, a un inquilino que sólo pagó la entrada y desde entonces está allí sin pagar el alquiler. "El Juzgado ha dicho que ya hasta septiembre no será el desahucio, pero ya se ha llevado allí un año entero, incluida las vacaciones", apunta. "En otra época había mucha gente que alquilaba, los obreros que venían a hacer obras, pero el problema es que ya no hay trabajo", señala Montse.