Semana Santa 2023

Misericordia y Dolor, de la mano en el Martes Santo portuense

El Cristo de la Misericordia, a la salida de la Basílica de Los Milagros.

El Cristo de la Misericordia, a la salida de la Basílica de Los Milagros. / Ramón Núñez

El Martes Santo amaneció nublado en El Puerto y las previsiones apuntaban a la posibilidad de pequeñas precipitaciones hacia el mediodía, pero finalmente no llegó a llover y la tarde-noche se mantuvo con una temperatura agradable y sin sustos.

El año pasado las dos hermandades de la jornada, Misericordia y Dolor y Sacrificio, tuvieron que recogerse antes de tiempo a causa de un chaparrón imprevisto.

La primera en salir a la calle fue la hermandad de La Misericordia, conocida popularmente como Los Cerillitos, que comenzó su recorrido con más de diez minutos de retraso en la Plaza de España tras salir de la Basílica Menor de Los Milagros.

La hermandad, muy implicada en los temas sociales, discurrió en silencio durante un tramo de su recorrido, a su paso por la calle Palacios, para facilitar que las personas con síndrome del espectro autista pudieran disfrutar de cerca de la Semana Santa.Así mismo Nuestra Señora de la Piedad lucía un lazo de color verde en su palio con el lema bordado ‘Dona Vida’, dentro de la iniciativa introducida hace ya varios años para el fomento de la donación de órganos, dentro del proyecto ‘Lágrimas de Vída’.

Tras el imponente Cristo de la Misericordia, Nuestra Señora de la Piedad iba en su paso magníficamente ataviada por su vestidor, Alberto Zarzuela.

El paso de Misterio, cuyo juego de ciriales se ha restaurado este año, avanzaba a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo de la Caridad de Jerez, mientras que el paso de Palio lo hacía con la Banda de Música Maestro Enrique Galán de Rota.

Domingo Galo Ibáñez se encargaba de liderar a la cuadrilla de costaleros. Como cada año, especialmente hermoso fue el paso de la hermandad por la Plaza de Alfonso X, con el Castillo de San Marcos de fondo, y por calles como Cañas y Conejitos.

A las ocho y cuarto de la tarde, puntual, realizaba su salida la hermandad del Dolor y Sacrificio, que estrenaba este año un llamador en las andas de Nuestro Padre Jesús Cautivo, una pieza diseñada por el orfebre sevillano Jesus Domínguez y realizada por el mismo autor en bronce bañado en plata, y que ha sido donada por un grupo hermanos.

Como cada Martes Santo la hermandad del Dolor procesionaba sin música, lo que hace aún más impresionante el sonido de los penitentes a su paso por las calles del Barrio Alto, donde se espera su llegada con especial emoción. También durante la salida de la Virgen el sonido de la horquilla y los rezos invitaban al recogimiento de los allí presentes.

Los capataces del paso de Cristo eran Fernando Fernández Vélez y Manuel Cordero Gómez, mientras que los del paso de la Virgen fueron Manuel Lechuga Vaca y José Israel Bernal Güelfo.

La especial atmósfera que acompaña a esta procesión invita a que a su paso algunos fieles le dediquen saetas, con un sentimiento que rasga cada año la noche del Martes Santo. Se trata sin duda de la hermandad más singular de la Semana Santa portuense, ya que los nazarenos no visten los habituales capirotes.

Un año más el contraste entre las dos procesiones del Martes Santo enriqueció una magnífica jornada cofrade, cada una con sus devociones y su particular manera de entender la Semana Santa y la pasión de Cristo.

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