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Cultura / El Puerto

"La Compañía de Jesús tuvo detractores y benefactores, pero lo que no hubo fue gente indiferente"

El historiador Manuel Pacheco acaba de presentar su nuevo libro sobre la historia educativa de los jesuitas en El Puerto.

El historiador Manuel Pacheco acaba de presentar su nuevo libro sobre la historia educativa de los jesuitas en El Puerto.

El investigador Manuel Pacheco Albalate acaba de presentar su último estudio en relación a la historia de la Compañía de Jesús en El Puerto de Santa María. El gran especialista del devenir de los jesuitas en la ciudad portuense indaga en la génesis y el declive del primer colegio que tuvo la Compañía, construido en un imponente edificio situado en la esquina de las calles Luna y Nevería, del que faltan algunas zonas como la iglesia, que estuvo en el mismo lugar que el Teatro Principal, que sucumbió incendiado a principios de los años 80 del siglo XX. 

El libro Educación y Orígenes de la Compañía de Jesús en El Puerto de Santa María (1633-1767). El colegio San Francisco Javier se presentó en la tarde noche de este viernes, en la parroquia de San Francisco, con la asistencia de Fernando Marreno, en representación de los jesuitas de El Puerto; Antonio Aguayo, director de Peripecias Libros, donde ha sido editado el libro; e Inmaculada Fernández Arrillaga, de la Universidad de Alicante, gran especialista, como el propio Manuel Pacheco, en la expulsión de la Compañía de los territorios de la Corona española en 1767, durante el reinado de Carlos III. La profesora ha sido la encargada de prologar el libro

Aquella expulsión coincidió con el cierre de este primer colegio, cuyo edificio conserva una gran torre hexagonal en una esquina, elemento indentificativo del centro de enseñanza, que se mantuvo abierto durante 25 años. El colegio fue precursor sin duda del que posteriormente, una vez rehabilitada de nuevo la Compañía, se construyó en la calle San Francisco (ya en 1867), con fachada a la plaza del Ave María, actualmente en funcionamiento. 

Manuel Pacheco Albalate ya había organizado en 2017 un congreso internacional en El Puerto, con la presencia grandes especialistas, sobre el extrañamiento de los jesuitas, ya que la ciudad recibió a los expulsados que llegaron de la América española, "el puente de mando de toda la operación de Ultramar", que se alojaban en el Hospicio de Indias, aunque también en conventos y casas particulares, permaneciendo en la localidad hasta su salida hacia el exilio en Italia.

El Puerto de Santa María contaba entonces con 14.000 habitantes y llegó a recibir 2.268 jesuitas en pocos meses, que Pacheco ha documentado con sus biografías individuales. Al menos 108 murieron en la ciudad y fueron enterrados en la ermita de Santa Clara (calle Cruces), donde recibió incluso sepultura Tadeo Henis, jesuita que luchó a favor de los indígenas, retratado en la película La Misión. Los jesuitas han marcado el carácter de El Puerto, algo de lo que está convencido Manuel Pacheco: "Por supuesto que sí, porque la Compañía de Jesús tuvo muchos detractores y muchos benefactores, pero lo que no hubo fue gente indiferente". A lo largo de la historia, sería expulsada en varios ocasiones de España.

Este nuevo libro era una deuda que tenía el antiguo director del colegio público José Luis Poullet, para completar sus investigaciones, lo que le ha llevado a recorrer numerosos archivos y bibliotecas, incluida la Biblioteca Nacional o la Real Chancillería de Granada, además del Archivo Histórico Municipal y archivos gaditanos. 

El nuevo trabajo ha traspasado fronteras, según reconoce, y ya le han escrito desde el archivo de la Compañía de Jesús en Roma para que les reserve algún ejemplar del libro, aun cuando este trabajo se centra sobre todo en la tarea educativa de la Compañía a través del imponente centro que construyeron en la calle Luna, que sólo edificaron cuando tuvieron garantizados los medios para su mantenimiento y el del profesorado que impartía clases en él. Aunque lamentablemente su duración fue efímera, corriendo la misma suerte que el resto de los bienes de la Compañía, siendo incautado por el Estado.

Con este trabajo, Manuel Pacheco acrecienta además su solvencia como investigador especializado en los jesuitas, un destino, el de historiador, al que llegó por casualidad tras su jubilación como profesor de matemáticas, y que le ha llevado a formar parte del Grupo de Estudios Históricos Esteban Boutelou de la UCA, la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia o la Academia de la Historia de Portugal, donde ingresó con un discurso que leyó íntegramente en portugués.    

     

 

      

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