Desescalada en el comercio / Liquidación de un negocio con estilo

Los últimos acordes de Suzette, una tienda de moda 'indie' con sello propio

  • El comercio, situado en la esquina de las calles Larga y Palacios cierra sus puertas, tras haber combinado la venta de ropa con la cultura, la música y un estilo independiente

La tienda Suzette cierra sus puertas a final de junio.

La tienda Suzette cierra sus puertas a final de junio. / Andrés Mora

La famosa polivalencia de la que tanto se habla ahora, ya estaba presente hace ocho años cuando la tienda Suzette abrió sus puertas en la esquina de las calles Larga y Palacios. Ecléctica e independiente, combinando una imagen clásica, incluso algo retro, y un diseño de vanguardia. Una combinación poco ensayada, que puede tener más o menos éxito, pero que supuso una ilusionante aventura para su promotor, David Ponce. 

El artífice de la iniciativa empresarial afirma que cuando se propuso abrir el negocio se planteó cuál sería la tienda a la que le gustaría ir pero no existía en El Puerto. Pronto tuvo la respuesta: debía ser algo más que un simple negocio de ropa, debía ofrecer un plus, un aire diferent y otros productos: libros especializados de música, discos y vinilos, camisetas estampadas por artistas locales, láminas de pintores... un compendio de la cultura 'indie' de la que él procedía y que tanto arraigo ha tenido en El Puerto.

La tienda se inauguró en octubre de 2013, pocos años después del comienzo del festival de música Monkey Week. En su interior se celebraban conciertos, y sin dejar de ser una tienda de moda "para chicos y chicas", está impregnada de la estética musical de los 60, de un estilo donde lo vintage se da la mano con una decoración más moderna que fue tomando de aquí y de allá: desde los percheros de la ropa, los maniquíes, mobiliario a medida, o los probadores que asemejan artísticos camerinos. La iluminación y el logotipo de la tienda instalado en un extremo del local, con letras de madera y obra de un diseñador gráfico, crean un ambiente especial, donde prevalece la venta de ropa pero se instalan 'esquinas culturales'. Un sello tan diferente a lo conocido que muchas de las personas que entraban en la tienda le preguntaban si era una franquicia.

Pero no, Suzette no es una franquicia, es una canción del grupo español Los Flechazos, que en más de una ocasión David Ponce, apasionado de la música, ha interpretado con su grupo Brass Buttons. En esta línea, también los carteles de películas que adornan el negocio pertenecen al género de cine ye-yé español; algunos estampadas de las camisas son del productor Paco Loco, promotor musical y dueño de un estudio de grabación, amigo personal de David, y muchos discos producidos por él se han vendido en esta tienda.

En cuanto a la ropa, una parte son marcas tradicionales, muchas de ellas españolas y también inglesas, aunque no de la última tendencia. "Un tipo de ropa especializada difícil de conseguir, que está fuera de los circuitos normales de las tiendas de moda, aunque al final manejas también marcas que son comerciales, aunque no estuviera en los patrones de la tienda. Hay gente que no quiere más de lo mismo, aunque tampoco las últimas tendencias, y yo trabajaba ese sector".  

Pero la aventura que emprendió David Ponce toca ahora su fin y en estas semanas está liquidando con vistas al cierre de la tienda a final de junio. En parte ha sido por la crisis del coronavirus, que le ha obligado a mantener la tienda cerrada casi dos meses, aunque también por la imposibilidad de compaginarla con el trabajo que realiza en Amazon, debido a las muchas horas que requiere atender un negocio de estas características. "También se cierra porque los últimos inviernos han sido complicados; aunque la primavera y el verano funcionaban bien yo estaba cansado de la incertidumbre. Me salió un trabajo y no he podido llevar las dos cosas adelante. Es duro en este tipo de tiendas. Esto funciona para la persona que lo lleva y requiere mucho tiempo y dedicación, al final le tenía que poner varias horas todos los días".

No obstante, pese al difícil trago de cerrar un negocio levantado con tanta ilusión y esfuerzo, algo positivo ha sacado de este trayecto: la fidelidad de sus clientes, que son los que están acudiendo a comprar durante la liquidación: "Al final he liquidado con gente que me ha comprado desde que abrí la tienda. He liquidado con mis propios clientes, que han sido muy fieles. Muchos de ellos son amigos que he hecho durante estos años de trabajo".    

  

                

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