Hace ya más de nueve años, en septiembre del año 2010, se inauguraba la quinta fase del proyecto Urbanismo Comercial, que convertía en peatonales zonas como la Plaza de España y la calle Pagador. Poco después, en el mes de octubre, culminaba la instalación de las cámaras de control viario que el Ayuntamiento colocó con cargo a los Fondos Estatales de Inversión Local (Feil), con un presupuesto de más de 100.000 euros.
A pesar de esta elevada inversión, las cámaras nunca llegaron a entrar en funcionamiento, por motivos que nunca se llegaron a explicar de forma demasiado convincente. Estas cámaras se colocaron en zonas peatonales como o la avenida de la Bajamar; la calle Ribera del Río a la altura de Javier de Burgos; la calle Misericordia a la altura de Luna y Larga (para controlar la carga y descarga y el acceso a garajes de la zona); la calle Ganado con Cielo (para controlar el acceso al aparcamiento subterráneo de la calle Ganado); calle Vicario con San Juan (para controlar el acceso a la Plaza de España); calle Pagador con San Francisco y Federico Rubio (para controlar el acceso a la Plaza de España desde la calle Pagador) y finalmente en la calle San Sebastián con Santa Lucía (también para controlar el acceso a la plaza de España). Precisamente esta zona del entorno de la Prioral es en la que más se nota de forma flagrante esta impunidad de los vehículos a la hora de saltarse las señales de prohibición, sabiendo que la presencia de la Policía Local es más bien escasa en la zona y que la tecnología prevista en su día no está operativa.
A nadie que circule por el casco peatonalizado de cualquier ciudad española se le ocurriría infringir una prohibición a la hora de circular por una calle peatonal, porque sabe que la multa que le espera es automática, pero en El Puerto somos diferentes.
Basta con situarse durante unos minutos en cualquier esquina de la plaza para comprobar cómo es continuo el paso de vehículos -empezando por los autobuses urbanos y otros transportes autorizados- en una zona cuyo pavimento no se diseñó para soportar el tráfico pesado.
Si a esto unimos los conductores que se saltan las indicaciones, nos encontramos con una plaza cuya solería se encuentra ya deteriorada, a pesar de que no tiene ni una década.

Dos operarios, ayer reparando losas de la Plaza de España.
Precisamente estos días operarios de una empresa privada están haciendo mejoras en la plaza, tras una reciente actuación en una finca de la zona, a causa de los daños causados en las losas de granito. Ya en el año 2014 el Ayuntamiento tuvo que acometer una reforma del nuevo suelo, antes de que terminara la garantía de la obra, debido al deterioro que habían sufrido muchas de las losas, precisamente a causa del paso de vehículos.
La peatonalización de la Plaza de España siempre ha sido un asunto polémico en El Puerto, porque aunque el Ayuntamiento diseñó en su día un plan de peatonalización, algunos de los puntos del trazado no están bien resueltos, como ocurre precisamente en este caso. Así, mientras hay calles que han funcionado muy bien con la peatonalización, como la calle Pagador -que hace de pasillo entre el centro histórico y la Plaza de Toros y es una zona que ha ido ganando vida- otros puntos como el último tramo de la calle Palacios o parte de la calle Santo Domingo se han quedado como auténticos culos de saco, quedando también otras calles como Santa Lucía sumamente desaprovechadas.
Hace unos años incluso hubo un movimiento ciudadano que apostó por la reapertura parcial de la plaza, al menos para la ‘ele’ que conforma la delantera de la Prioral con el último tramo de la calle Palacios, aunque finalmente no se llegó a materializar esta propuesta.
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