Las obras del aparcamiento subterráneo de Pozos Dulces van camino de convertirse en un monumento más de la ciudad, un monumento a lo que no debe ser un proyecto público y a cómo no deben hacerse las cosas cuando una empresa municipal se embarca en un proyecto de tal magnitud.

Las obras actualmente en marcha para la construcción del aparcamiento subterráneo comenzaron a finales del año 2016, pero ya desde casi dos años y medio antes, desde el verano de 2014, la explanada de Pozos Dulces estuvo levantada a causa de las excavaciones arqueológicas.

Como se recordará el proyecto inicial del anterior equipo de gobierno, formado por Partido Popular y Partido Andalucista, era ejecutar dos aparcamientos -uno en la explanada de la Plaza de Toros y otro en Pozos Dulces- con cargo a un sistema de financiación mediante el que hay que devolver el préstamo recibido con intereses, mediante los propios beneficios que genere el aparcamiento.

Otra imagen de los trabajos, con la cubierta del futuro parking ya muy avanzada.

El anterior equipo de gobierno pudo haber empezado la construcción de los parkings, aunque en su momento no interesó arrancar el de Pozos Dulces -que era el que tenía el visto bueno de la Junta de Andalucía- antes de las elecciones de 2015, debido a que varios de los partidos de izquierdas que concurrieron a esos comicios hicieron de su oposición esta obra uno de los pilares de sus respectivas campañas electorales.

Un proyecto que quedó atado en el anterior mandato municipal

Así las cosas, y tras la formación de un gobierno tripartito encabezado por el PSOE y formado también por Izquierda Unida y Levantemos El Puerto, una de las primeras papeletas a las que se enfrentaron los nuevos mandatarios municipales fue precisamente la decisión de si acatar o no el proyecto que había dejado atado, y bien atado, el anterior equipo gobernante.

Tras un sinfín de reuniones con la empresa Ged Capital -la que gestionó la llegada de los fondos Jessica-, con la constructora Gyocivil y con las empresas Impulsa El Puerto e Impulsa Aparca -esta última la promotora del proyecto-, y no sin haber celebrado también varios encuentros ciudadanos en los que se estuvo mareando la perdiz de si aparcamientos sí o aparcamientos no, finalmente fue en septiembre de 2016 cuando el tripartito decide tirar por el camino de enmedio y ejecutar solamente uno de los aparcamientos, el de Pozos Dulces, ante la imposibilidad de anular por completo los contratos que ya se habían firmado con los gestores de los fondos y la constructora.

Antes, en el mes de junio, Levantemos El Puerto fue expulsado del gobierno municipal precisamente por su negativa a apoyar, en una Junta de Gobierno Local, la concesión de la licencia de obras para el parking de Pozos Dulces.

Ya con Levantemos fuera del gobierno, en aquel momento el equipo de gobierno definió el acuerdo como “el menos malo de los posibles”, explicándose que el dinero que se dejaba de invertir en el parking de la Plaza de Toros se destinaría a efectuar mejoras en la cubierta del de Pozos Dulces, que en un principio figuraba en bruto en el proyecto inicial.

Las obras arrancaron y se dio como primera fecha de conclusión el mes de enero de 2018, retrasándose posteriormente estas previsiones en varias ocasiones por distintos problemas surgidos durante la ejecución de los trabajos. Algunos de ellos fueron contratiempos propios de una obra de estas características, pero otros han tenido que ver con los problemas de financiación que aún no están del todo resueltos, y con los tiras y aflojas entre las distintas partes implicadas en este proyecto.

Las obras arrastran un enorme retraso desde su comienzo, en noviembre de 2016

A duras penas las obras han ido avanzado pero llevan un gran retraso con respecto a los planes iniciales. Hasta el momento ya se han ejecutado las paredes del futuro parking y se han instalado los 113 pilotes que sostienen la estructura, pero no se han terminado aún las obras de la cubierta -que deberían estar concluidas este mes, según las últimas informaciones facilitadas por los promotores- para proceder acometer después el vaciado de toda la superficie del futuro aparcamiento.

En su momento se escogió la oferta presentada por Gyocivil porque, pese a ser más complicada que otras propuestas, permitía trabajar a la vez en el interior del parking que en la superficie, mediante el sistema denominado ascendente-descendente. A fecha de hoy, no se sabe cuándo va a empezar el vaciado de tierra y nadie se atreve a pillarse los dedos dando una posible fecha de conclusión de las obras. La última fecha aproximada es la de diciembre de este año, aunque se dice con la boca pequeña.

Nadie oculta tampoco que a la obra le puede faltar dinero para su conclusión, ya que no se han terminado de solucionar los problemas de financiación que se vienen arrastrando. Así las cosas, habrá que seguir esperando para saber qué alcalde cortará la cinta del nuevo aparcamiento de Pozos Dulces.