Ni el levante os respeta
Doña Cuaresma
Llevo como un mes escuchando a la Lola Lolita Lola que el carrusel de coros del Paseo Marítimo va a ser un pelotazo. Que si la estampa, que si los tangos meciéndose con las olas, que si la cerveza de La Marea está más fresquita que la de los bares de la plaza. Pues hala, toma levantera. Llegó el comandante y mandó parar. Ja. Si es que ni los vientos os respetan ya. Todos para casa, ahí, arrumbados en la plaza, castigados dando vueltas uno detrás de otro mirando a la pared en vez de contemplando el Atlántico. Yo os hubiera puesto a cada uno un capirote con papel del Diario y dos orejas de burro, como a los golfillos en el colegio. Claro que os habría durado el tiempo que Don Levante se lo llevara volando, porque lo que soplaba este viernes era viento de cuatro flechas, un arco y hasta un indio sioux salido de la reserva en un caballo tordo.
Desde luego de la levantera no se le puede echar la culpa a las orejas del zeñó arcarde. Otra cosa no, pero comprometido con el Carnaval está. Que la ciudad se queda sin pliego de limpieza, bah, menudencias; que la Viña se llena de apartamentos turísticos, bah, to fuera eso joé; que Martín Vila va por libre y le torpedea los proyectos, bah, pelillos a la mar. Qué gran estadista er Kichi. Y mientras, Cádiz languidece en el peor Carnaval que se recuerda -cosa que hace que no se me borre la sonrisa de la boca ni cuando me llaman para que me cambie de compañía telefónica a la hora de la siesta-, el sucesor de Salvochea de campaña andaluza con la piba. Ole tú.
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