Milián Oneto ha elegido esta foto en El Bartolo, en la Casería de San Fernando, uno de sus lugares predilectos por su autenticidad y el cariño de su personal, a donde acude cada vez que puede y lleva a todos sus amigos que vienen de fuera.

–¿En qué escenario le gustaría actuar?

–Pues me gustaría volver al Falla con mi comparsa.

–Digo más allá del Carnaval...

–Pues la verdad es que mi sitio en la música es de corista y como tal he pisado grandes escenarios en la última gira que hice con José Mercé, antes de quedarme embarazada. He actuado en el Palau de la Música, el Auditorio Nacional en Madrid, el Teatro Romera de Murcia...

–¿Y en solitario dónde le gustaría cantar?

–No tengo estas aspiraciones, de momento. Yo empiezo con los boleros porque profesionalmente tuve que parar cuando me quedé embarazada, y lo necesitaba para volver a tomar oxígeno y realizarme. Por eso fue tan significativo para mí el Carnaval y la comparsa, porque me rescató en un momento dado, igual que más tarde lo hizo la radio. Nunca pude imaginar que iban a unirse mis dos pasiones en una: la radio y el Carnaval.

–Un momento inolvidable en la radio.

–Cualquier momento con mis compañeros. Lo pasamos muy bien, es gente joven, con ganas y una ambición preciosa por superarnos como equipo. Es un equipo de verdad. Y llegar al final del día al palco de la Ser con todo lo que cada uno lleva en la mochila sirve para desconectar en ese tiempo tan concentrado. En ese sentido me recuerda a los ensayos de la comparsa.

–¿Con quién haría un dueto?

–¿Puedo soñar? (ríe) pues con Ana Belén, Marc Anthony, Paquito de Rivera y con Omara Portuondo sería el top.

–¿Qué música escucha?

–Boleros, filin cubano, fado, flamenco, latin jazz sobre todo, pop americano, funky, pop inglés y, por su puesto, Carnaval, que soy muy jartible.

–¿Y qué libros hay en su mesita de noche?

–Pues tres. ‘Mujeres que corren con los lobos’, ‘Cádiz: cuna de dos cantes’ y la revisión biográfica del Tío la Tiza, estos dos últimos de Javi Osuna.

–¿Cuál es su mayor locura?

–Ser madre.

–¿Y un rincón para perderse?

–Cádiz, siempre Cádiz.