Miguel Ángel Fuerte suma más de 40 Carnavales sobre las tablas del Teatro Falla como regidor de escena, labor que desempeñará por última vez este concurso debido a su próxima jubilación. Entre los metros cuadrados que ocupa la caja escénica de este teatro, la que ha sido su segunda casa todos estos años, ha sincronizado los tiempos de más de 4.000 agrupaciones, cada una con sus atrezzos y forillos, durante las sesiones maratonianas y tantas veces a contrarreloj que cada año moldean el tan singular concurso del COAC.

Ahora que llega su último certamen en este importante papel que le legó su padre, del que aprendió todos los pormenores de la profesión desde que a sus 15 años empezó a acompañarlo al teatro, 'Diario del Carnaval' quiere brindarle su particular homenaje entre las cientos de anécdotas que junto a él han vivido numerosos carnavaleros que a través de estas líneas compartirán sus vivencias. Sus valiosas indicaciones para que todo saliera a la perfección se han fusionado todos estos años con risas, bromas, algún tono elevado que otro e incluso cameos y letras que no pocas agrupaciones le han ido dedicando cada Carnaval.

El primero en entrar en esta escena-homenaje es Juan Lucena, que como Fuertes, acumula cuatro décadas de Carnaval, pero en el coro de Julio Pardo. El aprecio se multiplica porque aparte de haber sido el regidor durante todos estos años, también salieron varios carnavales juntos precisamente en este coro. Porque sí, a Fuertes le gusta el Carnaval, sobre todo esta modalidad, y se atrevió incluso a compatibilizar el trabajo de regidor de escena con el de concursante en las filas de Pardo, primero con 'La tía Norica' en el año 83, hasta 'Quédate con mi copla 1ª y 2ª parte', una década más tarde.

De aquellos años a Lucena se le viene a la cabeza a priori aquel inolvidable viaje con el coro a Cuba el año de 'El callejón de los negros', "quince días estuvimos allí", y se muere de risa cuando recuerda cómo clavó las chanclas de "un compañero del coro mixto 'Watussi' a la tarima con unas puntillas, un componente que antes salía con nosotros".

Anécdotas han vivido muchas juntos, y se acuerda perfectamente el ajetreo de Miguel Ángel Fuertes cuando compatibilizaba coro y su trabajo en el Falla, "cuando se cambiaba corriendo para salir en el coro y luego se iba porque era el regidor de escena y tenía que estar atento al trabajo".  Y por su puesto "sus gritos, a esta hora abajo, nos decía a todos, se le mandaba un poco lejos y ya está", comenta entre risas Juan Lucena.

Una labor imprescindible la que durante décadas ha desempeñado el mítico y discreto regidor de escena, "pues se conoce a la perfección todos los deje manejes, todos los pormenores de cada agrupación, también sus carencias, y siempre ha estado muy atento a lo que cada grupo necesita, tanto en la previa como en la entrega de material en el escenario. Con él no hay problemas, siempre resuelve todo", asegura. Así que sin dudas "se le echará mucho de menos, y se lo dije hace poco que lo vi durante las navidades".