El tipo. Los ángeles del fresco del techo del Gran Teatro Falla. Las coplas. Los ángeles que coronan el templo se transforman en comparsistas para cantarle a Cádiz. Una excusa divina en forma de vuelta de Juan Fernández al Concurso con una comparsa cuyo concepto no se presta para sacarle mucho jugo por reconocible, por lo que el repertorio no pasa más allá de la corrección carnavalera, pero con poco recorrido. Alegre de primeras en la presentación, que sirve como excusa para contar que viven en un paraíso que es Cádiz, este tono divino se intenta mantener en los pasodobles. Aunque la música comienza sencilla, el giro brusco que da en su parte central hace que se diferencie demasiado del inicio y del final. La primera copla redunda en la idea del tipo al presentar un teatro que es “el cielo y mi paraíso”. Tocan en la segunda copla, también solo correcta, el tema de la candidatura del Carnaval como Patrimonio de la Humanidad, un reconocimiento que para ellos está en “cada corazón de la afición”. La divinidad desaparece en los cuplés, en los que Vizcaíno regala un telescopio a los socios para que vean estrellas y no creían que el pasado año iban a ver el tranvía en funcionamiento. Aunque el comienzo del popurrí es curioso con la historia del Falla, con su desarrollo se empieza a desinflarse al centrarse en el Carnaval.

Aceptable

La previa

Juan Fernández retoma su trayectoria en el mundo de la comparsa cinco años después de tomarse un largo descanso. El duro palo que recibió la comparsa 'Dios salve a la reina', que no consiguió superar el primer corte del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla, hizo que abriera un largo periodo de reflexión que se ha roto para este 2023, en el que compondrá el repertorio de la comparsa 'Una excusa divina'.

Al frente de este proyecto estará Ernesto Argibay Galleguito como director. Fernández y Galleguito han compartido comparsas como 'El rey burlón' (su única final en 2013) y 'La comparsa perfecta'. 

Juan Fernández ha tenido una larga y variada trayectoria carnavalera que ha pasado por varias etapas. A finales de los 80 y principios de los 90 participó como autor en el auge de las agrupaciones infantiles y juveniles con comparsas como 'Burgaíllos y caracolas', 'Su vida en mis manos' o 'La fragua', mientras que era componente de comparsas como la de Pedro Romero o la de Antonio Martín.

En 1993, dio el salto a adultos con 'La gaviota'. Posteriormente, comenzó a trabajar con la comparsa de Paterna con propuestas como 'Tango', 'Los de pueblo', 'Los críticos de la radio', 'La ciudad encantada' y 'La obra'. Tras un breve paso por Algeciras, su regreso a la capital lo realiza en 2002 con la comparsa juvenil 'Los alegría' (primer premio), volviendo con una comparsa gaditana a adultos con 'Los novatos' en 2003. De esta etapa, destacan comparsas como 'Los elementos', 'Los capitales' o 'La imposible fábrica de los sueños', antes de embarcarse como director de comparsa de Juan Carlos Aragón como 'Noches de bohemia' o 'Los príncipes'. A la par, también trabajó con comparsas mixtas como 'Cabaret', 'Gatos: la revolución de los felinos' o 'El sueño de una noche gaditana', entre otras.

Su última etapa con comparsa propia la inició con 'Los bailarines' (2012), dando sus mayores frutos al año siguiente con el tercer premio de 'El rey burlón'.