Carnaval de Cádiz

La Bella Italia, la casa de los premios

  • La popular pizzería lleva desde los años 80 acogiendo a los aficionados que se congregan en sus alrededores para oír los veredictos del jurado

  • Su propietario, Antonio García Saltares, recuerda como hasta 'Las viudas' oyeron su primer premio dentro de su local

Antonio García Saltares, en el interior de su restaurante la noche del pasado martes.

Antonio García Saltares, en el interior de su restaurante la noche del pasado martes. / Lourdes de Vicente

En la ciudad de Cádiz. Ojú. Sólo oír esa frase a algunos le entra el tembleque. Es el ritual añorado y temido a partes iguales. Aparecen los miembros del jurado, con su presidente a la cabeza, y los aficionados sufren un aumento del ritmo cardíaco, las mejillas se sonrojan y la tensión sube. Emoción y miedo se dan la mano en el escenario del Falla y... también, en otros lugares igual de tradicionales. Uno de los que puede presumir de llevar más año como testigo de excepción es la pizzería La Bella Italia, en plena plaza de Fragela donde muchos aficionados y componentes se congregan, antes transistor en mano y ahora pendientes de la televisión también.

Esta noche el Concurso vivirá la primera de las noches de cuchillos largos. Al filo de las dos de la mañana Eugenio Mariscal y sus hombres y mujeres serán los protagonistas, los que digan las verdades en el escenario. Fuera, otro hombre será el que corta el bacalao, las pizzas más bien, Antonio García Saltares, propietario de La Bella Italia y del restaurante La Bodega, en el Paseo Marítimo. "Abrí La Bella Italia en la década de los 80, cuando había muy pocas pizzerías en Cádiz. Lo hice con un socio italiano, aunque tengo que reconocer que a mí ya me encantaba la comida del país transalpino. Luego él se desvinculó del negocio por diferentes motivos y yo continúe hasta ahora", nos dice Antonio.

"El secreto de nuestras pizzas es una masa hecha de manera artesanal"

Como buen gaditano, García Saltares también ha estado vinculado al Cádiz CF como consejero, y ha colaborado en multitud de iniciativas ciudadanas. Por ello tiene multitud de anécdotas, muchas de ellas relacionadas con el Concurso, y más concretamente con la noche de la Gran Final. "Recuerdo que los componentes de la chirigota 'Las viudas de los bisabuelos...' se metieron en la pizzería para escuchar el veredicto del jurado. Corría el año 1994. Todavía disfrazados querían escuchar los premios y pensaron que no había mejor sitio que mi local, lo que pasa es que tras ellos entró tal cantidad de gente que quería ver como posiblemente se llevaban el primer premio, como al final sucedió, que tuvimos hasta que cerrar las puertas".

Con el paso de los años, La Bella Italia no ha cambiado mucho su fisonomía y además se mantiene fiel a la tradición. "El secreto de nuestra carta son productos de primera calidad y en las pizzas una masa realizada de manera totalmente artesanal. Eso la gente sabe valorarlo", dice Antonio.

Cada noche son decenas y decenas los platos que se preparan en el restaurante y también las pizzas que se entregan a domicilio. "El servicio de domicilio lo tenemos abierto hasta la una de la mañana, pero luego con el restaurante intentamos aguantar hasta que acaba la función".

La Gran Final ya es otro cantar. "Eso se ha convertido en un gran botellón", lamenta Antonio. "Antes aguantábamos casi hasta el final, porque es una noche especial y la gente sale del teatro a tomar algo, pero es que últimamente nos cuesta trabajo porque la plaza se pone imposible. A ver qué pasa este año. El Carnaval de Cádiz son las coplas más que las copas, pero eso mucha gente que viene de fuera todavía no lo asume".

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