El resumen de la fase preliminar

Balance COAC 2023 | Sin perdón ante el machismo

Chirigota 'Sin perdón'

Chirigota 'Sin perdón' / Jesús Marín

Parecía que el Concurso del Gran Teatro Falla de 2023 se iba a desarrollar, a priori, sin polémicas relevantes tras el intenso certamen que se vivió la pasada primavera. Aunque siempre sucede algo que le da salsa al mes de competición y que sirve de tema recurrente, lo sucedido en la fase preliminar que acaba de finalizar sobrepasa al propio Carnaval, situándose en la esfera de lo social.

La triste protagonista de esta preselección ha sido la chirigota malagueña 'Sin perdón' por dos cuestiones: un repertorio de contenido casposo y machista, y un triste incidente que ocurrió en los camerinos del Gran Teatro Falla. 

Centrándonos solo y exclusivamente en lo que se vio en las tablas, y teniendo muy claro la repulsa que generan las actitudes machistas y los insultos que han sufrido las comparsistas de 'El veneno del rincón' tras haber denunciado públicamente los hechos que sufrieron, lo primero que debe quedar claro es que las agrupaciones que participan tienen una gran responsabilidad social sobre lo que cantan y cómo lo cantan. 

El COAC se ha convertido en un enorme altavoz para contar y denunciar toda problemática social a través de la crítica y el humor. Dentro de la defensa de la libertad de expresión que impera en el Carnaval de Cádiz –porque, entre otras cosas, permite que cualquiera pueda cantar lo que le dé la gana–, no es de recibo que aún se interpreten repertorios que perpetúan los roles machistas. 

A pesar de los pasos que poco a poco ha dado la fiesta, todos los años se acaban colando letras de dudoso gusto en las que se sigue incidiendo en estereotipos y en el sometimiento del hombre sobre la mujer. 

En el caso de la chirigota 'Sin perdón', que representa a unos hombres que no saben por qué su mujer está enfadada y que intentan que reconciliarse con ella, el repertorio muestra una constante actitud machista. Partiendo desde el propio concepto de las relaciones hombre-mujer, son muchos los detalles deleznables que no se pueden considerar como humor y sí como unos estereotipos que ya deberían haber sido eliminados de muchas mentes, pero que, por desgracia, siguen vigentes. 

Ejemplos existen muchos. Ya al inicio del repertorio el hombre le regala una plancha a la mujer (sic), acabando en la cabeza del hombre junto a un montón de objetos. Es decir, cuando hay un enfado, se perpetúa el histerismo y que te puedan tirar de todo. 

Más adelante, en el primer pasodoble, en su ¿intento? de hacer humor, caen en uno de los ejemplos más burdos del machismo al hablar de que antes de estar enfadada su mujer se encargaba de preparar la comida y cuidar de los niños en la playa mientras que él miraba a otras mujeres, pero ahora que está enfadada, cambian los papeles. ¿En qué cabeza caben estos roles? ¿De verdad que este es el mensaje y la educación que se quieren transmitir? Ya en el popurrí, el remate es la cuarteta de los tocamientos a su mujer sin consentimiento cuando está dormida porque llevan mucho tiempo sin hacer el amor. 

Si no hubiera sucedido la posterior denuncia de las comparsistas de 'El veneno del rincón' sobre lo ocurrido en camerinos, lo más probable es que este repertorio hubiera pasado totalmente desapercibido por su ínfima calidad. Sin embargo, ha tomado la notoriedad que no necesitaba. 

Con todo, el Carnaval de Cádiz debe ser el primero en autoprotegerse de estas actitudes para, primero, reprobarlas con la condena más enérgica y, posteriormente, no repetirlas. Más si cabe cuando la fiesta aspira a ser declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. 

En este caso, se sigue echando en falta la capacidad crítica del público que acude al Gran Teatro Falla, con una mayor permisividad de un tiempo hacia acá. Hace años, esta actuación se habría culminado con una gran pajarraca del Gallinero. A veces malvado, a veces injusto, pero en la mayoría de las veces poniendo a las agrupaciones en su sitio, el público decidía qué valía y qué no tenía una calidad mínima para subirse a las tablas. Cualquier tiempo pasado fue mejor en este aspecto ya que el escarnio público hacía que, en muchas ocasiones, los grupos se lo pensaran más de una vez lo que significa participar en el COAC. 

En este asunto, es muy importante el papel que juegan los medios de comunicación. La figura del crítico/cronista/comentarista de Carnaval suele ser denostada por una buena parte de los actores de la fiesta al no aceptar las críticas. Esto es algo normal debido a que a nadie le gusta que le digan que algo de lo que forma parte está mal. Sin embargo, la crítica es necesaria dentro de un Concurso como el del Falla que aspira a la excelencia. Además, también sirve para denunciar repertorios tan nefastos como este e intentar evitar que se vuelvan a ver sobre el escenario.

El pasado miércoles, la chirigota 'Sin perdón' se estrenó en el Concurso de Málaga. Como era de esperar, hubo recadito para Cádiz y justificación del repertorio. Una determinación que es una huida hacia delante en vez de una parada para la reflexión. 

Al final, de toda esta historia el principal perjudicado no es el Carnaval de Cádiz. Quien sale herido de esta historia es el propio Carnaval de Málaga, que lleva años intentando tener un mayor auge y cuya respuesta ha sido hacer piña con este grupo. Es decir, no ha aprendido la lección, sino que se ha acabado arremetiendo contra el Concurso del Falla, que por experiencia, importancia y calidad cuenta con unas bases más que sólidas para defenderse ante este tipo de polémicas, en las que los argumentos se sustentan en que estas reacciones se producen porque la agrupación no de es de Cádiz, algo totalmente alejado de la realidad. Por suerte, Cádiz acaba poniendo a todas las agrupaciones en su sitio, sean de aquí o de Santoña.

Aun así, Cádiz no debe despistarse porque estas actitudes se siguen produciendo con mucha asiduidad, por lo que hay que estar atentos para seguir denunciándolas. Humor se puede hacer de todo, pero una cosa es hacer humor y otra perpetuar el machismo. 

Por último, una de las cosas que se ha leído en los últimos días es que a lo largo de la historia del Carnaval de Cádiz se han sucedido repertorios machistas. Es cierto, pero solo a medias, ya que no se pueden evaluar con las gafas de la actualidad coplas de hace 30 o 40 años con una sociedad muy diferente. Un ejemplo fue lo que sucedió en 1986, año en el que se cantaron muchos cuplés al SIDA, todos ellos muy basiquitos con chistes del tipo "nos vamos a quedar sin maricones" o "el culito a la pared". En estos años, la sociedad ha evolucionado, por lo que sería inconcebible que esto se repitiera. Pues lo mismo con el machismo.

Cambio de roles en el Concurso

Dejando a un lado esta polémica, la fase preliminar del COAC 2023 ha demostrado que el presente certamen no tiene absolutamente nada que ver con el que se celebró la pasada primavera. De hecho, en términos de calidad, ha habido un cambio de roles, ya que si en mayo fue la comparsa la que tuvo una competición mucho más reñida, este año es el turno de la chirigota.

Esto se debe principalmente por una cuestión numérica. En 2022, no faltó ningún autor relevante en la modalidad de comparsas, mientras que la chirigota sufrió a causa de las bajas. 

El coro 'La voz'. El coro 'La voz'.

El coro 'La voz'. / Miguel Gómez

Sin embargo, en el presente año no han estado presentes las comparsas de Kike Remolino, David Carapapa o Fran Quintana, entre otras, lo que se nota en el número de aspirantes. Al contrario, el regreso de varios autores ha elevado el nivel medio de las chirigotas. 

Con todo, la sensación generalizada es que el incremento de la calidad en ambas modalidades llega por abajo, en donde la competición se ha apretado aún más por un puesto en cuartos e, incluso, han aparecido aspirantes con los que en principio no se contaba para un lugar en semifinales. 

En coros, también la cuestión numérica, con el regreso de Julio Pardo y Nandi Migueles, ha provocado un aumento de la competencia por un puesto en la final, aunque el principal problema de la modalidad, junto a la guerra de estilos, sigue siendo la ausencia de nuevos valores que le den vida. 

Mención aparte merece el cuarteto, que en este año se encuentra en la UCI por la participación de solo cuatro agrupaciones, solo destacando 'Escuela Taller de Gladiadores El Pópulo'. Por el bien de la modalidad, esperemos que esta situación sea pasajera, vuelvan los que se fueron y lleguen nuevos cuartetos.

La hora de la nueva generación

Una de las frases más repetidas cuando se habla del Concurso del Falla es que no existe relevo generacional en cuanto a los autores. Sin embargo, poco a poco está llegando el momento de los nuevos creadores, algunos de ellos ya instalados en la clase alta y otros ya empiezan a llamar a la puerta.

Cuarteto 'Escuela de Gladiadores el Pópulo' Cuarteto 'Escuela de Gladiadores el Pópulo'

Cuarteto 'Escuela de Gladiadores el Pópulo' / Jesús Marín

Más allá de las vacas sagradas y con una larga trayectoria, autores como Manolín Santander, Carlos Pérez, Jonathan Pérez Ginel, Antonio Pérez Fuentes el Piru, Sergio Guillén el Tomate, Germán García Rendón o Rubén Cao, entre otros, cada vez son más importantes. A estos hay que sumar las incorporaciones recientes de otros como Marta Ortiz, Miguel Llull o Manuel Cornejo. 

Como todo proceso, todo es cuestión de tiempo y experiencia, pero el camino se sigue andando para garantizar el futuro de la fiesta. Muchos de ellos ya han tocado finales, por lo que ya les ha llegado el momento de tomar las riendas de la fiesta. 

El problema de las preliminares

Todos los años se debate sobre la necesidad de realizar cambios en el reglamento para mejorar el Concurso. Partiendo de la premisa de que el COAC es el que es y no necesita una reforma profunda que lo acabaría desvirtuando, siempre se pueden realizar cambios que lo enriquezcan. 

La experiencia de los últimos años vuelve a demostrar que el principal problema que tiene la primera fase del certamen es que las puntuaciones no arrastran, por lo que todos los grupos parten de cero desde cuartos de final. 

Comparsa 'El cantón independiente (que vivan las mujeres de Cádiz)' Comparsa 'El cantón independiente (que vivan las mujeres de Cádiz)'

Comparsa 'El cantón independiente (que vivan las mujeres de Cádiz)' / Jesús Marín

Esto está provocando que la preselección se esté convirtiendo en un mero trámite que deben superar los grupos para avanzar en el Concurso, cantándose en ella las letras de relleno y repitiéndose los temas. 

Si se quiere mejorar la competición, es imprescindible que las preliminares vuelvan a contar para los premios. Más si cabe cuando en esta edición el jurado ya tiene potestad para deliberar y variar las puntuaciones tras las diferentes actuaciones. Esta era una queja de los jurados debido a la ausencia de un baremo al inicio del COAC, lo que provocaba que algunas agrupaciones fueran infravaloradas y otras fueran sobrevaloradas sin poder hacer cambios. 

Una vez solventado este asunto, ya no tiene sentido que las puntuaciones no arrastren al evitar el error. Por ello, si se quiere mejorar la calidad de la primera actuación y convertir el COACen una carrera de fondo, se debe recuperar el arrastre de las puntuaciones. 

Por otra parte, ha sido un acierto que la fase preliminar haya durado 15 días frente a las casi tres semanas de años anteriores. Esta decisión, igual que la de rebajar un día los cuartos y las semifinales, se debe mantener para las próximas ediciones siempre que los números lo permitan. 

Lo que sí necesita una pensada es el establecimiento de topes máximos por modalidad en cada uno de los cortes, ya que esta norma coarta la libertad del jurado para decidir quién se merece pasar a la siguiente fase. Dependiendo del año, una modalidad puede ir más fuerte que el resto y al año siguiente puede ser otra, además de que al tomarse la decisión con la elaboración del reglamento puede suceder lo que ha pasado con los cuartetos, que han contado con más puestos reservados para cuartos y semifinales que participantes. O que el jurado vuelva a no imponer su criterio y meta a 12 coros en cuartos cuando no existe la calidad suficiente para llegar a este número.

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