CÁDIZ | ucam murcia

De la vergüenza al alivio (2-2)

  • El cuadro gaditano despierta tras el descanso después de un desastroso 0-2 en la primera parte y salva un punto, que sabe a poco, gracias a los goles de Carlos Álvarez y Peragón.

Un solo punto en casa en este tramo de la temporada sabe a tan poco, tiene tan escasa utilidad que al Cádiz no le vale nada más que para continuar metido en el barro de la dura pelea por la salvación y dar por casi finiquitado el sueño de los play-off. Y eso que el empate es un mal menor después de verse abocado a levantar un 0-2 con el que se marchó al intermedio frente al modesto Universidad Católica de Murcia (UCAM). El penúltimo clasificado dio un baño a los locales en los 45 minutos iniciales, pero se echó atrás después el descanso y apenas pudo capear el temporal de un equipo amarillo que estuvo cerca de darle la vuelta a la tortilla.

El Cádiz, en una suerte de Doctor Jekyll y Mister Hyde, mostró las dos caras de la moneda con dos partes radicalmente opuestas. Tiró a la basura una primer acto vergonzoso en el que rebasó con creces los parámetros de la ridiculez hasta el punto que llegó a recordar a aquel conjunto que en noviembre manchó la historia del club con aquella derrota ante el Arroyo (2-5). Sin embargo, los pupilos de Raúl Agné reaccionaron tras el descanso con una segunda mitad sin tregua en la que al menos evitó una derrota que hubiera sido tan sonrojante como preocupante en la recta final del campeonato.

El empate despeja las dudas de los que todavía pensaban, a estas alturas del curso, que el Cádiz estaba a tiempo de agarrarse a la fase de ascenso. La permanencia es el único objetivo palpable a falta de once jornadas para el epílogo de una triste campaña para el cadismo.

Raúl Agné sorprendió una semana más con la alineación. Dio entrada a Jorge Luque, que estrenó titularidad, pero en lugar de sacrificar a un hombre del centro desplazó a Granell a la banda izquierda. Más sorpresa todavía causó la puesta en escena de Belencoso entre los titulares y la suplencia de Carlos Álvarez. El espigado delantero, que no contaba para el entrenador hace un mes, fue la opción preferida como acompañante de Peragón en ataque en lugar del asturiano, que llegó a finales de enero con la vitola de goleador y en cambio no está gozando de la confianza del míster.

Desde los primeros compases quedó claro que el encuentro no iba a ser nada fácil para el conjunto amarillo. El cuadro universitario, con la lección aprendida y sin nada que perder -a nueve puntos de la permanencia-, presionaba la salida del balón de los locales, que se veían obligados a jugar balones largos que no conducían a nada. Los pupilos de Luis García Tevenet estaban mejor posicionados y demostraban tener las ideas mucho más claras que los amarillos. Daba la sensación de que tenían más ganas y, por supuesto, mucha más dignidad que un equipo local abonado a la más absoluta nadería.

Las ocasiones brillaban por su ausencia hasta que a los 20 minutos Peragón cabeceaba el esférico al larguero tras un córner botado por Jorge Luque. El UCAM devolvía el palo tres minutos más tarde, cuando Pico remataba al poste saque de esquina. En la posterior contra vertiginosa, Belencoso mandaba fuera un disparo cuando lo tenía todo a favor para poner por delante a su equipo.

La Justicia y el fútbol se aliaban para premiar al conjunto visitante, que cobraba ventaja en el marcador al filo de la media hora merced a un regalo de la defensa gaditana. Rodri controlaba el balón con el pecho dentro del área a la salida de un saque de esquina y marcaba sin oposición muy cerca de la portería.

Diez minutos más tarde, con el Cádiz noqueado, el UCAM volvía marcar, esta vez gracias a una obra de arte de Titi. El delantero ponía la sexta marcha, se escapaba por velocidad por el centro de la defensa y batía a placer a Aulestia. Albentosa pareció una tortuga al lado del atacante, que encontró abierta la puerta de la zaga para meterse hasta la cocina.

Los anfitriones se marchaban al descanso sin haber sudado la camiseta. No habían ganado un balón dividido y, lo peor, habían dado todas las facilidades a un rival que había sido superior.

Agné dejaba a Fall en el vestuario en el intermedio y daba entrada a Calderón en busca de la remontada. Los murcianos, con una cómoda ventaja en el marcador, daban un paso atrás a la espera de que el cronómetro hiciera el resto frente a un  Cádiz que, obligado por las circunstancias, echaba el resto con Jorge Luque a los mandos de la nave y Álex Granell algo más entonado tras su desafortunada estancia en la banda izquierda en la primera mitad.

Los locales acorralaban al rival pero faltaba la guinda del gol hasta que el técnico daba por fin minutos a Carlos Álvarez. El delantero salía con las pilas cargadas y se convertía en el revulsivo que necesitaba el Cádiz. Era el asturiano el que, a los tres minutos de su ingreso en el campo (en el 63) acortaba distancias con una definición perfecta. El ariete recibía un servicio de Calderón en el interior del área, controlaba el esférico con el pecho y ponía el balón dentro de la portería de una certera volea con la bota derecha.

El gol despertaba a un Cádiz que vivía sus mejores momentos y empezaba a creer en la remontada ayudado por una afición que apretaba desde la grada. Josete rozaba el empate con una falta desde el mismo lugar que dio la victoria ante el Villanovense, aunque esta vez se topaba con un acertado Ruyales, que desviaba a córner. No era el defensa, sino Peragón, el que igualaba la contienda en el minuto 78 con un cabezazo tras el tercer saque de esquina consecutivo. Con un cuarto de hora por delante (incluida la prolongación), los amarillos apuraban al máximo para redondear la faena y los visitantes se estiraban en busca de un tercer tanto que rozaban tras el lanzamiento de una falta desde el borde del área que acababa con el balón enmarañado en el área cadista y gol anulado a Bayón por fuera de juego.

Daba la sensación de que el Cádiz podía marcar otro más, pero el tiempo se echaba encima, Dieguito, que había entrado en los minutos postreros, despreciaba una clara ocasión al preferir pasar antes que tirar cuando estaba bien posicionado. Al final, un punto insuficiente para cada equipo.

Ficha técnica:

Cádiz: Aulestia, Moke, Albentosa, Malagon, Tomás, Alex, Fall, Villar, Luque, Belencoso y Peragon.

UCAM Murcia: Ruyales, Tete, Robles, Castillo, Cifu, Rodri, Titi, Minaya, Tekio, Pico y Alex Cruz.

Goles: 0-1: Rodri (28´). 0-2: Titi (39´). 1-2: Carlos Álvarez (64´). 2-2: Peagón (78´).

Árbitro: Enrique Ortíz Blanco (colegio madrileño).

Tarjetas: Amarillas Josete (5') y Albentosa (86'), por parte del Cádiz; y Pico (12'), Rodri (42'), Cifu (45'), Tete (66') y Robles (90'), por el UCAM.

Incidencias: Partido correspondiente a la 27ª jornada del Grupo IV de Segunda División B en el estadio Carranza ante unos 5.200 espectadores.

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